Parashá 09 VaYéshev
Génesis 37:1 – 40:23
- 37:1-11
- 37:12-22
- 37:23-36
- 38:1-30
- 39:1-6
- 39:7-23
- 40:1-23
- Maftir: 41:20-23
Haftará: Amós 2:6 – 3:8
VaYeshev
Significa “y se estableció”, “y se asentó”.
Primera aliyá, 37:1-11
Yaakov se establece en la tierra donde peregrinó su padre. A la edad de diecisiete años Yosef apacienta el rebaño con sus hermanos, los hijos de las concubinas de su padre. Yosef trae malos informes de ellos a su padre. Yaakov ama a Yosef más que al resto de sus hijos y le hace una túnica de colores. Por eso sus hermanos le tienen odio y no pueden hablarle bien. Dos sueños que tiene Yosef producen aún más odio y envidia en ellos. Primero sueña que estaban atando gavillas en el campo y las gavillas de los hermanos se inclinaron ante su gavilla que se había levantado y puesto derecha. Luego sueña que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante él. Su padre le reprende por su segundo sueño pero lo guarda en su memoria.
Segunda aliyá, 37:12-22
Los hermanos están apacentando el rebaño en Shejem y Yosef es enviado allí por su padre desde Jevrón para ver cómo están. Un hombre le encuentra dando vueltas por el campo y le informa que se han ido a Dotán. Cuando Yosef se les acerca en Dotán traman contra el soñador para matarlo y echarlo en un pozo y decir que una fiera lo devoró. Pero Reuvén impide que lo maten y, para poder liberarlo y devolverlo a su padre, les dice que le echen en un pozo.
Tercera aliyá, 37:23-36
Yehudá se aparta de sus hermanos y se casa con la hija de Shúa que le da a luz tres hijos, llamados Er, Onán y Shelá. Luego toma una mujer para su hijo primogénito, llamada Tamar. Pero HaShem quita la vida de Er porque era malvado. Onán recibe la orden de su padre de cumplir con su deber de levantar descendencia a su hermano y llegar a su mujer. Pero cuando se llega a ella derrama el semen en la tierra para no dar descendencia a su hermano. Por eso HaShem también le quita la vida. Tamar es enviada a la casa de su padre para esperar que Shelá crezca.
Después de mucho tiempo muere la esposa de Yehudá. Después del duelo Yehudá sube a los trasquiladores de sus ovejas en Timna junto con su amigo Jirá. Cuando Tamar es informada sobre ello se quita su ropa de viuda y se cubre con un velo y se sienta cerca del camino de Timna porque se ha dado cuenta de que no había sido dada a Shelá como mujer aunque había crecido. Yehudá piensa que es una prostituta y le ofrece un cabrito para poder llegar a ella. Como señal ella le pide tres cosas que lleva puesto. Y así ella concibe de él. Luego se viste de viuda de nuevo. Yehudá envía el cabrito por medio de su amigo para recobrar la prenda pero no la encuentra. Los hombres del lugar tampoco saben nada de una prostituta.
A los tres meses informan a Yehudá que Tamar ha fornicado y él ordena que sea quemada. Entonces ella envía a decir a su suegro que investigue para saber de quién son las tres cosas que tiene como señal. Yehudá reconoce que ella tiene razón y que él es el responsable del embarazo por no haberle dado a su hijo Shelá. Pero no vuelve a conocerla más. Cuando va a dar a luz tiene mellizos. Uno de los dos saca su mano y la partera le ata un hilo escarlata pensando que va a salir primero. Pero retira su mano y el hermano sale. Por eso fue llamado Perets, brecha. El hermano que tiene el hilo es llamado Zeraj.
Quinta aliyá, 39:1-6
Yosef es comprado por Potifar, el oficial de Faraón. El Eterno está con él y llega a ser un hombre próspero. Está sirviendo en la casa de su amo y todo lo que hace prospera. Su amo se da cuenta de ello y le hace su siervo personal y mayordomo sobre toda su casa. La casa y los campos del egipcio son bendecidos por causa de Yosef y le deja todo lo que posee en las manos de Yosef y sólo se preocupa por el pan que come. Yosef tiene un aspecto muy hermoso.
Sexta aliyá, 39:7-23
La mujer del amo de Yosef pone su mirada en él y le dice que se acueste con ella. Pero él le contesta que no puede cometer esa gran maldad y pecar contra Dios. Ella insiste día tras día pero él no quiere ni estar con ella. Un día, cuando no hay nadie en la casa, Yosef entra para hacer su trabajo. Ella ase de su ropa y le pide que se acueste con ella. Pero él deja su ropa y sale huyendo afuera. Ella llama a los hombres de la casa y dice que Yosef vino para acostarse con ella y que ella había gritado a gran voz y que por eso él había dejado la ropa allí y había salido huyendo. Luego cuenta el miso cuento a su marido. Su marido se enfada y echa a Yosef en la cárcel donde tendrá que seguir por mucho tiempo. Pero el Eterno está con Yosef y le da misericordia de manera que el jefe de la cárcel le da la confianza de administrar toda la cárcel. Todo lo que él emprende HaShem lo hace prosperar.
Séptima aliyá, 40:1-19
El copero y el panadero del Faraón le ofenden y son puestos en la cárcel donde está Yosef. Después de un año tienen ambos un sueño la misma noche. Por la mañana Yosef los ve preocupados y les pregunta qué pasa. Le dicen que han tenido un sueño y nadie lo puede interpretar. Yosef dice que las interpretaciones pertenecen a Dios y les pide que se lo cuenten. El jefe de los coperos soñó con una vid con tres sarmientos que brotaron y produjeron uvas maduras. Tomó las uvas y las exprimió en la copa del Faraón que estaba en su mano y la dio a Faraón. Yosef dice que los tres sarmientos son tres días y que en tres días su cabeza será levantada y le será devuelto el puesto que tenía antes. Luego Yosef le pide que se acuerde de él cuando le vaya bien para mencionarle ante el Faraón para sacarle de la cárcel. Revela que fue secuestrado y que no ha hecho nada malo para tener que estar en el calabozo.
El jefe de los panaderos soñó con tres cestas de pan sobre su cabeza llenas de manjares hechos por un panadero para el Faraón. Pero fueron comidos por los pájaros. Yosef dice que las tres cestas son tres días y que dentro de tres días el Faraón le va a quitar la cabeza y colgarle en un árbol para que las aves coman su carne.
Al tercer día es el cumpleaños de Faraón y hay un banquete para todos sus siervos. El jefe de los coperos es restaurado en su cargo y el jefe de los panaderos es ahorcado. Sin embargo, el jefe de los coperos no se acuerda de Yosef.
Comentarios
Primera aliyá, 37:1-11
37:1 “Y Yaakov habitó en la tierra donde había peregrinado su padre, en la tierra de Kenáan.” (LBLA revisada) – No es lo mismo habitar que peregrinar. La actitud de un peregrino es que no tiene una morada fija, siempre está de camino a otro lugar. Ahora Yaakov tiene el deseo de asentarse y dejar de ser peregrino. Esto es un error. Cuando un justo quiere dejar de luchar y disfrutar de esta vida, está intentando sacar de antemano lo que recibirá en el mundo venidero. Pero HaShem no le permitió hacer esto y le sucedió el problema con Yosef.
Es necesario tener lucha en esta vida para poder estar sano espiritualmente. Cuando no hay conflictos y todo va bien hay una tendencia de querer aflojarse y dormir espiritualmente. Los problemas y las luchas nos mantienen en alerta y nos obligan a buscar al Eterno en todo momento. El Hijo de Dios aprendió la obediencia a través de los sufrimientos, como está escrito en Hebreos 5:8:
“aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció” (LBLA)
Así que el que quiere huir de los sufrimientos y de los problemas nunca aprenderá la obediencia.
Es más, los mismos sufrimientos que pasamos en el olam hazé, este siglo, producen una gloria que permanecerá en el olam habá, el siglo venidero, como está escrito en 2 Corintios 4:17:
“Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación” (LBLA)
En Romanos 8:16-18 está escrito:
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con el Mesías, si en verdad padecemos con él a fin de que también seamos glorificados con él. Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada.” (LBLA revisada)
Para ser herederos en el siglo venidero hay que padecer con el Mesías. Cuanto más suframos ahora más gloria tendremos entonces, como está escrito en 1 Pedro 1:7:
“para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Yeshúa el Mesías” (LBLA revisada)
En 1 Pedro 4:13 está escrito:
“antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos del Mesías, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría.” (LBLA revisada)
En Hebreos 11:35b está escrito:
“otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección.” (LBLA)
En 1 Corintios 15:41 está escrito en relación con la resurrección:
“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria.” (LBLA)
37:2a “Esta es la historia de las generaciones de Yaakov: Yosef...” (LBLA revisada) – La historia de una persona sigue en sus hijos. Esta no es la historia de Yosef, sino de Yaakov. En el capítulo 38 encontramos el relato de la vida de Yehudá. Estos dos, Yosef y Yehudá, son los dos hijos más importantes de Israel. Alrededor de estos dos giran toda la historia de salvación del Eterno. Yosef llegó a ser el padre de Efrayim que es el ancestro de la tribu principal de la casa de Israel constituida por las diez tribus del norte que eventualmente se separarían de las dos tribus en el sur. Yehudá es el ancestro del pueblo judío y del Mesías. La primogenitura pasó a los hijos de Yosef, como está escrito en 1 Crónicas 5:1-2:
“Y los hijos de Reuvén, el primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como profanó la cama de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de Yosef, hijo de Israel; de modo que no está inscrito en la genealogía conforme a los derechos de primogenitura; aunque Yehudá prevaleció sobre sus hermanos, y de él es el príncipe, los derechos de primogenitura pertenecían a Yosef)” (LBLA revisada)
Esta es la razón por la que aparecen entrelazados los relatos de Yosef y Yehudá en esta sección de las Escrituras.
El Eterno está cumpliendo su propósito en el mundo a través de Yaakov. El pueblo de Israel y el Mesías son el medio del Eterno para bendecir el resto de la humanidad. Todos estos relatos son narraciones preparatorias para la introducción del Mashíaj en Israel y el mundo. Si se desconecta al Mesías de los relatos de la Torá se crea un seudo-Mesías, un ser híbrido sin realidad histórica. El Mesías está íntimamente conectado con la historia de Israel. Por esto podemos encontrar en los relatos acerca de Yosef y de Yehudá sombras proféticas que señalan hacia el Mesías Yeshúa. Estos textos dan paso a la proclamación de Yeshúa como el Mesías ben Yosef, hijo de Yosef, y el Mesías ben David, hijo de David.
37:2b “Yosef, cuando tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilháh y con los hijos de Zilpá, mujeres de su padre. Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” (LBLA revisada) – Como hemos dicho antes, el nombre Yosef significa “quitará” y “añadirá” y es una referencia al Mesías que vino para morir para quitar el pecado de Israel y el mundo y sus consecuencias y resucitar para añadir a los gentiles dentro del pueblo escogido.
“apacentaba el rebaño” – Como Yosef era un pastor también lo era Yeshúa, pero en otro nivel, según Juan 10:11 donde dice:
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.” (LBLA)
“Y Yosef trajo a su padre malos informes sobre ellos.” – Los cuatro hijos de las concubinas no se portaban bien y Yosef habló mal de ellos ante su padre. En lugar de reprenderles a ellos y aclarar posibles malos entendidos habló con su padre, lo cual constituye el pecado de lashón hará, lengua de maldad. Los rabinos enseñan que por esta mala lengua luego tenía que estar en la cárcel durante 10 años.[1]
37:3 “Y amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.” (LBLA revisada) – Hay varias razones por las que Israel amaba a Yosef: era el hijo de su vejez, era el hijo de su esposa preferida, tenía mucho en común con él mismo y, según un Midrash[2], Yaakov sabía por medio de una profecía que Yosef iba a ser una gran persona. Yaakov y Yosef se parecían en muchos aspectos:
· Ambos tenían una madre estéril y nacieron por una intervención divina.
· Ambos fueron odiados por sus hermanos.
· Ambos experimentaron como sus hermanos querían matarlos.
· Ambos se hicieron ricos.
· Ambos se casaron fuera de la Tierra.
· Ambos fueron acompañados por ángeles.
· Los suegros de ambos fueron bendecidos por causa de ellos.
· Ambos viajaron a Egipto.
· Ambos pidieron que sus huesos fueran trasladados a la Tierra prometida.
· Ambos murieron en Egipto.
37:4 “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.” (LBLA) – La lucha entre hermanos depende, hasta cierto grado, de la tensión que hay entre los padres. Los hijos son el reflejo de sus padres. La “poca” envidia que hubo entre las madres se multiplicaba en los hijos y se transformó en envidia de muerte. La razón por la que esta envidia llegó a tal extremo fue el favoritismo que mostraba Yaakov hacia uno de sus hijos. No es lo mismo reconocer las buenas cualidades de un hijo que tener favoritismo. Como padre, es necesario destacar las cualidades buenas de todos los hijos y no hacer comparaciones entre ellos. Las comparaciones crean muchas luchas innecesarias. Cada hijo es diferente y tiene diferentes dones y cualidades, unos más que otros. Pero esto no significa que uno sea mejor que el otro. El que tiene más dones tiene más responsabilidad y hay que exigirle más, como está escrito en Lucas 12:48b:
“A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.” (LBLA)
Para ser buenos padres hay que tratar a nuestros hijos de la misma manera como el Padre celestial trata a Sus hijos, como está escrito en Efesios 6:4:
“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” (LBLA)
Y en Hebreos 12:7-11, donde está escrito:
“Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline? Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos. Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos? Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero El nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad. Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.” (LBLA)
Es importante destacar las virtudes de nuestros hijos en todas las diferentes áreas en que HaShem los haya dotado.
A pesar de la situación crítica en la familia de Israel e incluso, por medio de estas tensiones familiares, HaShem, en su infinita sabiduría, lleva a cabo su plan de salvación para Israel y el mundo. El puede usar nuestra carnalidad para cumplir su propósito, ¡Bendito seda su Nombre!
Los hijos de Leá nacieron con un complejo de inferioridad y de rechazo, heredado de su madre. Como Leá se sentía menospreciada por Yaakov, porque él prefería a Rajel antes que a ella, su sentimiento pasó a los hijos.
Una persona con ese complejo siente que otros son amados y yo no, otros son apreciados pero yo no, otros son aceptados pero yo no. El complejo de inferioridad lleva la persona al auto desprecio. No importa cuánto se esfuerce, nunca se sentirá contenta consigo misma. Este complejo es formado por actitudes y palabras de los padres incluso desde antes de nacer. Un niño que ha sido engendrado por padres que no deseaban tener hijos está acomplejado desde antes de nacer. Un niño que oye palabras como: “tú no vales”, “qué malo eres”, “eres un pesado”, “no quiero verte”, “ya no te quiero”, etc., es acomplejado por sus padres. Las palabras de los padres tienen muchísima influencia en la formación del carácter del niño, especialmente durante el primer tiempo de su vida.
Los seis primero años de la vida de un niño son decisivos para el resto de su vida. Por eso es importante que los padres no dejen a sus hijos al cuidado de otros durante sus primeros años. La ausencia de los padres y, especialmente en el primer tiempo, la de la madre, crea un vacío emocional dentro del niño que no puede ser llenado con nada del mundo al menos que el Eterno haga una intervención sobrenatural para sanar su alma dañada.
Los padres proyectan en sus hijos la imagen del Eterno. Los niños reciben una imagen del Eterno según hayan sido sus padres con ellos. Si un padre nunca está en casa para dedicar tiempo con sus hijos los hijos van a creer que el Eterno está ausente y no está interesado en sus vidas. Si un padre trata con dureza a sus hijos y los castiga por sus errores los hijos van a pensar que el Eterno los castiga por cualquier error que cometan. Hay padres que pegan a sus hijos cuando cometen errores no cuando son rebeldes. Esto crea un trauma en el niño que difícilmente es quitado. Ese niño tendrá problemas en su relación con el Eterno. Pensará que él le castiga por cualquier cosa. No ha aprendido que hay una relación entre rebeldía y castigo, entre desobediencia y maldición. Piensa que todo lo malo que le sucede es porque el Eterno le está castigándolo según Sus propios caprichos.
Si los padres no tienen normas claras y constantes los hijos aprenden que el Eterno es caprichoso y fluctuante y que cambia sus mandamientos de un tiempo a otro, de una era a otra. Si los padres prometen cosas a sus hijos y luego no las cumplen los hijos van a dudar de las promesas eternas del Padre celestial, que no puede mentir. Si los padres dicen mentiras entre ellos o a sus hijos los hijos van a pensar que la Biblia no es verdad y que el Eterno puede engañar a los hombres. Si los padres no valoran y premian el esfuerzo de los niños eventualmente perderán su interés en progresar en la vida y pensarán que no son aptos para servir al Eterno. Si un padre hace comparaciones y muestra favoritismo entre los hijos van a pensar que algunos hijos del Eterno son favorecidos más que otros y esto crea envidias, luchas y endiosamientos idolátricas de los líderes entre el pueblo del Eterno.
Cuando un niño recibe amor, atención, instrucción y corrección y es estimulado sin ser comparado con sus hermanos o con otros compañeros, sino valorado, en primer lugar por lo que es y, en SEGUNDO lugar por lo que produce, aprenderá a apreciarse a si mismo y así podrá apreciar a los demás sin sentir envidia cuando otros progresen más que él. El remedio de la envidia es el amor, como está escrito en 1 Corintios 13:4b:
“El amor no tiene envidia” (LBLA)
Cuando una persona no ama es porque no se siente amada, como está escrito en 1 Juan 4:19:
“Nosotros amamos, porque El nos amó primero.” (LBLA)
El que da amor a otros es porque ha recibido amor. No puedes dar algo que no has recibido. Así que el remedio contra la envidia es recibir el amor del Eterno personalmente.
Para ser libre del complejo de rechazo y de inferioridad hace falta recibir amor. Algunos han sido tan dañados en sus emociones que no son capaces de creer en el amor que están recibiendo, como está escrito en 1 Juan 4:16:
“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.” (LBLA)
Según este texto hay dos maneras de relacionarse con el amor del Eterno, primero conocerlo, que no es algo intelectual sino experimental. Segundo, creer en el amor que el Eterno tiene para nosotros. Hay momentos cuando no siento el amor del Eterno y en esos momentos mis emociones me están mintiendo. En esa situación tendré que salir de la cárcel emocional y creer en el amor que el Eterno ha mostrado al dejar que su Hijo muera por mi personalmente, como está escrito en Gálatas 2:20b:
“la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (LBLA)
Pero si una persona está muy dañada en sus emociones ha creado un muro de protección alrededor de su interior que no le permite salir ni permite entrar a nadie. Ni siquiera el amor del Eterno puede alcanzar ese corazón herido. Esa persona no puede ni sentir ni creer en el amor del Eterno por mucho que se le diga que le ame. Como sus emociones dicen que nadie le quiere no cree en alguien que le dice que le ama. Prefiere creer más en sus propias emociones que en la verdad y esto es muy grave cuando se trata de la Palabra del Eterno. En las Escrituras HaShem ha mostrado su amor por todo el mundo, como está escrito en Juan 3:16:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (LBLA)
La mayor manifestación del amor del Eterno es la muerte y resurrección de Su Hijo a favor de todas las personas en particular, como está escrito en 1 Juan 4:9:
“En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de El.” (LBLA)
Una persona acomplejada tiene mucha dificultad para recibir este amor. Hay sólo una cosa que puede entrar dentro de su alma y romper esa muralla que ha edificado alrededor de sus emociones mentirosas, la Palabra del Eterno dada por medio de una revelación en el poder del Espíritu. Con otras palabras, sólo Yeshúa el Mesías, que es la Palabra viva de HaShem, puede sanar esa alma, como está escrito en 1 Pedro 2:25:
“Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas.” (LBLA)
En esta era mesiánica en la que vivimos HaShem ha depositado en su Hijo Yeshúa la autoridad y la capacidad para tratar con las almas de los hombres. Yeshúa es el único que puede sanar el alma del hombre, como está escrito en Mateo 11:27-30:
“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.” (LBLA)
También Yeshúa ha delegado a sus siervos la autoridad para tratar con este tipo de complejos dentro de las personas, como está escrito en 2 Corintios 10:3-6:
“Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia del Mesías, y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea completa.” (LBLA revisada)
Las fortalezas son las defensas sicológicas que la persona acomplejada ha creado en su interior. Esas defensas están basadas sobre argumentos mentirosos como: “Nadie me ama”, “Soy malo”, Soy fea”, “Soy un pobre y siempre lo seré”, “Siempre me salen las cosas mal”, etc. Todos estos argumentos son falsos y atentan contra la verdad divina revelada en las Escrituras. El complejo de rechazo e inferioridad es una cosa emocional que no siempre tiene su base en la realidad. Por medio de las Escrituras y el poder del Espíritu del Eterno es posible quebrantar todos estos argumentos.
La segunda cosa que es mencionada en este texto son los razonamientos altivos que se levantan. La reacción sicológica para intentar de superar el sentimiento de rechazo y de inferioridad es la soberbia, la altivez. Como las emociones me dicen que no soy nadie hago todo lo posible para mostrarme a mi mismo y a todo el mundo que sí soy alguien. Y así voy buscando todas las virtudes mías y las destaco y las muestro a los demás, intentando mostrarme a mi mismo y a los demás que no soy tan malo como me dicen mis sentimientos. “Mira, YO soy bueno en esto”, “Fíjate que YO logré esto” etc. La auto exaltación y el orgullo son síntomas de una persona acomplejada que en el fondo de su corazón no se siente amada por nadie, ni siquiera por el Eterno.
Otro intento de superar el sentimiento de rechazo interior es hacerse amigos mediante regalos. Si yo les doy esto me va a amar. Tenemos un buen ejemplo de esto en Leá que dijo, según Génesis 29:32:
“Y concibió Leá y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Reuvén, pues dijo: Por cuanto el Eterno ha visto mi aflicción, sin duda ahora mi marido me amará.” (LBLA revisada)
Otro ejemplo vemos en Génesis 30:20 donde está escrito:
“Y Lea dijo: Dios me ha favorecido con una buena dote; ahora mi marido vivirá conmigo, porque le he dado seis hijos. Y le puso por nombre Zvulún.” (LBLA revisada)
Leá pensaba que por medio de sus propios esfuerzos podía ganarse el amor de Yaakov. Ese no es el camino. El camino de ser sanado del complejo de rechazo es recibir el amor gratuito del Eterno. Su amor no depende de mí sino de él mismo. El me ama, no porque yo sea de una u otra manera, sino porque ha decidido amarme.
Hay dos tipos de amor del Eterno, un amor incondicional y un amor condicional. El amor incondicional no depende del hombre, si es bueno o malo, si cumple o no, como está escrito en Oseas 3:1:
“Y el Eterno me dijo: Ve otra vez, ama a una mujer amada por otro y adúltera, así como el Eterno ama a los hijos de Israel a pesar de que ellos se vuelven a otros dioses y se deleitan con tortas de pasas.” (LBLA)
En Mateo 5:44-45 está dicho:
“Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos; porque El hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” (LBLA)
Y en Romanos 5:6-8 está escrito:
“Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo el Mesías murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Mesías murió por nosotros.” (LBLA revisada)
Ese amor incondicional es el que nos sana de nuestros complejos.
El amor condicional del Eterno es desarrollado cuando hay una respuesta por parte del hombre a Su amor incondicional, como está escrito en Deuteronomio 7:11-13:
“Guarda, por tanto, el mandamiento y los estatutos y los decretos que yo te mando hoy, para cumplirlos. Y sucederá que porque escuchas estos decretos y los guardas y los cumples, el Eterno tu Dios guardará su pacto contigo y su misericordia que juró a tus padres. Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu cereal, tu mosto, tu aceite, el aumento de tu ganado y las crías de tu rebaño en la tierra que El juró a tus padres que te daría.” (LBLA)
Y en Juan 14:23 está escrito:
“Yeshúa respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.” (LBLA)
Yaakov amaba a Yosef más que a todos los demás hijos. El amaba a todos pero amaba a Yosef más que a los demás por la relación más íntima que tenía con él, entre otras cosas, por causa del amor recíproco que recibió de él y también por la revelación profética que tenía sobre su futuro.
El amor condicional está basado en el amor incondicional. Es muy importante que un padre diga a su hijo: “No importa lo que hagas, te amaré igual”. De esa manera el hijo se siente seguro en el amor de su padre y podrá relacionarse correctamente con su Padre celestial. Ahora, si el hijo se porta mal tiene que saber que el padre no ama su conducta sino a él, y desea que se aparte de su mala conducta.
La persona acomplejada proyecta su complejo sobre otros. Una madre con un complejo de rechazo rechaza a sus hijos y es capaz de decir: “ya no te quiero”, “no quiero verte más”. La solución para todo esto es el amor.
Una persona que se siente menospreciada menosprecia a los demás y no puede aceptar que otra persona sea exaltada más que ella. Tiene envidia y celos y luchas de poder. No es capaz de reconocer una virtud de su hermano porque siente que es una amenaza contra él.
Los hijos de Leá y los hijos de las ex esclavas rechazaban a su hermanastro Yosef porque había sido puesto por su padre como el heredero de la primogenitura. Por las excavaciones arqueológicas que se han hecho en Egipto, se sabe que los jefes de las tribus semitas llevaban túnicas con muchos colores como señal de su liderazgo.[3] Es obvio que el padre había marcado a Yosef como el heredero de la primogenitura, como vimos en el texto de 1 Crónicas 5:1-2. Según Deuteronomio 21:15-17 Yaakov no tenía el derecho de quitar de Reuvén la primogenitura y dársela a Yosef. Sin embargo, por causa del pecado de Reuvén perdió su primogenitura, cf. Génesis 49:3-4, y fue dado a Yosef, no por preferencia personal sino por revelación profética. Hay varios ejemplos en las Escrituras donde vemos que el orden natural de herencia es cambiado por el orden profético, cf. Génesis 48:17-20.
En el Talmud se habla de dos tipos de Mesías.[4] Por un lado se habla de Mashíaj ben Yosef, que es el Mesías sufriente como hijo de Yosef, no necesariamente en el sentido literal como descendiente sino en el sentido alegórico como seguidor, imitador. Por el otro lado se habla de Mashíaj ben David, el Mesías triunfante descendiente directo de la casa de David.
En Yeshúa se cumplen estos dos papeles. En su primera aparición vino como Mesías ben Yosef y en su segunda vendrá como Mesías ben David.
“amaba Israel a Yosef más que a todos sus hijos... su padre lo amaba más que a todos sus hermanos” – En Mateo 3:17b el Padre celestial dice de Yeshúa:
“Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.” (LBLA)
37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.” (LBLA) – Las gavillas hablan de una cosecha que tiene mucho que ver con la vida de Yosef y del Mesías. La cosecha es un producto de la nueva vida que viene de la muerte de los granos.
“mi gavilla se levantó” – Alude al levantamiento de Yosef y a la resurrección de Yeshúa de entre los muertos.
“vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaron” – Muestra que después del levantamiento de Yosef y la resurrección de Yeshúa habría un reinado. También muestra que todas las tribus de Israel tendrán que reunirse alrededor del Mesías para obedecerle con reverencia.
37:8 “le odiaron por sus palabras” (LBLA) – También Yeshúa fue odiado por sus palabras. En Juan 15:22-25; 17:14 está escrito:
“Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me odia a mí, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y me han odiado a mí y también a mi Padre. Pero han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: "ME ODIARON SIN CAUSA."... Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”
37:9 “el sol, la luna y once estrellas” (LBLA) – El sol hace referencia a Yaakov, la luna hace referencia a la madre y las once estrellas se refiere a los hijos de Israel, cf. Génesis 15:5; 22:17; 26:4.
Este sueño no se ha cumplido en Yosef. En primer lugar no vivía su madre Rajel. Bilháh se había ocupado de él y su hermano Binyamín desde la muerte de Rajel.
El padre dice que es imposible que él y su madre se inclinen ante él. Esto tiene dos sentidos. Por un lado Rajel ya estaba muerta y no podría inclinarse ante Yosef. Por otro lado era absurdo que un padre se inclinara ante su hijo, lo cual no pasó en Egipto. Así que este sueño es una muestra de que Yosef es una figura profética del futuro Mesías.
Este mensaje muestra que todos aquellos hijos de Israel que son estrellas se inclinarán ante el Mesías, incluso los mismos patriarcas Avraham, Yitsjak y Yaakov. La Torá muestra aquí que el Mesías es mayor que los padres.
Este sueño profético es también una evidencia acerca de la resurrección de los muertos. Si Yaakov y Bilháh y mucho menos Rajel no se inclinaron ante Yosef en Egipto, tiene que haber una resurrección de entre los muertos para que esta profecía tenga su cumplimiento. Entonces Rajel, la madre de Yosef, se inclinará ante Mashíaj ben Yosef, que es Yeshúa hijo de Yosef.
La resurrección está relacionada con el sol, la luna y las estrellas, según 1 Corintios 15:41-42a, donde está escrito:
“Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra estrella en gloria. Así es también la resurrección de los muertos.” (LBLA)
En Revelación 12:1-2, 5-6 está escrito:
“Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. estaba encinta, y grita, estando de parto y con dolores de alumbramiento... Y ella dio a luz un hijo varón, que ha de regir a todas las naciones con vara de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para ser sustentada allí, por mil doscientos sesenta días.” (LBLA)
La mujer simboliza el pueblo de Israel que dio a luz a Yeshúa que fue arrebatado hasta el trono de Dios poco antes de la dispersión del pueblo judío por las devastaciones hechas por los romanos en los años 70 y 135.
37:11a “Y sus hermanos le tenían envidia” – Mateo 27:18 dice:
“Porque él (Pilato) sabía que le habían entregado por envidia.” (LBLA)
Segunda aliyá, 37:12-22
37:13b “Te enviaré a ellos. Y él les dijo. Iré” (LBLA) – Yosef fue enviado por su padre a los hijos de Israel. El estaba dispuesto a obedecer a su padre aunque implicara el rechazo y el sufrimiento causado por ellos. Lo mismo pasó con Yeshúa, como está escrito en Lucas 20:13-15a:
“Entonces el dueño de la viña dijo: "¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán." Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: "Este es el heredero; matémoslo para que la heredad sea nuestra." Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron.” (LBLA)
37:14 “Entonces le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño; y tráeme noticias de ellos. Lo envió, pues, desde el valle de Jevrón, y Yosef fue a Shejem.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que ha sido traducida como “cómo están” es shalom[5] que significa “paz”, “bienestar”, “prosperidad”, “salud”. El Mesías busca el shalom de Israel, su paz, su bienestar, su prosperidad y su salud. El Mesías es el mensajero de shalom para Israel, los que están cerca, como está escrito en Efesios 2:17:
“Y vino, y anunció paz a vosotros que estabais lejos, y paz a los que estaban cerca” (LBLA)
“fue a Shejem” (LBLA revisada) – Shejem significa “hombro” y alude a la viga puesta sobre los hombros de Yeshúa. En la búsqueda de sus hermanos israelitas en la misión de shalom tuvo que ir a Shejem, tuvo que morir en el madero.
37:16a “busco a mis hermanos” (LBLA) – Jeshúa vino para buscar y salvar a lo que se había perdido, las ovejas perdidas de la casa de Israel. En Mateo 15:24 dice:
“No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” (LBLA revisada)
37:17b “Yosef fue tras sus hermanos y los encontró” (LBLA revisada) – Después de haber estado en Shejem, que representa la muerte y resurrección, el Mesías se fue en búsqueda de los hijos de Israel hasta encontrarlos. Nosotros somos el resultado de esa búsqueda.
"y los encontró” – Todos los hijos de Israel serán encontrados por el Mesías en los últimos días.
37:18b “tramaron contra él para matarlo” (LBLA) – Lo mismo hicieron con Yeshúa.
En Mateo 26:4 está escrito:
“Y tramaron entre ellos prender a Yeshúa con engaño y matarle.”
Tercera aliyá, 37:23-36
37:23b “Despojaron a Yosef de su túnica” (LBLA revisada) – La túnica representa realeza y autoridad. No le reconocieron como el jefe que el padre había puesto sobre ellos. Los hermanos de Yeshúa tampoco reconocieron su autoridad que tenía del Padre, como está escrito en Mateo 21:23:
“Cuando llegó Yeshúa al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras enseñaba, diciendo: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad?” (LBLA revisada)
El Salmo 22:18 dice:
“reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.” (LBLA)
En Mateo 27:35 está escrito:
“Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes” (LBLA)
37:24a “lo echaron en el pozo” (LBLA) – El pozo simboliza la muerte, el abismo, cf. Salmo 30:3 donde aparece la misma palabra hebrea bor[6]. Según Rashí, era un lugar de escorpiones y serpientes.
Dos veces aparece la palabra pozo en la historia de Yosef, aquí y en 41:14 donde se tradujo como “cárcel o “calabozo”. La Torá muestra dos pozos en el relato de Yosef. El primero fue en la tierra de Israel y el segundo fue en la tierra de Egipto. Esto nos enseña que la muerte del Mesías ben Yosef fue para los hijos de Israel y también para el mundo entero, representado en Egipto.
37:25a “Entonces se sentaron a comer pan” (LBLA) – Justamente después de haber tirado a Yosef al pozo se sientan a comer pan. Aquellos judíos que habían entregado a Yeshúa para morir luego comieron la pascua por la noche como está escrito en Juan 18:28:
“Entonces llevan a Yeshúa de casa de Caifás al Pretorio. Era muy de mañana. Y ellos no entraron al Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua.” (LBLA revisada)
37:26-27 “Y Yehudá dijo a sus hermanos: ¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano y ocultar su sangre? Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra. Y sus hermanos le hicieron caso.” (LBLA revisada) – Yehudá fue el protagonista en la venta de Yosef. Lo mismo pasó con el discípulo de Yeshúa llamado Yehudá, como está escrito en Mateo 26:14-16:
“Entonces uno de los doce, llamado Yehudá Ishkeriot, fue a los principales sacerdotes, y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue? Y ellos le pesaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.” (LBLA revisada)
37:28b “Pasaron entonces unos mercaderes midianitas, y ellos sacaron a Yosef, subiéndolo del pozo, y vendieron a Yosef a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y éstos llevaron a Yosef a Egipto.” (LBLA revisada)
“sacaron a Yosef” – Habla de la resurrección.
“vendieron” – Probablemente Yosef fue vendido por lo menos tres veces antes de llegar a Egipto. Los midianitas, los yishmaelitas y luego los medanitas, v. 36, representan los gentiles que entraron en la escena del programa de salvación del Eterno en relación con la resurrección de Yeshúa. Y como los gentiles estaban haciendo comercio con Yosef también hoy en el mundo se están haciendo muchos comercios con Jesucristo.
Yeshúa fue vendido primero por Yehudá (Judas) y luego por el sanedrín a los gentiles. Así como los gentiles recibieron a Yosef los gentiles recibieron el mensaje del Mesías resucitado.
“a Egipto” – el Mesías fue llevado al mundo gentil para llegar a ser rey sobre muchos de ellos.
37:31 “Entonces tomaron la túnica de Yosef y mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre” (LBLA revisada) – Como Yaakov había engañado a su padre con las pieles de un macho cabrío ahora él es engañado por sus hijos con lo mismo.
Aquí vemos que hay una muerte sustituta en relación con la desaparición de Yosef. De la misma manera la muerte del Mesías es una muerte sustituta.
“macho cabrío” – Es el animal escogido por Dios para todos los sacrificios por el pecado. La sangre del macho cabrío es la que más se parece a la sangre humana, según Rashí. También habla del animal que se usa en Yom Kipur, cf. Levítico 16.
“Empaparon la túnica en sangre” – habla de dos cosas:
- El Mesías tenía que morir por causa del rechazo de sus hermanos.
- La muerte del Mesías es la condición para su reinado, representado en la túnica.
Hay una conexión entre la sangre y el manto en Génesis 49:11; Isaías 63:2-3 y Revelación 19:13. La sangre habla del ministerio sacerdotal y el manto habla de realeza. El Mesías tiene ambos ministerios, cf. Salmo 110:4; Hebreos 7:1.
Cuarta aliyá, 38:1-30
38:1-2 “Sucedió por aquel tiempo que Yehudá descendió de sus hermanos, y visitó a un adulamita llamado Jirá. Y allí vio Yehudá a la hija de un kenaanita llamado Shuá; la tomó, y se llegó a ella.” (LBLA revisada) – Yehudá había sido elegido para ser el padre de los reyes dentro de Israel, incluyendo el rey Mesías. Por lo tanto era muy importante que tuviera una situación familiar aprobada por el Eterno. Ahora se aparta y desciende espiritualmente de sus hermanos y se casa con una mujer de origen dudoso. Rashí cita el Tárgum que dice que era hija de un comerciante, puesto que la palabra “comerciante” tiene la misma raíz que “kenaanita”. Sin embargo el rabino Ibn Ezrá dice que efectivamente se casó con una mujer kenaanita. El pueblo kenaanita había sido maldecido por Noaj y por eso no era conveniente casarse con él.
38:7-10 “Pero Er, primogénito de Yehudá, era malvado ante los ojos del Eterno, y el Eterno le mató. Entonces Yehudá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano. Y Onán sabía que la descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, derramaba su semen en tierra para no dar descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante los ojos del Eterno; y también a él le mató.” (LBLA revisada) – Según Rashí, la palabra “también”, en el versículo 10, muestra que murieron por la misma razón. Los dos desechaba su semen para que su esposa no se quedara embarazada. Según Rashí Er lo había hecho para que Tamar no perdiera su belleza. HaShem los mató a los dos.
Tenemos que entender este hecho en relación con el Mesías. Estos dos hijos no calificaban para ser ancestros para el Mesías, y por lo tanto tenían que ser eliminados del programa de salvación para el mundo.
Como Yehudá había hecho sufrir a su padre por la pérdida de su hijo, al proponer su venta, ahora tenía que sufrir las consecuencias de la pérdida de sus dos hijos para sentir el dolor que había causado a su padre.
Es interesante ver que la ley de levirato[7] fue practicada antes de la entrega de la Torá en Sinai. En Deuteronomio 25:5-6 está escrito:
“Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel.” (LBLA)
Tenemos aquí otro ejemplo de mandamientos practicados antes de Sinai en el pueblo de Israel.
38:17a “El respondió: Yo te enviaré un cabrito de las cabras del rebaño.” (LBLA) – Ahora Yehudá es engañado por medio de un cabrito de la misma manera como él había engañado a su padre con la sangre de un macho cabrío[8], cf. 37:31.
38:18 “Y él respondió: ¿Qué prenda tengo que darte? Y ella dijo: Tu sello, tu cordón y el báculo que tienes en la mano. Y él se los dio y se llegó a ella, y ella concibió de él.” (LBLA) – Rashí cita el Tárgum que enseña que las tres cosas fueron: su sello, su vestimenta y su bastón. El sello habla de la personalidad, la vestimenta habla de la distinción y el bastón habla de la posición. La entrega de estas cosas es parecida a una boda y por eso un Midrash[9] dice que se casaron en ese momento ante testigos. Otro Midrash[10] dice que el anillo de sello profetiza acerca de los reyes que descenderían de esta unión, la capa alude al sanedrín quienes usaban Talít y Tefilín todo el tiempo, el bastón de pastor se refiere al Mesías que nacerá de la tribu de Yehudá. Más adelante hay una profecía que habla del cetro de gobernante en relación con Yehudá, cf. 49:10.
Tamar actuó con el fin de levantar una descendencia para que el Mesías pudiera nacer. Sus motivos eran puros pero su forma de actuar no era correcta. Sin embargo HaShem utilizó la situación para llevar a cabo sus planes, como siempre.
38:24 “Y sucedió que como a los tres meses, informaron a Yehudá, diciendo: Tu nuera Tamar ha fornicado, y he aquí, ha quedado encinta a causa de las fornicaciones. Entonces Yehudá dijo: Sacadla y que sea quemada.” (LBLA revisada) – Según el libro de Yashar, Tamar era hija de Elam, hijo de Shem, hijo de Noaj. Como Shem era sacerdote con el título Malki-Tsedek, la sentencia de la fornicación cometida por Tamar era según la ley de Israel, como está escrito en Levítico 21:9:
“Y la hija de un sacerdote, si se profana como ramera, a su padre profana; en el fuego será quemada.” (LBLA)
Lo que dijo Yehudá no fue por una decisión caprichosa sino según las normas que el Eterno entregó a sus hijos. Él dictó sentencia como un juez en Israel. Aquí hay otro ejemplo de un mandamiento que se practicaba antes de la entrega de la Torá.
Hay diferentes opiniones entre los rabinos en cuanto a si el hecho de Tamar tiene que ser considerado como adulterio o no, porque estaba comprometida con Shelá, el hijo menor de Yehudá, o como un acto de fornicación como hija de sacerdote. La pena por adulterio es por lapidación y si es una hija de un sacerdote comete fornicación la pena es ser quemada por fuego.
Ahora, hay una interpretación[11] que dice que no se trataba aquí de quemar a Tamar por medio del fuego, sino de imprimir una marca vergonzosa en su cuerpo mediante un hierro candente. Aquí cabe destacar que en este texto no aparece la palabra baesh, “en el fuego”, que es usada en todas las demás referencias cuando habla de la pena capital por medio de fuego, cf. Levítico 20:14; 21:9. Esta interpretación es semejante a la ley de Hamurabi[12] que dice en su apartado 126:[13]
“ordena marcar a las esposas infieles en la frente con hierro candente”.
38:25 “Y aconteció que cuando la sacaban, ella envió a decir a su suegro: Del hombre a quien pertenecen estas cosas estoy encinta. Y añadió: Te ruego que examines y veas de quién es este sello, este cordón y este báculo.” (LBLA) – Ella no anunció el nombre de su suegro. No le acusó directamente para no avergonzarle. El Talmud[14] dice:
“Dijo el Rabí Yojanán en nombre de Rabi Shimón bar Yojai: es mejor que la persona se arroje a un horno encendido antes de avergonzar al prójimo públicamente, y ello lo aprendemos de Tamar”.
38:26 “Yehudá los reconoció, y dijo: Ella es más justa que yo, por cuanto yo no la di por mujer a mi hijo Shelá. Y no volvió a tener más relaciones con ella.” (LBLA revisada) – Según Rashí, hay que entender el texto hebreo como: “Razón tiene, de mí es”. La última frase significa: “de mí está embarazada”.
38:29 “Pero he aquí, sucedió que cuando él retiró su mano, su hermano salió. Entonces ella dijo: ¡Qué brecha te has abierto! Por eso le pusieron por nombre Pérets.[15]” (LBLA revisada) – Perets[16] significa “brecha”.
Un Midrash[17] dice:
“El es el salvador, el Rey Mashíaj... así que Yehudá salió ganando porque de él vino Pérets y Jetsrón, de quienes saldría luego David y el Rey Mesías quien salvará a Israel.”
En Rut 4:18-22 está escrito:
“Estas son las generaciones de Pérets: Pérets engendró a Jetsrón, Jetsrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadav, Aminadav engendró a Najshón, Najshón engendró a Salmá, Salmón engendró a Boaz, Boaz engendró a Oved, Oved engendró a Yishai y Yishai engendró a David.” (LBLA revisada)
Otro Midrash[18] dice:
“Ella quiso decir: Este es más grande que todos los que hacen roturas para quien tú te levantarás y de quien está escrito: ‘subirá el rompedor de los caminos delante de ellos’”[19]
En Miqueas 2:13 está escrito:
“El que abre brecha subirá delante de ellos; abrirán brecha, pasarán la puerta y saldrán por ella; su rey pasará delante de ellos, y el Eterno a su cabeza.” (LBLA)
El nacimiento de Pérets habla del Mesías que iba a nacer para abrir una brecha. En primer lugar vendría para hacer una brecha y destruir la muerte y el pecado.
En el midrash Shemot Rabbá 30 se puede leer:
“Esta es la historia de Perets y su profundo significado... Cuando el Bendito creó su mundo, no había aun el Ángel de la Muerte... pero cuando Adam y Eva cayeron en pecado, todas las generaciones fueron corruptas. Pero cuando PERETZ nació, la historia comenzó a ser cumplida por medio de él, pues a través de él, el Mesías será levantado y en sus días, el Bendito causaría que la muerte fuese sorbida, como está escrito: “El destruirá la muerte para siempre” (Isaías 25:8).
Esto concuerda con Romanos 5:12 que dice:
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre y por medio del pecado la muerte, así también la muerte pasó a todos los hombres”. (LBLA)
Y con 1 Corintios 15:21, 22, 26, 54 donde está escrito:
“Porque por cuanto la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, así también en el Mesías todos serán vivificados... y el postrer enemigo que será destruido es la muerte... Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte fue sorbida para victoria”. (LBLA revisada)
En segundo lugar el Mesías vendría para abrir una brecha en el vallado que impedía a otros pueblos entrar en el Israel celestial, como está escrito en Efesios 2:14:
“Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación” (LBLA)
El Mesías vino para abrir brecha en el muro de separación entre el judío y el gentil para que la salvación pudiera llegar hasta los últimos rincones del mundo y para que se cumpliera la palabra profética de bendecir a todas las naciones de la tierra por medio de la simiente de Avraham, Yitsjak y Yaakov, cf. Génesis 22:18; 16:4; 28:14.
El Mesías es también capaz de romper aquellas murallas que impiden que la vida emocional de una persona sea tocada por el amor de Dios.
Quinta aliyá, 39:1-6
39:2a “HaShem estaba con Yosef” (LBLA revisada) – De la misma manera se dice de Yeshúa en Hechos 10:38 donde está escrito:
“Vosotros sabéis cómo Dios ungió a Yeshúa de Natseret con el Espíritu de Santidad y con poder, el cual anduvo haciendo bien y sanando a todos los oprimidos por el adversario; porque Dios estaba con El.” (LBLA revisada)
En Juan 3:2 está escrito:
“Este vino a Yeshúa de noche y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que tú haces si Dios no está con él.” (LBLA revisada)
39:4 “Así encontró Yosef gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.” (LBLA revisada) – De la misma manera toda la casa del Eterno fue entregada al cuidado del Mesías, como está escrito en Hebreos 3:5-6:
“Y Moshé fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde; pero el Mesías fue fiel como Hijo sobre la casa de Dios, cuya casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin nuestra confianza y la gloria de nuestra esperanza.” (LBLA revisada)
39:5 “Y sucedió que desde el tiempo que lo hizo mayordomo sobre su casa y sobre todo lo que poseía, el Eterno bendijo la casa del egipcio por causa de Yosef; y la bendición del Eterno estaba sobre todo lo que poseía en la casa y en el campo.” – Como el gentil Potifar fue bendecido por causa de Yosef, así los gentiles son bendecidos por causa de Yeshúa el Mesías a pesar de que no siempre le identifiquen como el Mesías de Israel, llamándole “Jesucristo”.
39:6 “Así que todo lo que poseía lo dejó en mano de Yosef, y con él allí no se preocupaba de nada, excepto del pan que comía. Y era Yosef de gallarda figura y de hermoso parecer.” (LBLA revisada) – Esto concuerda con Mateo 28:18-20 donde está escrito:
“Y acercándose Yeshúa, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones en mi nombre[20], enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (LBLA revisada)
Rashí dice que la palabra “pan” es una expresión que en este caso se refiere a su esposa, cf. 39:9.
Sexta aliyá, 39:7-23
39:9 “No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a ti, pues tú eres su mujer. ¿Cómo entonces iba yo a hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?” (LBLA) – Yosef resistió las tentaciones porque vivía delante de HaShem. Yosef constituye un contraste contra Yehudá, según el capítulo 38, que no podía resistir las tentaciones. De la misma manera el Mesías fue tentado en todo pero sin pecado, como está escrito en Hebreos 4:15:
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado.” (LBLA)
En Hechos 2:25 está escrito:
“Porque David dice de El: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA; PUES ESTA A MI DIESTRA PARA QUE YO NO SEA CONMOVIDO.” (LBLA)
En el Salmo 16:8 dice:
“Al Eterno he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme.” (LBLA)
39:17 “Entonces ella le habló con estas palabras, diciendo: Vino a mí el esclavo hebreo que nos trajiste, para burlarse de mí” – Yosef fue llamado “esclavo hebreo”. Yeshúa también era un esclavo hebreo, como está escrito en Filipenses 2:7:
“sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.” (LBLA)
En Marcos 10:42-45 está escrito:
“Y llamándolos junto a sí, Yeshúa les dice: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será esclavo de todos. Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (LBLA revisada)
39:20b “lo echó en la cárcel” (LBLA) – Como Yosef fue acusado falsamente y echado en la cárcel, Yeshúa fue condenado a muerte injustamente.
39:23b “todo lo que él emprendía, el Eterno lo hacía prosperar.” (LBLA revisada) – De la misma manera la voluntad del Eterno prosperó por medio de la muerte del Justo Mashíaj, como está escrito en Isaías 53:10:
“Pero quiso el Eterno quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando El se entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Eterno en su mano prosperará.” (LBLA revisada)
Séptima aliyá, 40:1-19
40:6-7 “Y Yosef vino a ellos por la mañana y los observó, y he aquí, estaban decaídos. Y preguntó a los oficiales de Faraón que estaban con él bajo custodia en casa de su señor: ¿Por qué están vuestros rostros tan tristes hoy?” (LBLA revisada) – Como Yosef se preocupó por el bienestar de los egipcios, así el Mesías se preocupa por el bienestar de los gentiles. Primero busca el bienestar de sus hermanos israelitas, en 37:14, y aquí también el bien de los gentiles, como está escrito en Romanos 1:16:
“Porque no me avergüenzo de buen mensaje, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.” (LBLA)
40:8 “Y ellos le respondieron: Hemos tenido un sueño y no hay nadie que lo interprete. Entonces Yosef les dijo: ¿No pertenecen a Dios las interpretaciones? Os ruego que me lo contéis.” (LBLA revisada) – No dicen que han tenido dos sueños sino un sueño. Esto nos indica que los dos sueños nos llevan al mismo mensaje profético, acerca de la muerte y resurrección del Mesías.
40:9 “Contó, pues, el jefe de los coperos su sueño a Yosef, y le dijo: En mi sueño, he aquí, había una vid delante de mí” (LBLA revisada) – Yeshúa dice que él es la vid verdadera en Juan 15:1.
40:10a, 12 “y en la vid había tres sarmientos... Entonces Yosef le dijo: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.” (LBLA revisada) – Los tres días hablan de la resurrección del Mesías después de tres días.
40:11 “Y la copa de Faraón estaba en mi mano; así que tomé las uvas y las exprimí en la copa de Faraón, y puse la copa en la mano de Faraón.” (LBLA) – Tres veces es mencionada la copa en este versículo y en el versículo 13 la cuarta copa. Estas cuatro copas aluden a las cuatro copas de la celebración de Pesaj que recuerda la liberación de la muerte por medio de la sangre del Cordero. Los nombres de las cuatro copas son: kidush (santificación), juicio, redención y alabanza. La sangre de uvas representa la muerte del Mesías, cf. Génesis 49:11. Yeshúa tenía que beber la segunda copa de juicio, según Mateo 26:39; 20:22; Juan 18:11. La tercera copa que, en la mesa de Pesaj, se toma después de la cena del cordero asado – que se comía cuanto había templo – es la que fue puesta en memoria de Yeshúa, como está escrito en Lucas 22:20:
“De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.” (LBLA)
40:13 “Dentro de tres días Faraón levantará tu cabeza, te restaurará a tu puesto y tú pondrás la copa de Faraón en su mano como acostumbrabas antes cuando eras su copero.” (LBLA) – Yeshúa fue levantado de entre los muertos después de tres días y puesto en el lugar que tenía antes de la fundación del mundo, como está escrito en Juan 17:5:
“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.” (LBLA)
Este texto también nos enseña que el Mesías Yeshúa es el siervo del Rey Altísimo en los cielos en estos momentos. El está exprimiendo la sangre como sumo sacerdote delante del Padre, como está escrito en Hebreos 9:23-26:
“Por tanto, fue necesario que las representaciones de las cosas en los cielos fueran purificadas de esta manera, pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos. Porque el Mesías no entró en un lugar santo hecho por manos, una representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora en la presencia de Dios por nosotros, y no para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como el sumo sacerdote entra al Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo.” (LBLA revisada)
40:14 “Sólo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya bien, y te ruego que me hagas el favor de hacer mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa.” (LBLA) – Por haber confiado en un hombre, tuvo que pasar dos años más en la cárcel. Esa corrupción no se permite a los líderes del Reino. Dos años de cárcel merece esa actitud de manipulación, intentando usar un “enchufe, rosca, palanca, cuello”. Si no vas por la vía legal mereces dos años de cárcel según la justicia celestial.
Por otro lado podemos encontrar aquí una similitud con las palabras que aparecen en relación con la muerte del Mesías en Lucas 23:42-43, donde está escrito:
“Y decía: Yeshúa, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces El le dijo: En verdad hoy te digo: estarás conmigo en el paraíso.” (LBLA revisada)
40:16 “Cuando el jefe de los panaderos vio que había interpretado favorablemente, dijo a Yosef: Yo también vi en mi sueño, y he aquí, había tres cestas de pan blanco sobre mi cabeza” (LBLA revisada) – El pan simboliza al Mesías que nació en Bet-Lejem, “Casa del Pan”.
En Juan 6:35, 51, 58 dice:
“Yo soy el pan de vida.” (LBLA)
40:18 “Entonces Yosef respondió, y dijo: Esta es su interpretación: las tres cestas son tres días” (LBLA revisada) – Los tres días hablan de la resurrección del Mesías.
40:19 “Dentro de tres días Faraón te quitará la cabeza de sobre ti, te colgará en un árbol y las aves comerán tu carne.” (LBLA) – Aquí vemos el anuncio de cómo el Mesías tenía que morir, colgado en un árbol.
40:20-22 “Y sucedió que al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, éste hizo un banquete para todos sus siervos, y levantó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en medio de sus siervos. Y restauró al jefe de los coperos a su cargo de copero y éste puso la copa en manos de Faraón; pero ahorcó al jefe de los panaderos, tal como les había interpretado Yosef.” (LBLA revisada) – Se cumplió la profecía que Yosef había dicho. De la misma manera se cumplió la profecía que Yeshúa dijo en Marcos 9:31, donde está escrito:
“Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y le matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.” (LBLA)
El panadero murió, lo cual habla de la muerte del Mesías y el copero revivió, lo cual habla de la resurrección del Mesías. Estos dos sueños, que son contados como uno solo, fueron interpretados por Yosef que constituye una figura profética de Mashíaj ben Yosef, el Mesías sufriente.
El que no ve que Moshé habla de Yeshúa como el Mesías está ciego, como está escrito en Juan 5:46:
“Porque si creyerais a Moshé, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.” (LBLA revisada)
Y en 2 Corintios 3:14-16 está escrito:
“Pero el entendimiento de ellos se endureció; porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues sólo en el Mesías es quitado. Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moshé, un velo está puesto sobre sus corazones; pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es quitado.” (LBLA revisada)
En Lucas 24:44-47 está escrito:
“Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moshé, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: Así está escrito, que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Yerushalayim.” (LBLA revisada)
En Juan 1:45 está escrito:
“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moshé en la ley, y también los profetas, a Yeshúa de Natseret, el Hijo de Yosef.” (LBLA revisada)
Querido lector: ¿Usted también lo ha hallado?