Parashá 16 BeShalaj
Éxodo 13:17 – 17:16
Aliyás de la Torá:
- 13:17 – 14:8
- 14:9 – 14:14 (tradición ashkenazí); 14:9-25 (tradición sefardí)
- 14:15-25 (A); 14:26 – 15:26 (S)
- 14:26 – 15:26 (A); 15:27 – 16:10 (S)
- 15:27 – 16:10 (A); 16:11-29 (S)
- 16:11-36 (A); 16:30-36 (S)
- 17:1-16
- Maftir: 17:14-16
Haftará: Jueces 4:4 – 5:31 (A); 5:1-31 (S)
BeShalaj
Significa “cuando envió”.
Primera aliyá, 13:17 – 14:8
Dios no guía al pueblo por el camino de los filisteos, que era el más cercano para que no tengan que ver la guerra. Les hace dar un rodeo por el desierto hacia el mar de Juncos. Salen armados de Egipto. Moshé toma consigo los huesos de Yosef, conforme al juramento que se hizo. Parten de sucot y acampan en Etam al borde del desierto. HaShem va delante de ellos permanentemente, de día en una columna de nube para guiarlos, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos. Así podrán andar de día y de noche.
Segunda aliyá, 14:9-25
Los egipcios los persiguen con sus caballos y carros del faraón y los alcanzan junto al mar. Los hijos de Israel tienen mucho temor y claman al Eterno. Preguntan a Moshé si no había sepulcros en Egipto para que los haya sacado para morir en el desierto. Moshé les dice que no teman y así verán la salvación de HaShem. Los egipcios nunca más serán vistos. HaShem peleará por ellos mientras que ellos se queden callados.
Los hijos de Israel reciben la orden de seguir adelante. Moshé tendrá que extender su vara sobre el mar y dividirlo para que los hijos de Israel puedan pasar por en medio. HaShem fortalecerá el corazón de los egipcios para que entren a perseguirlos. HaShem se glorificará en el faraón y su caballería. El ángel de Dios cambia de lugar, se aparta de delante de los hijos de Israel y se coloca detrás de ellos como una columna de nube entre los dos campamentos para que no se puedan acercar.
Moshé extiende su mano y HaShem hace retroceder el mar con un fuerte viento que sopla toda la noche. Los hijos de Israel entran por en medio del mar, en seco. Las aguas son como muros por ambos lados. Los egipcios los siguen con sus caballos. Antes de la salida del sol HaShem siembra confusión entre los egipcios desde la columna de fuego y de nube. Quita las ruedas de sus carros. Entonces los egipcios intentan huir porque se dan cuenta de que el Eterno pelea contra ellos.
Tercera aliyá, 14:26 – 15:26
Al amanecer, cuando Moshé extiende su mano sobre el mar, las aguas vuelven y cubren todo el ejército del faraón de modo que no quede ninguno de ellos. Los hijos de Israel ven a los egipcios muertos a la orilla del mar. El pueblo teme al Eterno y le creen a él y a Moshé, su siervo.
Entonces cantan un cántico al Eterno que los ha redimido para llevarlos al lugar de su morada. La profetisa Miryam toma un pandero y todas las mujeres salen detrás con panderos y danzas. Cantan un cántico al Eterno porque ha triunfado gloriosamente, arrojando al caballo y su jinete al mar.
Parten del mar de Cañas y van tres días en el desierto de Shur sin encontrar agua. En Mará no pueden beber las aguas amargas. El pueblo murmura contra Moshé y él clama al Eterno quien le muestra un árbol. Al echarlo en las aguas y se vuelven dulces. Allí les da un estatuto y una ordenanza poniéndolos a prueba y diciendo: “Si escuchas atentamente la voz de HaShem tu Dios y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, HaShem, soy tu sanador.”
Cuarta aliyá, 15:27 – 16:10
Llegan a Elim, donde hay doce fuentes de agua y setenta palmeras. Después, el día 15 del segundo mes, llegan al desierto de Shin, entre Elim y Sinai. Allí toda la congregación murmura contra Moshé y Aharón diciendo que los han traído a ese desierto para matarlos de hambre. HaShem promete hacer llover pan del cielo que el pueblo tendrá que recoger diariamente. Así serán probados para ver si andan o no en su instrucción. Cada sexto día de la semana tendrán que preparar doble cantidad. Moshé y Aharón hablan al pueblo y dicen que por la tarde sabrán que el Eterno los ha sacado de Egipto y por la mañana verán su gloria. Las murmuraciones no son contra los líderes, sino contra el Eterno. Por la tarde tendrán carne y por la mañana tendrán pan. Aharón dice a los hijos de Israel que se acerquen a la presencia del Eterno. Entonces se manifiesta la gloria del Eterno en una nube hacia el desierto.
Quinta aliyá, 16:11-29
HaShem ha oído las murmuraciones de los hijos de Israel. Moshé recibe la orden de decirles: “Entre las dos tardes comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan; y sabréis que yo soy HaShem vuestro Dios”. Por la tarde suben codornices y cubren el campamento y por la mañana hay una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando el rocío asciende, se descubre algo fino, como la escarcha. Los hijos de Israel dicen: “es man”. Moshé dice que es el pan que el Eterno los da de comer. Cada uno debe recoger un omer por cabeza, según las personas que hay en su tienda. Así unos recogen mucho y otros poco. Al medirlo con el omer no le sobra al que ha recogido mucho, y no le falta al que ha recogido poco. Nadie puede dejar nada para el día siguiente. Pero algunos no obedecen a Moshé y lo dejan para el día siguiente. Entonces son criados unos gusanos y se pudre. Moshé se enoja con ellos. Cada mañana se recoge, pero cuando el sol calienta, se derrite.
En el sexto día de la semana recogen una doble porción. Los jefes informan a Moshé y él contesta que el Eterno ha dicho que el día siguiente es shabat consagrado al Eterno. Hay que cocer y hervirlo para que dure para dos días. Al guardarlo para el día siguiente no se pudre ni hay gusanos. Moshé les dice que lo coman ese día, porque es shabat para el Eterno. No van a encontrar en el campo. Hay que recoger durante seis días, pero no durante el séptimo, el shabat. Algunos del pueblo salen pero no encuentran nada. HaShem pregunta a Moshé: “¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis preceptos?” El shabat ha sido dado como un regalo, y por eso hay pan para dos días el sexto día. Cada uno debe quedarse en su lugar en el shabat.
Sexta aliyá, 16:30-36
El pueblo reposa el séptimo día.
La casa de Israel llama la comida “man”. Su aspecto es como la semilla de cilantro, pero blanco, y su sabor es como hojuelas con miel. Hay que guardar un omer para que las generaciones vean el pan que el Eterno dio de comer en el desierto. Moshé recibe la orden de tomar una vasija y poner un omer de maná en ella para luego colocarlo ante HaShem para que sea guardado. Moshé y Aharón obedecen. Los hijos de Israel comen maná durante 40 años, hasta llegar a los límites de la tierra de Kenáan. Un omer es la décima parte de una efá.
Séptima aliyá, 17:1-16
La congregación de Israel marcha por jornadas y acampan en Refidim donde no hay agua. El pueblo contiende con Moshé y piden agua. Él les pregunta por qué están tentando al Eterno. Por causa de la sed el pueblo sigue murmurando. Moshé clama al Eterno y pregunta qué hará con ellos. HaShem le ordena pasar delante de ellos y tomar consigo algunos ancianos y la vara en su mano. Tendrá que golpear la roca en Jorev, donde el Eterno estará encima, y así saldrá agua. Así hace Moshé. El lugar es llamado “Masá U-merivá”, “Prueba y Riña”, porque allí tentaron al Eterno.
Entonces viene Amalec a pelear contra Israel en Refidim. Yehoshúa recibe la orden de escoger hombres y salir a pelear. Moshé subirá a la cumbre del collado con la vara de Dios en su mano. Yehoshúa sale a pelear y Aharón y Jur acompañan a Moshé a la cumbre del collado. Mientras que Moshé tiene su mano en alto, Israel prevalece; y cuando deja caer la mano, prevalece Amalec. Pero cuando las manos de Moshé pesan, toman una piedra para que se pueda sentar. Aharón y Jur le sostienen las manos, uno en cada lado y así podrá estar firme hasta la puesta del sol. Yehoshúa debilita a Amalec y su pueblo con la espada. Moshé recibe la orden de escribir esto en un libro memorial y decir a Yehoshúa que HaShem borrará la memoria de Amalec de debajo del cielo. Moshé edifica un altar y le llama “HaShem-Nisí”, “HaShem es mi milagro”. HaShem hará guerra contra Amalec en cada generación.
Comentarios
Primera aliyá, 13:17 – 14:8
13:17 “Y sucedió que cuando Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los guió por el camino de la tierra de los filisteos, ya que era cercana, porque dijo Dios: No sea que el pueblo se arrepienta cuando vea guerra y se vuelva a Egipto.” (LBLA) – El faraón dejó ir al pueblo con el fin de que no volviera, cf. 9:28; 11:1; 14:5. El Eterno no puede hacer nada ilegal, nada injusto, y por esto era muy importante que la salida fuera hecha con el consentimiento del faraón, si no, hubiera sido un hurto, un acto ilegal. HaShem no es un ladrón ni un mentiroso. El no puede quebrantar su propia Torá. La Torá es la expresión de su carácter.
Dios no los guió por el camino de los filisteos porque era corto. La razón fue que hubiera sido fácil para el pueblo volver a Egipto y había que evitarlo.
Hay varias razones por las que HaShem no quería que entraran en territorio de los filisteos:
Si los filisteos atacan, los temerosos de los hijos de Israel querrán volver a Egipto (Rashí).
Por el pacto de paz que hubo entre Avraham y Avimelej los hijos de Israel no podían atacar a los filisteos, (Génesis 21).
Basado en 1 Crónicas 7:20-21 el Midrash[1] dice que una gran parte de la tribu de Efrayim salió de Egipto antes de tiempo y fue atacado por los filisteos. Sus huesos estaban regados por ese camino y constituirían una visión horrorosa para los hijos de Israel de manera que podrían perder el ánimo y volver a Egipto. Las palabras que dicen “cuando vea guerra” pueden ser interpretadas de esta manera.
13:18 “Dios, pues, hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto, hacia el mar Rojo; y los hijos de Israel subieron armados de la tierra de Egipto.” (LBLA) – El nombre hebreo del mar Rojo es Yam Suf, “mar de cañas”. Es probable que la razón por la que es llamado mar Rojo sea por un error de traducción. En las primeras traducciones al inglés se tradujo como Reed Sea, “mar de cañas”. Pero todo indica que los que luego tradujeron la Biblia, usando el inglés como base, se confundieron y entendieron la palabra reed, “caña”, como red, rojo. El mar de Cañas no es rojo. Cuando uno va allí, lo ve bien azul, como todos los mares. El mar de Cañas es el nombre de todo el mar incluyendo los dos golfos, Suez y Aqaba, (ver foto).
Foto: NASA
13:19 “Y Moshé tomó consigo los huesos de Yosef, pues éste había hecho jurar solemnemente a los hijos de Israel, diciendo: Ciertamente os visitará Dios, y entonces llevaréis de aquí mis huesos con vosotros.” (LBLA revisada) – ¡Qué importante es cumplir los juramentos! Moshé tenía que esforzarse para honrar un juramento que sus antepasados habían hecho. Los hijos de Israel, los hermanos de Yosef, que hicieron el juramento, estaban todos muertos y por eso no podrían llevar consigo sus huesos, como dice “con vosotros”. De este texto se puede deducir que los huesos de los doce hermanos fueron llevados de Egipto, no solo los huesos de Yosef. En tal caso, cada tribu tendría un ataúd consigo durante los 40 años en el desierto.
Por otro lado se puede entender que la expresión “los hijos de Israel” no se refiere solamente a los doce hermanos, sino a todos los descendientes de Israel. En ese caso es posible que no fueran llevados los huesos de los demás hermanos de Yosef, sino sólo los suyos.
13:21 “HaShem iba delante de ellos, de día en una columna de nube para hacerlos guiar por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.” (LBLA revisada) – En este versículo aparece el verbo guiar de forma hifil, causativa, para mostrarnos que el Eterno iba delante mediante un emisario que le representaba (Rashí). La columna de nube fue el representante del Eterno en este caso.
En Éxodo 14:19 está escrito:
“Y el ángel de Dios que había ido delante del campamento de Israel, se apartó, e iba tras ellos; y la columna de nube que había ido delante de ellos, se apartó, y se les puso detrás.” (LBLA)
Esto nos enseña que el representante de HaShem era un ángel, que se manifestaba de manera de columna de nube de día y columna de fuego por la noche. También había una nube encima del campamento que daba sombra de día y calor de noche, cf. Éxodo 40:38; Números 14:14; Deuteronomio 1:33; Ezequiel 1:4; Isaías 4:5-6.
14:2 “Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hajirot, entre Migdol y el mar; acamparéis frente a Baal-tsefón, en el lado opuesto, junto al mar.” (LBLA revisada) – Según Rashí, Pi-hajirot es el mismo lugar que Pitóm, (Éxodo 1:11). Pitóm se parece a pe-satum, “boca cerrada”, que alude a que ningún esclavo podía escapar de la frontera de Egipto. Pi-hajirot significa “boca de la libertad”. Según Mizrají recibió un nuevo nombre porque ahora los hijos de Israel salieron libres de Egipto.
Egipto antiguo, 1800-1400 a.E.C.
Sin embargo, el territorio de Egipto, (de color amarillo), llegaba hasta la mitad de la península de Sinai, según se ve en este mapa de la Sociedad Bíblica Americana. Es posible que los hijos de Israel hayan llegado bastante más lejos cuando el faraón los alcanzó. Tradicionalmente se ha ubicado el monte Sinai en la península de Sinai. Sin embargo, hay indicios en las Escrituras que muestran que el cruce del mar de Cañas podría haber sido en el golfo de Aqaba. Moshé estaba con su suegro Yitró en la tierra de Midyán y allí llevó el ganado más allá del desierto y llegó al monte de Dios, cf Éxodo 3:1. Midyán no está ubicada en la península de Sinai, sino en la parte oriental del golfo de Aqaba, (ver mapa).
En Éxodo 3:12 está escrito:
“Y Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y la señal para ti de que soy yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto adoraréis a Dios en este monte.” (LBLA)
Esto nos enseña que el lugar de la entrega de la Torá fue el mismo donde Moshé tuvo el encuentro con el ángel en la zarza ardiendo. Si Moshé vivía en Midyán, ¿cómo es que haya llevado el rebaño hasta la península de Sinai?
La palabra Pi-hajirot indica que había un lugar donde las montañas formaban una “boca”, una cañada, entre ellas (Rashí). Esto nos enseña que el lugar del cruce tenía que haber sido donde había montañas y rocas, lo cual da pie a pensar que haya sido en el golfo de Aqaba más que el golfo de Suez.
Es más lógico pensar que el monte de Sinai esté en el norte de Arabia Saudita, según está escrito en Gálatas 4:25a:
“Ahora bien, Agar es el monte Sinaí en Arabia” (LBLA)
Según el shaliaj Shaúl, el monte Sinai está en Arabia, no en la península de Sinai. Él mismo estuvo allí un tiempo, y seguramente había visitado ese lugar, cf. Gálatas 1:17.
Ahora, hay una buena distancia entre Goshen en Egipto y el golfo de Aqaba, como 350 km, y la pregunta surge ¿cómo es posible que los hijos de Israel hayan podido llegar allí tan rápido?
Bueno, el texto de la Torá no dice cuánto tiempo necesitaban para llegar hasta el mar. Rashí dice que el cruce del mar se hizo siete días después de la salida, el 21 del primer mes. En tal caso, coincidiría con el último día festivo de la fiesta de los panes sin levadura. Otros colocan el cruce del mar el 17 del primer mes, el tercer día después de la salida.
Sin embargo, la Torá no habla de una fecha hasta el día 15 del segundo mes, Éxodo 16:1, y da la posibilidad de que el cruce haya podido ser en el golfo de Aqaba. En Éxodo 13:21 está escrito que el pueblo andaba de día y de noche. Así que los 350 km podrían haber sido recorridos en unos días. También es probable que la mano del Eterno haya venido sobre ellos de manera que pudieran caminar rápido y no cansarse hasta llegar al mar.
Además existen indicios geológicos y descubrimientos arqueológicos que hablan a favor de esta teoría.
“acamparéis frente a Baal-tsefón, en el lado opuesto, junto al mar” – Parece ser que Baal-tsefón estaba en el otro lado del mar y los hijos de Israel acamparon en la orilla opuesta. El mar tiene casi 18 kms. de anchura.
14:5 “Cuando le anunciaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, Faraón y sus siervos cambiaron de actitud hacia el pueblo, y dijeron: ¿Qué es esto que hemos hecho, que hemos permitido que Israel se fuera, dejando de servirnos?” (LBLA) – El pueblo de Israel había huido de Egipto. Esto indica que salieron rápido y prosiguieron con prisa. La misma palabra para huir se encuentra en Génesis 16:6, 8; 27:43; 31:20-22, 27; 35:1, 7; Éxodo 2:15; Números 24:11.
14:8b “pero los hijos de Israel habían salido con mano levantada.” (LBLA) – La expresión “mano levantada”, en hebreo yad ramá, se encuentra también en Números 15:30 y 33:3. Rashí dice que significa “fuerza elevada y evidente”, es decir tiene un sentido metafórico. Esto nos muestra que los hijos de Israel salieron con fuerza y con determinación para a no volver. Con esa fuerza llegaron al mar.
Segunda aliyá, 14:9-25
14:13-14 “Pero Moshé dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que HaShem hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. HaShem peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea para salvación es yeshuá[2] con el acento en la a. El nombre del Mesías es Yeshúa, con acento en la u, que significa “él salvará”. El nombre Yeshúa es la forma abreviada de Yehoshúa, cf. Números 13:16 con Nehemías 8:17 y Hageo 1:1 con Esdras 5:2.
La palabra griega iesus – de la cual se deriva el nombre Jesús – no tiene ningún significado en el idioma griego. Ese nombre es un intento de transliterar el nombre Yeshúa al griego. Aparece en la LXX (Septuaginta) como transliteración de los nombres Yehoshúa y Yeshúa, cf. LXX Éxodo 17:9; 1 Crónicas 24:11. Como los nombres griegos que terminan con la letra a son femeninos, cambiaron la a por la s, que determina la masculinidad de los nombres griegos, para que el nombre de Yeshúa transliterada al griego no sonara como el nombre de una mujer.
14:22 “Y los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.” (LBLA) – El cruce del mar es visto como una tevilá, un baño ritual. Contiene el simbolismo de morir de la vieja vida y resucitar a una vida nueva. En este caso los hijos de Israel murieron de su dependencia de Egipto y el faraón para depender del Eterno en todo sentido. Pasaron de un dueño a otro y de un señor a otro, como está escrito en 1 Corintios 10:1-4:
“Porque no quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar; y en Moshé todos fueron sumergidos en la nube y en el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era el Mesías.” (LBLA revisada)
Se habla aquí de que fueron sumergidos en Moshé en la nube y en el mar. El pensamiento es que el pueblo pasó de un reino a otro, de la autoridad del faraón a la autoridad de Moshé. Pasaron por la mikvé, acumulación de aguas, para estar sometidos a las órdenes de Moshé que era rey en Israel, como está escrito en Deuteronomio 33:4-5:
“Una ley nos prescribió Moshé, una herencia para la asamblea de Yaakov. Él era rey en Yeshurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, juntamente con las tribus de Israel.” (LBLA revisada)
De la misma manera la tevilá mesiánica implica que una persona muere y entierra su vieja vida bajo la esclavitud del satán, el pecado y el mundo y resucita para una vida nueva bajo la autoridad del Mesías Yeshúa, la Torá y Reino de los cielos, como está escrito en Romanos 6:1-11:
“¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en el Mesías Yeshúa, hemos sido bautizados en su muerte? Por tanto, hemos sido sepultados con él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como el Mesías resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue colgado en el madero con él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. Y si hemos muerto con el Mesías, creemos que también viviremos con él, sabiendo que el Mesías, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre él. Porque en cuanto él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios. Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en el Mesías Yeshúa.” (LBLA revisada)
14:24 “Y aconteció que a la vigilia de la mañana, HaShem miró el ejército de los egipcios desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión en el ejército de los egipcios.” (LBLA revisada) – En la antigüedad la noche tenía tres vigilias. Los romanos tenían cuatro. Por lo tanto cuando se habla de vigilias de la noche en el Tanaj (“AT”) hay que pensar que se trata de tres. Y cuando se habla de las vigilias en Los Escritos Mesiánicos hay que pensar en que había cuatro durante la noche. Aquí se habla de la vigilia de la mañana lo cual significa que pasó entre las 2 horas y 6 horas de la madrugada. Si el mar medía unos 18 km. de ancho tardarían casi 5 horas en cruzarlo si caminaban con una velocidad de un poco menos que 4 km/h. Un hombre normal camina unos 6 kilómetros por hora, pero tenemos que tener en cuenta que aquí también había mujeres embarazadas, niños y animales.
Tercera aliyá, 14:26 – 15:26
14:27 “Y extendió Moshé su mano sobre el mar, y al amanecer, regresó el mar a su estado normal, y los egipcios al huir se encontraban con él; así derribó HaShem a los egipcios en medio del mar.” (LBLA revisada) – El cruce del mar duró toda la noche desde que el viento empezó a soplar hasta que el último israelita llegó.
14:28 “Y las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó ni uno de ellos.” (LBLA) – El mar también simboliza la segunda muerte, el lago de fuego, como está escrito en Revelación 20:13-15:
“Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Sheol entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras. Y la Muerte y el Sheol fueron arrojados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda: el lago de fuego. Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.” (LBLA)
14:29 “Mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas les eran como un muro a su derecha y a su izquierda.” (LBLA) – Este acto constituye una de las obras de fe más importantes de la historia de Israel, como está escrito en Hebreos 11:29:
“Por la fe pasaron el mar de Cañas como por tierra seca, y cuando los egipcios lo intentaron hacer, se ahogaron.” (LBLA revisada)
Si el infiel intenta pasar por el camino de fe se ahoga.
14:31 “Cuando Israel vio el gran poder que HaShem había usado contra los egipcios, el pueblo temió a HaShem, y creyeron en HaShem y en Moshé, su siervo.” (LBLA revisada) – El que teme al Eterno y cree en Él se entrega, se somete y es fiel al liderazgo que Él ha puesto en su Reino. Es imposible ser fiel al Eterno sin ser fiel a las autoridades que él ha puesto, como está escrito en 2 Crónicas 20:20b:
“Confiad en HaShem vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y triunfaréis.” (LBLA revisada)
El resultado práctico de la entrega al Eterno es la entrega a sus siervos que han sido puestos como líderes, como está escrito en 2 Corintios 8:5:
“y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (LBLA)
15:1 “Entonces Moshé y los hijos de Israel cantaron este cántico a HaShem, y dijeron: Canto a HaShem porque ha triunfado gloriosamente; al caballo y a su jinete ha arrojado al mar.” (LBLA revisada) – Cantaron al Eterno, no a los hombres. Esta es una verdadera alabanza, que está dirigida al Eterno y tiene el propósito de agradarle a él, no a los hombres. La palabra “cantaron” está escrita de forma futura, “cantarán”. Rashí dice que cuando el verbo aparece de esta forma puede entenderse de tres maneras:
Una intención del corazón (que no es necesario que se cumplá[3]), cf. Números 21:17; Josué 10:12; 1 Reyes 7:8; 11:7.
Un presente continuo, algo que se hace siempre, cf. Números 9:20; Job 1:5.
Algo que se hará en el futuro. De aquí los maestros dijeron que la resurrección de los muertos se deriva del mismo texto de la Torá.[4]
En este caso podemos descartar el presente continuo, puesto que sólo cantaron junto al mar una vez. Pero es interesante notar que las Torá habla del cántico de Moshé que será cantado en relación con la redención final y la resurrección de los muertos, como está escrito en Revelación 15:2-4:
“Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos sobre la bestia, sobre su imagen y sobre el número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moshé, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: ¡Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios, Todopoderoso! ¡Justos y verdaderos son tus caminos, oh Rey de las naciones! ¡Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo; porque TODAS LAS NACIONES VENDRÁN Y ADORARAN EN TU PRESENCIA, pues tus justos juicios han sido revelados.” (LBLA revisada)
El cántico de Moshé y del Cordero es el cántico de la redención final. Al igual que Moshé y los hijos de Israel salieron del mar, que simboliza la resurrección, así todos los que han puesto su confianza en el Mesías de Israel, serán redimidos de la muerte para poder cantar en el otro lado este cántico al Eterno.
El cántico de Shemot (Éxodo) 15 nos enseña la importancia de expresarse con cantos, danzas e instrumentos al Eterno. Es parte de nuestra devoción a Él. Es una manera de mantenernos ardientes en el espíritu.
Esta canción tiene tres temas principales:
1. La grandeza del Eterno.
2. La liberación de los egipcios.
3. La entrada futura en la tierra prometida, con una alusión al reino mesiánico.
15:2 “Mi fortaleza y mi canción es HaShem, y ha sido para mí salvación; éste es mi Dios, y le glorificaré, el Dios de mi padre, y le ensalzaré.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “le glorificaré” es ve-anvehu que significa “le embelleceré” y viene de la raíz navá[5] que significa “descansar”, “embellecer”, “celebrar”, “preparar una habitación”. De aquí aprendemos que nuestro servicio y obediencia al Eterno debe ser de manera bella. Por esto se adorna el talit, los tefilín, la mezuzá, los rollos de la Torá, la suká, el etrog y demás objetos que se usan para cumplir los mandamientos.
También aprendemos que nuestras alabanzas preparan un lugar de morada para el Eterno, como está escrito en el Salmo 22:3:
“Sin embargo, tú eres santo, que habitas entre las alabanzas de Israel.” (LBLA)
No hay ningún texto que dice que el Eterno habita entre las alabanzas “de su pueblo”, como dicen varias canciones. Se trata de Israel, no de otro pueblo. HaShem HABITA en las alabanzas de Israel, lo cual implica que allí reside, pero que también pone su trono en Israel cuando hay alabanza y manifiesta su gobierno, su autoridad y su poder, cf. Éxodo 15:13.
15:3 “HaShem es hombre de guerra; YHWH es su nombre.” (LBLA revisada) – Hay muchos lugares en las Escrituras donde el Eterno es presentado como guerrero, cf. Isaías 42:13-15; 51:22; Sofonías 3:17; Nehemías 4:20. El no es pacífico en cuanto a la injusticia y la maldad. El que no hace guerra contra el pecado y la injusticia que le rodea, no está siguiendo el ejemplo de su Padre celestial. La apatía de los justos contra el mal en este mundo hace que los malvados se multipliquen y actúen sin temor. Si callamos ante el mal, somos cómplices.
15:6 “Tu diestra, oh HaShem, es majestuosa en poder; tu diestra, oh HaShem, destroza al enemigo.” (LBLA revisada) – La diestra del Eterno es el Mesías. Él será el que finalmente va a destruir a los enemigos que se levanten contra el pueblo de Israel, cf. Isaías 63:1-6 donde está escrito:
“¿Quién es éste que viene de Edom, de Botsrá con vestiduras de colores brillantes; éste, majestuoso en su ropaje, que marcha en la plenitud de su fuerza? Soy yo que hablo en justicia, poderoso para salvar. ¿Por qué es rojo tu ropaje, y tus vestiduras como las del que pisa en el lagar? El lagar lo he pisado yo solo; de los pueblos, ningún hombre estaba conmigo. Los pisé en mi ira y los hollé en mi furor; su sangre salpicó mis vestiduras y manché todo mi ropaje. Porque el día de la venganza estaba en mi corazón, y el año de mi redención había llegado. Miré, y no había quien ayudara, me asombré de que no hubiera quien apoyara; entonces me salvó mi brazo, y fue mi furor el que me sostuvo. Pisoteé los pueblos en mi ira, los embriagué en mi furor y derramé su sangre por tierra.” (LBLA revisada)
¿De quién se está hablando aquí? Revelación 19:11-16, nos da la respuesta:
“Y vi el cielo abierto, y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y hace la guerra. Sus ojos son una llama de fuego, y sobre su cabeza hay muchas diademas, y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él. Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de Dios. Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y limpio, le seguían sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y Eterno DE SEÑORES.”
El Mesías Yeshúa ejecuta la ira del Eterno. El vino la primera vez como Cordero de Dios, pero la segunda vez vendrá como el León de Yehudá. (LBLA revisada)
15:8 “Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas, se juntaron las corrientes como en un montón; se cuajaron los abismos en el corazón del mar.” (LBLA) – El mar tiene un corazón. En este caso el significado de la palabra corazón es alegórico. La palabra hebrea es lev[6] que significa “corazón”, “mente”, “razón”, “conciencia”, “ánimo”, “memoria”, “atención”, “voluntad”, “interior”. Rashí dice que se refiere a la esencia y fuerza de algo, cf. Éxodo 3:2 “en el corazón del fuego”. El corazón de una persona es lo más íntimo de ella, donde toma las decisiones más importantes, donde se manifiesta lo que realmente es. En la mente de una persona pueden caber muchas ideas y muchas opciones, pero en el corazón cabe sólo una opción. Por eso la caja del tefilín de la cabeza tiene cuatro departamentos con los cuatro textos, pero en el tefilín del brazo, que está pegado al corazón, sólo hay un departamento que tiene un solo pergamino con los cuatro textos como si fuera uno. Cuando las cosas bajan al corazón se hacen uno con la persona. Por esto las Escrituras advierten, según está escrito en Proverbios 4:23:
“Con toda diligencia guarda tu corazón, porque de él brotan los manantiales de la vida.” (LBLA)
En Proverbios 4:4 está escrito:
“y él me enseñaba y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.” (LBLA)
En Romanos 10:10 está escrito:
“porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.” (LBLA)
Hay que creer con el corazón, no sólo con la mente. La fe de la mente no justifica ni salva, sólo la del corazón, en lo más íntimo de la persona. Querido lector, mira bien que la enseñanza de la Torá y la obra del Mesías no se queden solamente en tu cabeza, ponlas en tu corazón, como está escrito en la oración del shemá, según Deuteronomio 6:6:
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón” (LBLA)
15:9 “El enemigo dijo: "Perseguiré, alcanzaré, repartiré el despojo; se saciará mi alma de ellos; sacaré mi espada, los destruirá mi mano."” (LBLA revisada) – Los enemigos de Israel son enemigos del Eterno. Los enemigos del Eterno son enemigos de Israel y el pueblo judío, cf. Salmo 83:2-3. Es imposible amar al Eterno y odiar al judío. El que dice que ama al Eterno y aborrece a los judíos es un mentiroso.
“se saciará mi alma de ellos” – La palabra hebrea que para alma en este texto es nefesh[7], que significa “aliento”, “garganta”, “cuello”, “apetito”; “alma”, “vida”, “ser vivo”, “persona”, y viene del verbo nafash[8], “respirar”. Cada respiración de un ser vivo suena “ne-fesh”. En algunos lugares nefesh tiene el significado de “cadáver”.
Rashí dice que el alma, nefesh, es la sede de la voluntad y el deseo. En las Escrituras podemos ver varias palabras que hablan de las diferentes partes del ser humano. Ya hemos mencionado el corazón y el alma. La palabra nefesh es usada tanto para animales como para hombres. Así que la nefesh es el alma natural, biológica, lo que da vida al cuerpo, lo que respira. Los animales son nefesh y basar, alma y cuerpo, pero los hombres tienen algo más, que los animales no tienen, una alma superior espiritual, llamada neshamá. Génesis 1:27 dice el hombre fue creado, como está escrito:
“Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (LBLA)
El acto de creación del hombre fue cuando el Eterno sopló aliento de vida, nishmat jayim, en su nariz y así el hombre fue hecho un ser vivo, un alma viviente, nefesh jayá, según Génesis 2:7. Entonces el hombre recibió esa alma espiritual que los animales no tienen.
La palabra hebrea para “crear” es bará[9] que significa “dar existencia”, “hacer algo que no existía antes”. La palabra aparece tres veces en Génesis 1, en el versículo 1 en relación con el tiempo, el espacio y la materia; en el versículo 21 en relación con la vida animal; y en el versículo 27 en relación con el hombre. Esto nos enseña que hay una diferencia entre lo material y los animales, y entre los animales y los hombres, porque necesitaban actos de creación diferentes para llegar a existir. El cuerpo de los animales fue tomado de la tierra y el alma de ellos fue creada. El cuerpo del hombre también fue tomado de la tierra, pero su alma recibió un toque especial del Espíritu del Eterno. Algo nuevo fue creado, diferente al alma animal, es el alma espiritual del hombre, la vida superior, como está escrito en Juan 6:63:
“El Espíritu (de HaShem) es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.” (LBLA revisada)
En el Salmo 104:30 está escrito:
“Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra.” (LBLA)
Así que cuando el Eterno sopló con su Espíritu en la nariz de aquella estatua de barro, que había formado, el hombre fue creado, su vida espiritual empezó a existir, su espíritu fue formado.
La palabra hebrea para espíritu es ruaj[10], que significa “soplo”, “viento”, “aliento”, “respiración”, “ánimo”, “mente”, “ira”, “tempestad”, etc. Este amplio significado de la palabra hace que el concepto “espíritu del hombre” es entendido de varias maneras en las Escrituras. Puede ser simplemente su aliento, es decir, su vida. También puede significa su intelecto. Y puede significar su vida superior, su vida espiritual.
Según Génesis 7:15, todos los animales tienen ruaj. Pero en ningún lugar está escrito que los animales tienen neshamá. Consecuentemente podemos deducir que neshamá es más alto que ruaj.
Cada ser humano es el producto de una creación, es decir, el Eterno le da vida espiritual, crea su espíritu en el momento cuando su vida biológica de su cuerpo es formada en el vientre de su madre, como está escrito en el Salmo 89:47:
“Recuerda cuán breve es mi vida; ¡con qué propósito vano has creado a todos los hijos de los hombres!” (LBLA)
En Isaías 43:7 está escrito:
“a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.” (LBLA)
Aquí aparecen tres palabras: creado, formado y hecho. Esto podrá aludir al alma espiritual, el alma natural y el cuerpo del ser humano.
En Malaquías 2:10 está escrito:
“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos portamos deslealmente unos contra otros, profanando el pacto de nuestros padres” (LBLA)
También está escrito en Zacarías 12:1:
“Profecía de la palabra de HaShem acerca de Israel. HaShem que extiende los cielos, pone los cimientos de la tierra y forma el espíritu del hombre dentro de él...” (LBLA)
En las Escrituras no hay una enseñanza definida de las diferentes partes del ser humano. Como hemos visto, las palabras hebreas pueden ser entendidas de diferente manera, dependiendo del contexto de cada caso. A veces el hombre es visto como un ser doble, con alma y cuerpo, o espíritu y cuerpo. A veces se ve como un ser con tres divisiones, espíritu alma y cuerpo etc.
En Génesis 2:7 está escrito que el Eterno sopló en la nariz del hombre nishmat jayim, aliento de vida. La palabra hebrea para “aliento” es neshamá[11], que significa “alma”, aliento”, “soplo”, “espíritu”, “ser vivo”. Esta palabra no se usa en relación con los animales. La neshamá constituye el alma superior dentro del hombre, como está escrito en Isaías 42:5:
“Así dice Dios HaShem, que crea los cielos y los extiende, que afirma la tierra y lo que de ella brota, que da aliento (neshamá) al pueblo que hay en ella, y espíritu (ruaj) a los que por ella andan” (LBLA revisada)
Y en Proverbios 20:27:
“Lámpara de HaShem es el espíritu (neshamá) del hombre que escudriña lo más profundo de su ser.” (LBLA revisada)
Hay tres tipos de vida: biológica, animal y espiritual. En las plantas y los árboles hay vida biológica, también en los cuerpos de los animales y en los cuerpos de los hombres. La vida biológica se puede estudiar de manera química. Está íntimamente conectada con la tierra. En esa vida hay ciertas manifestaciones de sentimientos, voluntad e intelecto.
Luego está la vida animal, del alma, de la nefesh. Esa vida es superior a la vida biológica. Allí hay manifestaciones más claras de sentimientos, voluntad e intelecto.
La vida espiritual, la de la neshamá, es superior a la vida animal, y allí hay expresiones superiores de sentimientos, voluntad e intelecto.
El hombre tiene su existencia en estos tres niveles de vida, la vida biológica en su cuerpo, la vida animal en su nefesh y la vida espiritual en su neshamá, como dice 1 Tesalonicenses 5:23:
“Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Yeshúa el Mesías.” (LBLA revisada)
El ser humano es espíritu, alma y cuerpo. Así que si falta uno de ellos el hombre no es hombre, sino una fracción de hombre. Un hombre necesita su cuerpo para ser hombre. La idea de que el hombre está encarcelado en su cuerpo y necesita ser liberado de esa cárcel no está de acuerdo con las Escrituras. El cuerpo es parte del ser humano. Hay varias palabras hebreas para hombre. Una de ellas es adam[12], “rojo”, y está relacionada con la palabra adamá[13] que significa “tierra”. El hombre viene de la tierra por un lado y del cielo por el otro. Así que el hombre es la combinación de la unión entre lo terrenal y lo celestial. El Eterno formó su cuerpo de la tierra y sopló en su nariz y así llegó a ser hombre.
El Espíritu del Eterno es lo que está dando vida al espíritu del hombre, como está escrito en Job 32:8:
“Pero hay un espíritu en el hombre, y el soplo del Todopoderoso le da entendimiento.” (LBLA)
Cuando el espíritu del hombre sale de su cuerpo, el cuerpo muere, como está escrito en el Salmo 146:4:
“Su espíritu exhala, él vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus planes.” (LBLA revisada)
En Isaías 57:16 está escrito:
“Porque no contenderé para siempre, ni estaré siempre enojado, pues el espíritu (ruaj) desfallecería ante mí, y el aliento (neshamá) que yo he hecho.” (LBLA revisada)
En Eclesiastés 12:6-7 está escrito:
“(Acuérdate de Él) antes que se rompa el hilo de plata, se quiebre el cuenco de oro, se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la rueda junto al pozo; entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu (ruaj) volverá a Dios que lo dio.” (LBLA)
El nuevo nacimiento del hombre implica en primer lugar una transformación del corazón, lo más íntimo del ser humano, como está escrito en Ezequiel 11:19:
“Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (LBLA)
En Isaías 57:15 está escrito:
“Porque así dice el Alto y Sublime que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: Habito en lo alto y santo, y también con el contrito y humilde de espíritu, para vivificar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los contritos.” (LBLA)
El que se encuentra en el Mesías es una nueva creación, como está escrito en 2 Corintios 5:17:
“De modo que si alguno está en el Mesías, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.”
En Efesios 4:24 está escrito:
“y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.”
En la resurrección, el cuerpo también experimentará los resultados de la transformación del corazón del hombre, para que todo el ser humano sea redimido de la muerte para llegar a ser inmortal, como está escrito en Filipenses 3:21
“el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo.” (LBLA)
En 1 Corintios 14:14-15 Pablo hace una distinción importante entre el espíritu del hombre – ruaj – y la mente – que, según mi entendimiento, corresponde a la neshamá – como está escrito:
“Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto. Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento.”
La enseñanza de Pablo de las manifestaciones espirituales sobrenaturales en 1 Corintios 12-14 muestra que lo que afecta el entendimiento del hombre es superior a lo que afecta su espíritu. Por lo tanto, la neshamá del hombre es superior a su ruaj.
En resumen, el hombre puede ser visto de esta manera:
Los animales se componen de cuerpo, alma inferior y espíritu, basar, nefesh y ruaj, pero ellos no tienen neshamá. La diferencia entre hombres y animales es que el hombre también es alma superior, neshamá. En ocasiones la neshamá y la ruaj son vistas como una unidad, llamada “espíritu” y a veces llamada “alma”. El intelecto superior está en la neshamá, las emociones y sentido de moral están en la ruaj y el intelecto inferior está en la nefesh.
Como el pecado entró por el cuerpo, la sede del pecado está allí, pero afecta la nefesh.
El alma superior tiene el deseo de elevarse hacia el Creador que sopló aliento de vida en el hombre.
15:13 “En tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con tu poder los has guiado a tu santa morada.” (LBLA) – La salida de Egipto es una redención. Fue la primera redención que anuncia la redención final, cuando Israel va a ser sacado de todas las naciones de la misma manera como en la primera redención, como está escrito en Jeremías 16:14-15:
“Por tanto, he aquí, vienen días--declara HaShem-- cuando ya no se dirá: "Vive HaShem, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto", sino: "Vive HaShem, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todos los países adonde los había desterrado." Porque los haré volver a su tierra, la cual di a sus padres.” (LBLA revisada)
En Jeremías 23:7-8 está escrito:
“Por tanto, he aquí, vienen días--declara HaShem-- cuando no dirán más: "Vive HaShem, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto", sino: "Vive HaShem que hizo subir y trajo a los descendientes de la casa de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había echado"; y habitarán en su propio suelo.” (LBLA revisada)
15:16 “Terror y espanto cae sobre ellos; por la grandeza de tu brazo quedan inmóviles, como piedra, hasta que tu pueblo pasa, oh Eterno, hasta que pasa el pueblo que tú has comprado.” (LBLA revisada) – La redención del pueblo es vista como una compra. El precio fue la sangre del cordero, como está escrito en 1 Pedro 1:18-19:
“sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre del Mesías.” (LBLA revisada)
15:17 “Tú los traerás y los plantarás en el monte de tu heredad, el lugar que has hecho para tu morada, oh Eterno, el santuario, oh Señor, que tus manos han establecido.” (LBLA revisada) – Rashí se basa en los midrashim[14] y dice que este texto indica que el santuario terrenal está centrado frente al Trono celestial que el Eterno ha hecho.
15:20 “Y Miryam la profetisa, hermana de Aharón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas.” (LBLA revisada) – Miryam tenía alrededor de 90 años en esa ocasión. Ella es llamada profetisa. El espíritu profético se manifiesta de dos maneras, como calor y como luz, como inspiración y como revelación, como poder y como verdad. En este momento estaba operando la profecía de manera inspiradora, para cantar y para danzar. Aquellas melodías, los ritmos y las danzas que son inspirados por el Espíritu manifiestan la gloria del Eterno. Eso también es profecía, cf. 1 Samuel 10:5; 19:20; 1 Crónicas 25:1.
Aquí vemos que no es sano que las mujeres dancen junto con los hombres. Los hombres danzan aparte y las mujeres aparte.
15:21 “Y Miriam les respondía: Cantad a HaShem porque ha triunfado gloriosamente; al caballo y su jinete ha arrojado al mar.” (LBLA revisada) – La palabra “respondía” nos enseña que fue un canto de intercambio entre las demás mujeres y su líder. Miryam decía cantaba una frase y las demás repetía y luego ella decía otra frase y las demás repetían. Así también fue como Moshé cantó su canción junto con el resto del pueblo de Israel, cf. 15:1.
15:22 “Moshé hizo partir a Israel del mar de Cañas, y salieron hacia el desierto de Shur; anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua.” (LBLA revisada) – El Midrash[15] dice que los hijos de Israel no querían partir del mar de Cañas porque no habían terminar de despojar a los egipcios. Otra razón es que en ese lugar experimentaban la gloria de la presencia del Eterno, la Shejiná.[16]
Los tres días aluden a la resurrección del Mesías.
Este versículo fue usado por los profetas para establecer la norma de que no se puede dejar pasar más de tres días sin leer la Torá en público. Por esto se lee la Torá en las sinagogas el segundo y quinto días de la semana, aparte del shabat.[17]
15:25 “Entonces él clamó a HaShem, y HaShem le mostró un árbol; y él lo echó en las aguas, y las aguas se volvieron dulces. Y les dio allí un estatuto y una ordenanza, y allí los puso a prueba.” (LBLA revisada) – Esto alude a la muerte del Mesías sobre un árbol que transforma la amargura del hombre en dulzura.
Aquí el Eterno empieza a instruir a su pueblo en sus mandamientos.
15:26 “Y dijo: Si escuchas atentamente la voz de HaShem tu Dios, y haces lo que es recto ante sus ojos, y escuchas sus mandamientos, y guardas todos sus estatutos, no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque yo, HaShem, soy tu sanador.” (LBLA revisada) – Las enfermedades son producto de la maldición que hay en la naturaleza por causa del pecado que trajo muerte a este mundo. La enfermedad es el primogénito de la muerte, como dice Job 18:13:
“Devora su piel la enfermedad, devora sus miembros el primogénito de la muerte.” (LBLA)
La enfermedad es una alteración del buen funcionamiento del cuerpo. Es un atentado contra la vida. Según Deuteronomio 28:61 todas las enfermedades son maldiciones. Estas maldiciones pueden alcanzar al hombre por varias razones:
Porque vive en un mundo que ha sido sometido a la maldición y la corrupción por causa del pecado.
Por no cuidar el cuerpo y exponerlo a peligros pudiendo evitarlos.
Porque no cumple los mandamientos del Eterno, y así trae maldición sobre sí que produce ciertas enfermedades.
Por un castigo directo del Eterno por causa de un corazón no arrepentido.
El Eterno puede sanar de diferentes maneras. En la naturaleza ha puesto mecanismos que producen sanidad en el cuerpo. Los médicos y la medicina no pueden sanar un cuerpo enfermo, sólo ayudarlo a sanar por sí mismo. La misma vida tiene poder sobre la muerte. La enfermedad es un poder que viene de la muerte y la vida que hay en nuestros cuerpos está superando constantemente ese poder mortal que obra en nuestros cuerpos mortales. La muerte nos llega cuando la vida que hay en nuestro cuerpo ya no pueda resistir el primogénito de la muerte o cuando ha llegado el tiempo de terminar nuestra vida en este mundo. (Hay personas que mueren sin estar enfermas, sólo entregan el espíritu y su cuerpo muere.)
Ahora, el Eterno obra sanidad indirectamente mediante los mecanismos naturales que ha puesto en nuestros miembros, que constantemente están combatiendo las enfermedades internas y externas de nuestro medio ambiente. De esa manera nos sana como Creador.
También nos puede sanar de manera sobrenatural, por medio de intervenciones divinas en nuestros cuerpos. En tal caso nos sana como Sanador, como dice en este texto.
El texto nos enseña varias cosas:
El Eterno puso sobre los egipcios enfermedades (directamente e indirectamente).
El Eterno no pondrá sobre los hijos de Israel ninguna de esas enfermedades cuando escuchan, obedecen y guardan sus mandamientos. Así el Eterno actúa indirectamente como Sanador, pero en función de Protector.
En el caso de que hayan desobedecido los mandamientos y a consecuencia de ello están sufriendo alguna enfermedad, podrán experimentar la sanidad divina por medio de una intervención sobrenatural, en el caso de que haya teshuvá, arrepentimiento de los pecados. En ese caso el Eterno actuará como Sanador.
En Jacobo (Stg.) 5:15 está escrito:
“y la oración de fe restaurará al enfermo, y el Señor lo levantará, y si ha cometido pecados le serán perdonados.” (LBLA)
Vemos en este texto que no todos los enfermos de los santos están enfermos por causa de pecados. El pecado personal es una de las muchas razones por las cuales una persona puede enfermar. Pero en todo caso, las enfermedades no son una bendición, aunque el Eterno es capaz de tornar cualquier maldición en bendición. Las enfermedades son un ataque contra el propósito de vida que el Eterno tiene para mi cuerpo. Mi cuerpo no fue creado para estar enfermo sino para estar sano. Por esto el Mesías vino no solamente para morir para quitar nuestros pecados, sino también para quitar nuestras enfermedades y así crear una base para que estas promesas de sanidad completa puedan ser efectivas en el pueblo de Israel, como está escrito en Isaías 53:4-5:
“Ciertamente él llevó nuestras enfermedades, y cargó con nuestros dolores; con todo, nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por sus heridas hemos sido sanados.” (LBLA revisada)
En Deuteronomio 7:15 está escrito:
“Y HaShem apartará de ti toda enfermedad; y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Egipto que has conocido, sino que las pondrá sobre los que te odian.” (LBLA revisada)
En el Salmo 103:3 está escrito:
“Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades” (LBLA)
La sanidad corporal es parte del pacto entre el Eterno e Israel, y este pacto fue apoyado, confirmado y renovado por medio del Mesías Yeshúa, cf. Éxodo 23:25; Salmo 30:2 (heb 3); 41:3 (4); 107:20; Proverbios 4:20-22; Mateo 8:16-17; Marcos 16:18; 1 Pedro 2:24; Romanos 8:10-11.
Cuarta aliyá, 15:27 – 16:10
15:27 “Llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon allí junto a las aguas.” (LBLA) – Elim significa “dioses”, y también “poderosos”. Había una fuente para cada tribu y una palmera para cada una de las naciones de la tierra.
En el Salmo 92:12a está escrito:
“El justo florecerá como la palma” (LBLA)
La palmera también está relacionada con la fiesta de sucot, cf. Levítico 23:40, que es la fiesta de todas las naciones. Así que de esto aprendemos que las doce tribus de Israel son las que dan agua para que surjan personas justas de entre las naciones, y puedan entrar en la fiesta del reino venidero, como está escrito en Revelación 7:9:
“Después de esto miré, y vi una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en las manos.” (LBLA)
16:1 “Partieron de Elim, y toda la congregación de los hijos de Israel llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida de la tierra de Egipto.” (LBLA) – Esto nos enseña que el maná vino el día 16 del segundo mes. Según el Talmud[18] el maná llegó por la mañana en el primer día de la semana. En tal caso la salida de Egipto sería el quinto día de la semana. Tal como el maná vino el primer día de la semana, así el Mesías fue resucitado el primer día de la semana para dar la vida eterna a todo aquel que recibe ese pan del cielo.
16:2 “Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moshé y contra Aarón en el desierto.” (LBLA revisada) – La razón fue que ya no tenían nada para comer. Rashí dice que el pan que sacaron de Egipto duró 30 días. Sin embargo, en Deuteronomio 8:2-3 está escrito:
“Y te acordarás de todo el camino por donde HaShem tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no sus mandamientos. Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca de HaShem.” (LBLA revisada)
Esto nos da pie a pensar que había algún tiempo entre que terminó el pan y el día cuando HaShem les dio el maná.
16:4 “Entonces HaShem dijo a Moshé: He aquí, haré llover pan del cielo para vosotros; y el pueblo saldrá y recogerá diariamente la porción de cada día, para ponerlos a prueba si andan o no en mi ley.” (LBLA revisada) – Normalmente el pan viene de la tierra. Aquí vemos como el Eterno cambia el orden de lo natural y les da pan del cielo, para enseñarles acerca del Mesías que es el pan del cielo, como está escrito en Juan 6:31-35:
“Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "LES DIO A COMER PAN DEL CIELO." Entonces Yeshúa les dijo: En verdad, en verdad os digo: no es Moshé el que os ha dado el pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo, y da vida al mundo. Entonces le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Yeshúa les dijo: Yo soy el pan de la vida; el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.” (LBLA revisada)
16:6-8 “Entonces Moshé y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: A la tarde sabréis que HaShem os ha sacado de la tierra de Egipto; y por la mañana veréis la gloria de HaShem, pues él ha oído vuestras murmuraciones contra HaShem; ¿y qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros? Y Moshé dijo: Esto sucederá cuando HaShem os dé carne para comer por la tarde, y pan hasta saciaros por la mañana; porque HaShem ha oído vuestras murmuraciones contra Él. Pues ¿qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra HaShem.” (LBLA revisada) – Aquí hay dos cosas que revelan secretos en cuanto al Mesías, la tarde y la mañana. En el versículo 12 se repite este mensaje, pero allí se dice explícitamente que va a ser entre las dos tardes que van a comer carne. El Mesías murió entre las dos tardes, como vimos en la parashá anterior. Este texto nos revela que el Mesías tenía que resucitar por la mañana para que pudiéramos ver la gloria del Eterno y ser totalmente saciados.
Quinta aliyá, 16:11-29
16:13-14 “Y sucedió que por la tarde subieron las codornices y cubrieron el campamento, y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Cuando la capa de rocío se evaporó, he aquí, sobre la superficie del desierto había una cosa delgada, como copos, menuda, como la escarcha sobre la tierra.” (LBLA) – En este texto vemos que el maná estaba debajo de la capa de rocío.
En Números 11:9 está escrito:
“Cuando el rocío caía en el campamento por la noche, sobre él caía el maná.” (LBLA revisada)
El texto hebreo dice que el maná caía sobre la capa de rocío, aunque la mayoría de las traducciones no lo han escrito. De esto aprendemos que había una capa de rocío debajo del maná y otra capa encima del maná. Ambas capas servían para protegerlo. De allí surgió la tradición en el pueblo judío de tener un mantel blanco en la mesa del shabat. Luego se coloca un manto blanco sobre los dos panes del shabat. Este último manto se retira antes de comer el pan, en recuerdo del momento cuando la capa de rocío se evaporaba en el desierto para que el pueblo pudiera ver el maná.
16:15 “Al verla, los hijos de Israel se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían lo que era. Y Moshé les dijo: Es el pan que HaShem os da para comer.” (LBLA revisada) – La palabra traducida como “maná” es man[19]. Los hijos de Israel dijeron man hu, que significa “Esto es man”, porque no sabían como se llamaba. Un Midrash[20] lo traducen como “¿Qué es esto?” En hebreo “¿Qué es esto?” se dice: Ma hu?, no Man hu. Rashí señala que la palabra man significa “comida preparada” y cita Daniel 1:5. Asocia la palabra man con el verbo man, “preparar comida” de la raíz maná[21], “medir”, “contar”, “preparar”.
16:16 “Esto es lo que HaShem ha mandado: "Cada uno recoja de él lo que vaya a comer; tomaréis un ómer por cabeza, conforme al número de personas que cada uno de vosotros tiene en su tienda."” (LBLA revisada) – Cada uno se refiere a cada padre de familia. Tenía que responsabilizarse para que se recogiera para todos los de su casa, para que cada uno tuviera un omer. El omer es una medida de capacidad. Según el rabino A. H. Naé es de 2,5 litros. Pero otras autoridades aumentan esta cantidad el 50% e incluso el 75%[22].
El omer alude al sacrificio de cebada que luego se iba a hacer en el templo el día después del shabat después de pesaj. Ese sacrificio fue instituido para anunciar el poder de la resurrección de las semillas que son cosechadas en primavera, en alusión a la resurrección del Mesías, como está escrito en 1 Corintios 15:20:
“Mas ahora el Mesías ha resucitado de entre los muertos, primicias (referencia al ómer de cebada) de los que durmieron.” (LBLA revisada)
“un omer por cabeza” – En hebreo dice “un omer por cráneo”. La palabra cabeza es gulgolet[23] que significa “cráneo”, “calavera”. De allí viene la palabra Gulgolta el lugar donde murió el Mesías, como está escrito en Mateo 27:33:
“Cuando llegaron a un lugar llamado Gulgolta, que significa Lugar de la Calavera” (LBLA revisada)
Cada padre de familia fue ordenado a suplir el pan del cielo, que apareció por primera vez el primer día de la semana, a cada uno de su familia. Tenía que recoger un omer por cabeza. Tanto el maná como el omer representan al Mesías Yeshúa. Cada uno necesita al Mesías.
16:17-18 “Y así lo hicieron los hijos de Israel, y unos recogieron mucho y otros poco. Cuando lo midieron con el omer, al que había recogido mucho no le sobró, ni le faltó al que había recogido poco; cada uno había recogido lo que iba a comer.” – Este hecho fue destacado en 2 Corintios 8:13-15 donde está escrito:
“Esto no es para holgura de otros y para aflicción vuestra, sino para que haya igualdad; en el momento actual vuestra abundancia suple la necesidad de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra necesidad, de modo que haya igualdad. Como está escrito: EL QUE recogió MUCHO, NO TUVO DEMASIADO; Y EL QUE recogió POCO, NO TUVO ESCASEZ.”
16:23 “él les respondió: Esto es lo que ha dicho HaShem: "Mañana es día de reposo, shabat consagrado a HaShem. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre guardadlo para mañana."” – El mandamiento del shabat no viene de Sinai, vino antes. Es una herencia desde la creación. La esencia de guardar el shabat es cesar de toda actividad creativa. En ese día el hombre deja de intervenir en la creación en reconocimiento de su Creador. El principal enfoque del shabat no es el descanso, sino el cese de actividades creativas o productivas. En primer lugar cesar y también descansar. Aunque una actividad no constituya un esfuerzo físico puede ser considerado un trabajo, en hebreo “melajá”, que viole el shabat. Cuando se cocina hay una transformación de los alimentos, lo cual es una violación del mandamiento si se hace en el shabat. Además hay que encender fuego para cocinar, lo cual es una melajá, trabajo de intervención en la creación, cf. Éxodo 35:3.
“shabat consagrado a HaShem” – El propósito del shabat es dedicarse al Eterno, no hacer lo que a uno le guste, como está escrito en Isaías 58:13-14:
“Si por causa del día de reposo apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al día de reposo delicia, al día santo de HaShem, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni buscando tu placer, ni hablando de tus propios asuntos, entonces te deleitarás en HaShem, y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de tu padre Yaakov; porque la boca de HaShem ha hablado.”
16:25 “Y Moshé dijo: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para HaShem; hoy no lo hallaréis en el campo.” – Hay varias razones por las cuales el Eterno ha creado al hombre con la necesidad de comer:
· Para aprender a depender de su Padre celestial.
· Para aprender que el Padre celestial es bueno.
· Para tener una ocupación diaria y no caer en la ociosidad.
· Para poder de relacionarse con otros de manera profunda.
· Para poder suplir las necesidades nutritivas del cuerpo.
· Para poder aprender las verdades eternas del cielo.
· Para aprender a obedecer los mandamientos.
Las Escrituras nos muestran que nuestra relación con la comida está conectada con nuestra relación con el Eterno. El primer pecado fue por una comida prohibida. La comida fue creada para que el hombre aprenda a obedecer al Eterno.
16:26 “Seis días lo recogeréis, pero el séptimo día, shabat, no habrá nada.” (LBLA revisada) – Este es el ciclo de la semana, seis días de trabajo y un día de cese, para dedicarse al Eterno en la congregación y también descansar en casa junto con la familia.
16:29 “Mirad que HaShem os ha dado el shabat; por eso el sexto día os da pan para dos días. Quédese cada uno en su lugar, y que nadie salga de su lugar el séptimo día.” (LBLA revisada) – El shabat es un regalo del Eterno. Sólo el que lo abra y lo use podrá disfrutar de él. No se puede explicar la bendición que se experimenta cuando se guarda este día, hay que vivirla.
El mandamiento de quedarse en su lugar no significa que no se puede salir de su casa, como vemos más adelante cuando los hijos de Israel encontraron a un hombre recogiendo leña en shabat, cf. Números 15:32ss. Esta prohibición es para que el pueblo no salga a recoger maná en shabat.
A base de este versículo, los sabios de Israel han establecido[24] la distancia de 2000 codos hacia las cuatro direcciones como límite del shabat, en el cual se puede mover fuera de una ciudad amurallada. Esta halajá, ley práctica de aplicación de la Torá, está mencionada en Los Escritos Mesiánicos, como está escrito en Hechos 1:12:
“Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cerca de Jerusalén, camino de shabat.” (LBLA revisada)
Vemos que Los Escritos Mesiánicos reconoce la halajá de las autoridades judías.
Sexta aliyá, 16:30-36
16:33-34 “Entonces dijo Moshé a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un omer lleno de maná, y colócalo delante del Eterno a fin de guardarlo para vuestras generaciones. Tal como el Eterno ordenó a Moshé, así lo colocó Aarón delante del Testimonio para que fuera guardado.” (LBLA revisada) – El omer tenía que ser guardado en una vasija de barro, según Rashí. La palabra “testimonio” significa las tablas de piedra que el Eterno iba a dar a Moshé más adelante. Es la primera vez que esta palabra aparece con este sentido. Habla también del testimonio interior del corazón de cada persona que ha nacido del Espíritu del Mesías, que le dice que es un hijo de Dios, como está escrito en 1 Juan 5:10-12:
“El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” (LBLA revisada)
En 2 Corintios 13:5 está escrito:
“Poneos a prueba para ver si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos. ¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Yeshúa el Mesías está en vosotros, a menos que en verdad no paséis la prueba?” (LBLA revisada)
El que ha experimentado la salvación tiene el testimonio dentro de su corazón. Él sabe que es un hijo de Dios. El que no tiene ese testimonio no es Su hijo. Aquí está escrito que el maná tenía que ser colocado delante del testimonio. Estos dos están íntimamente relacionados.
En Revelación 19:10 está escrito:
“Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dice: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Yeshúa; adora a Dios. Pues el testimonio de Yeshúa es el espíritu de la profecía.” (LBLA revisada)
Séptima aliyá, 17:1-16
17:2 “Entonces el pueblo contendió con Moshé, y dijeron: Danos agua para beber. Y Moshé les dijo: ¿Por qué contendéis conmigo? ¿Por qué tentáis a HaShem?” (LBLA revisada) – El que murmura contra un líder que obedece al Eterno está tentándole al Él.
17:6 “He aquí, yo estaré allí delante de ti sobre la peña en Jorev; y golpearás la peña, y saldrá agua de ella para que beba el pueblo. Y así lo hizo Moshé en presencia de los ancianos de Israel.” (LBLA revisada) – Según Rashí este golpe tenía que ser muy fuerte. La palabra que ha sido traducida como “peña” es tsur [25] que significa “roca”. Esta roca era el Mesías, como está escrito en 1 Corintios 10:4:
“y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era el Mesías.” (LBLA revisada)
En Números 20:8-11 se habla de un peñasco, en hebreo sela[26], que no es tan alta, a la cual Moshé tenía que hablar, no golpear, para que saliera agua. Esto nos enseña que el Mesías fue golpeado sólo una vez. Ese golpe produjo agua para todo el pueblo de Israel. Si golpeamos al Mesías otra vez no podremos entrar en la tierra prometida, según Hebreos 6:4-6, donde está escrito:
“Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados, que probaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, que gustaron la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez para arrepentimiento, puesto que de nuevo cuelgan en un madero para sí mismos al Hijo de Dios y le exponen a la ignominia pública.” (LBLA)
17:7 “Y puso a aquel lugar el nombre de Masá y Merivá, por la contienda de los hijos de Israel, y porque tentaron a HaShem, diciendo: ¿Está HaShem entre nosotros o no?” (LBLA revisada) – Mashá significa “prueba”, “tentación” y Merivá significa “riña”, “provocación”. Este hecho está referido en el Salmo 95:7-11, (cf. Hebreos cap. 3-4) donde está escrito:
“Porque Él es nuestro Dios, y nosotros el pueblo de su prado y las ovejas de su mano. Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón como en Merivá, como en el día de Masá en el desierto, cuando vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque habían visto mi obra. Por cuarenta años me repugnó aquella generación, y dije: Es un pueblo que se desvía en su corazón y no conocen mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: Ciertamente no entrarán en mi reposo.” (LBLA revisada)
Es muy peligroso desafiar al Eterno, hace que su protección se aleje de nosotros y nuestros enemigos podrán matarnos, como vemos a continuación.
17:8 “Y vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.” (LBLA) – Amalec vino en el momento cuando el pueblo estaba desafiando al Eterno riñiendo con sus siervos. El Midrash[27] deriva el nombre Amalec de las dos palabras am, “pueblo” y lac, “lamer” – el pueblo que vino a lamer sangre. Amalec fue un descendiente de Esav, el enemigo principal de Israel, cf. Génesis 36:15-16. Él atacó por detrás, como está escrito en Deuteronomio 25:17-19:
“Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino cuando saliste de Egipto, cómo te salió al encuentro en el camino, y atacó entre los tuyos a todos los agotados en tu retaguardia cuando tú estabas fatigado y cansado; y él no temió a Dios. Por tanto, sucederá que cuando HaShem tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos alrededor, en la tierra que HaShem tu Dios te da en heredad para poseerla, borrarás de debajo del cielo la memoria de Amalec; no lo olvides.” (LBLA revisada)
17:10 “Y Yehoshúa hizo como Moshé le dijo, y peleó contra Amalec; y Moshé, Aarón y Jur subieron a la cumbre del collado.” (LBLA revisada) – Es la primera vez que es mencionado Yehoshúa y es en relación con la guerra. Su nombre significa “HaShem salva”. Por medio de él HaShem trae salvación para Israel. Yehoshúa representa a Yeshúa el Mesías. Él es el que nos ayuda a pelear contra nuestro enemigo más cruel, la carne, que nos ataca por detrás.
Aharón es el hermano de Moshé, que representa la intercesión por el líder. Jur es el abuelo de Betsalel que construyó el tabernáculo, cf. Éxodo 31:2, y representa el apoyo práctico y económico que un líder necesita.
17:12 “Pero las manos de Moshé pesaban. Entonces tomaron una piedra y la pusieron debajo de él, y se sentó en ella; y Aarón y Jur le sostenían las manos, uno de un lado y otro del otro. Así estuvieron sus manos firmes hasta que se puso el sol.” (LBLA revisada) – La guerra no era sólo física, sino también espiritual. Moshé hizo su parte mediante su oración y el ayuno para enfrentar los espíritus malignos que estaban detrás de los Amalecitas, y Yehoshúa hizo su parte para enfrentar los ataques físicos. Ambas cosas eran necesarias para salvar al pueblo. La piedra representa al Mesías sobre la cual Moshé rabenu se sentó. Con la ayuda de sus colaboradores que le sostenían las manos, pudo ser fiel hasta la puesta del sol, y así Yehoshúa pudo vencer en esta guerra. Esto nos enseña que la postura del cuerpo es importante para que podamos tener victoria en el mundo espiritual. No era suficiente que Moshé orara con su boca, tenía que levantar sus manos para que los enemigos no vencieran. Era una guerra espiritual en primer lugar. Sin el apoyo de los colaboradores Israel hubiera perdido la batalla. Esto nos enseña la importancia de que un líder tenga buenos colaboradores, algunos que le apoyen en intercesión y otros que le apoyen en lo práctico y lo económico. Sin este tipo de ministerios en una comunidad no se puede vencer sobre los ataques del enemigo.
Si no hay unidad entre los líderes estamos perdidos contra nuestro enemigo. Los cuatro nombres de este pasaje, Aharón, Jur, Yehoshúa y Moshé, empiezan por las cuatro letras alef, jet, yud y mem. Estas letras forman el nombre ajim que significa “hermanos”. La completa unidad entre ellos produjo la victoria final en esta batalla, como está escrito en el Salmo 133, “hine ma tov...”:
“Cántico de ascenso gradual; de David. Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía. Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aharón, que desciende hasta el borde de sus vestiduras. Es como el rocío de Jermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí mandó HaShem la bendición, la vida para siempre.” (LBLA revisada)
17:14 “Entonces dijo HaShem a Moshé: Escribe esto en un libro para que sirva de memorial, y haz saber a Yehoshúa que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo.” (LBLA revisada) – Las cosas importantes hay que poner por escrito. HaShem ordenó a Moshé escribir en un libro para que no se olvidara.
Yehoshúa recibió este mensaje. Esto alude, según Rashí, a que él iba a ser el sucesor de Moshé. Pero también alude a que Yeshúa es el único que finalmente podrá destruir el poder de Amalec en los últimos tiempos.
17:16 “y dijo: HaShem lo ha jurado; HaShem hará guerra contra Amalec de generación en generación.” (LBLA revisada) – Esto nos enseña que en cada generación hay un Amalec que intenta destruir el pueblo judío. Hamán, que aparece en el libro de Ester, fue un descendiente de Amalec. Adolf Hitler fue un Amalec en su generación. Yasser Arafat era otro. El último que vendrá antes de la venida del Mesías será matado con la espada de su boca, como está escrito en Isaías 11:4b:
“herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío.” (LBLA)
En 2 Tesalonicenses 2:8 está escrito:
“Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (LBLA)
¡Que sea pronto y en nuestros días! Amén.
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