Parashá 03 Lej Lejá
Génesis 12:1 – 17:27
Aliyás de la Torá:
12:1-13
12:14 – 13:4
13:5-18
14:1-20
14:21 – 15:6
15:7 – 17:6
17:7-27
Maftir: 17:24-27
Haftará: Isaías 40:27 – 41:16
Lej Lejá
Significa vete (de forma ampliada), vete a ti mismo, o vete por tu propia causa.
Aunque Noaj era un hombre justo delante del Eterno, no tenía la capacidad de encaminar a sus hijos en la justicia de Dios. Después de salir del arca se convirtió en un experto en agricultura. Parece que su dedicación a su vida laboral ocupaba demasiado lugar en su vida de modo que la educación de sus hijos y sus nietos no tenía tanta prioridad.
Lo que me llama la atención es que Noaj bebió vino sólo, sin compartir la alegría del producto de la tierra con su familia. Esto indica que su mente estaba más en su propio trabajo que en su familia.
Esa es la tentación para cada padre de familia, sentirse más realizado mediante sus propios logros laborales que en el hecho de desarrollar una vida espiritual profunda con su esposa y de educar a sus hijos.
Los padres, y también los abuelos, tienen una gran tarea para instruir a sus hijos en el camino de justicia. Noaj tenía tres hijos con ya más de 100 años de edad cada uno y ya deberían haber recibido buena instrucción de su padre. Sin embargo, tenía un nieto, Kenáan, que necesitaba toda la instrucción necesaria para llegar a ser un hombre justo y recto. Pero Noaj se dedicó más a la producción agrícola que de la educación en justicia de sus descendientes.
El texto de Ezequiel 14 nos enseña que los hijos de Noaj no hubieran podido ser liberados de un juicio divino específico sobre diferentes naciones y especialmente sobre Israel. Sólo Noaj hubiera podido salvarse por su justicia. Sus hijos no eran tan justos como él.
El resultado de esa falta de dedicación a la Torá a favor de sus hijos, se vio más adelante. Con algunas excepciones, prácticamente todos los descendientes de Noaj se rebelaron contra el Eterno bajo el reinado de Nimrod. Su rebeldía fue castigada con confusión, y los hijos de Noaj fueron esparcidos por toda la tierra.
Sin embargo, en la familia de Shem podemos encontrar un nervio de justicia y devoción al Eterno. Noaj había dicho que el Eterno era el Dios de Shem. Por lo tanto Shem logró transmitir algo del camino del Eterno a su hijo Arfajshad, su nieto Shalaj, y su bisnieto Ever.
No obstante, el nivel de justicia y de dedicación al Eterno que ellos tenían, no les capacitó para ser elegidos como padres de una nación santa. Pero en la décima generación después de Noaj creó a Avram, uno que tenía la capacidad de mandar a sus hijos a vivir una vida justa delante del Eterno y no inclinarse ante las presiones del mundo exterior. Avram fue elegido porque tenía una capacidad muy especial, la de mandar a sus hijos y nietos a caminar en el camino de justicia todos los días, como está escrito en Génesis 18:19:
“Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio, para que el Eterno cumpla en Avraham todo lo que Él ha dicho acerca de él.” (LBLA revisada)
La capacidad de mandar a sus hijos y familia después de él que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio es la razón por la que Avram fue elegido para ser el padre de una gran nación justa.
Y no sólo esto, sino también ser el origen de un pueblo eterno que poblaría el mundo venidero después de que el cielo y la tierra hayan pasado por la segunda etapa de purificación, la que va por medio del fuego.
Avram, cuyo nombre significa “padre enaltecido”, o “padre de Aram”, fue elegido para ser el heredero del mundo precisamente porque era un Padre. Este hecho luego fue reforzado por el Eterno al cambiar su nombre en Avraham, “padre de multitudes”
¡Qué importante es ser padre! ¡Qué importante es instruir a los hijos en el camino de justicia del Eterno!
Noaj no tenía esa capacidad y por eso HaShem tuvo que escoger a otro que sí la tenía.
Primera aliyá, 12:1-13
El Eterno manda que Avram salga de su tierra y de sus familiares para ir a una tierra nueva que le iba a ser revelada con el tiempo. Por esa pérdida Avram recibe la promesa de ser hecho una nueva nación grande, de recibir riquezas, de ser un hombre famoso, de ser un canal de bendición para todas las familias de la tierra y un medio de juicio para los maledicentes.
Avram sale de su tierra y de su familia en obediencia junto con su esposa y con todos sus discípulos. Pero lleva un familiar consigo, su sobrino Lot. Al llegar a la tierra de Kenáan va atravesándola hasta llegar a Shejem, donde edifica su primer altar después de haber recibido la revelación de que sus hijos serían los herederos de esa tierra. De allí se muda al monte estando entre Betel y Ai. Allí edifica su segundo altar e invoca el Nombre del Eterno por primera vez en la tierra prometida.
Luego sigue cruzando el país hasta llegar al sur, hasta el Neguev. Estando allí vino una sequía y Avraham sigue su camino rumbo a Egipto para salvarse del hambre. Por temor a ser maltratado por los egipcios le pide a su esposa no revelar su verdadera identidad, sino sólo decir que era su hermana.
Segunda aliyá, 12:14 – 13:4
Al llegar a Egipto Sarai es tomada como esposa por Faraón y Avram recibe muchos regalos por causa de ella. Pero el Eterno protege a Sarai, la esposa de Avram, enviando grandes plagas sobre el rey de Egipto de modo que él se da cuenta de que estaba casada y así la devuelve a su marido. Luego son despedidos de Egipto con grandes riquezas y vuelven a la tierra de Kenáan pasando por el mismo camino que habían recorrido anteriormente, hasta llegar al mismo lugar donde habían estado antes, entre Betel y Ai. Por segunda vez Avram invoca el Nombre del Eterno en la tierra de la promesa.
Tercera aliyá, 13:5-18
Por andar con Avram también Lot obtiene muchas riquezas, entre ellas ovejas, vacas y tiendas. Por esa razón ya no hay más lugar para que estén juntos. Por una riña entre los pastores Avram decide despedir a su sobrino ofreciéndole el área que más le guste. Lot escoge la parte más fértil de la tierra, la del oriente donde están las ciudades Sedom y Amorá, y así se separan. Lot se acerca cada vez más a la ciudad de Sedom donde hay hombres muy malos.
Después de la separación el Eterno le muestra a Avram toda la tierra en visión prometiéndole que será suya y de su descendencia para siempre. Su descendencia será como el polvo de la tierra que no se puede contar.
Después de recibir la orden de recorrer la tierra a lo largo y a lo ancho Avram se muda y llega hasta la planicie de Mamré, en Jevrón. Allí edifica su tercer altar en la tierra prometida.
Cuarta aliyá, 14:1-20
Cuatro reyes del oriente vienen a hacer guerra para subyugar de nuevo a los territorios que se han rebelado contra ellos, y entre ellos se encuentran las cinco ciudades del territorio de Sedom, que están cerca de aquel valle que luego se convertiría en el mar salado. Los cinco reyes del territorio de Sedom salen a enfrentar a los cuatro reyes del oriente, y son derrotados ante ellos. Las dos ciudades Sedom y Amorá son despojadas y Lot es tomado como prisionero de guerra con todas sus posesiones.
Cuando Avram se entera de esto, moviliza a sus 318 hombres adiestrados y sale detrás de los reyes del oriente hasta el norte del país. Por la noche los ataca y los persiguen hasta el norte de Damesek, recobrando así todos los bienes junto con los prisioneros de guerra, incluyendo a Lot.
A la vuelta de la matanza sale el rey de Sedom, que había sobrevivido, a su encuentro en el valle del Rey. En ese momento se presenta el rey y sacerdote de Shalem, Malki-Tsedek, ofreciendo a Avram pan y vino. Malki-Tsedek bendice a Avram y luego al Altísimo que le había entregado a sus enemigos.
Quinta aliyá, 14:21 – 15:6
El rey de Sedom le ofrece a Avram todos sus bienes recuperados en la guerra pero Avram rehúsa recibir para sí ni un hilo de ese rey malvado para que nadie diga que él le había enriquecido.
Después viene la palabra de HaShem diciendo a Avram que no tema porqué El es su escudo. Cuando Avram recibe la promesa de que su recompensa será muy grande contesta diciendo que no tiene hijo para heredar todos los bienes. HaShem cambia los planes en cuanto al heredero. No será el mayordomo de la casa, Eliezer de Damesek, sino uno que saldrá de sus propias entrañas.
HaShem le saca a Avram y le dice que cuente las estrellas del cielo si puede. “Así será tu descendencia”, le dijo. Avram le cree a HaShem y le es contado como justicia.
Sexta aliyá, 15:7 – 17:6
El Eterno promete de nuevo que le va a dar la tierra para su posesión. Avram pregunta cómo podrá saber eso. El Eterno le manda traer y sacrificar unos animales. Por la tarde viene un sueño profético sobre Avram y puede sentir el terror de lo que sus descendientes van a experimentar al ser oprimidos durante 400 años en una tierra ajena. Después de la muerte de Avram saldrán de allí con grandes riquezas, y volverán a la tierra prometida en la cuarta generación.
Por la noche aparece un horno humeante y una antorcha de fuego paseando entre las mitades de los animales sacrificados y así HaShem establece un pacto con Avram prometiendo que será dada a sus descendientes toda la tierra desde el río de Egipto hasta el río Éufrates, donde en estos momentos hay diez naciones.
Como Sarai no puede tener hijos, ella ofrece a Avram su sierva egipcia como concubina para que pueda tener hijos por medio de ella. Avram hace caso a su esposa y Hagar le es dada como segunda esposa. Al quedarse embarazada Hagar empieza a despreciar a su señora. Sarai le pide a su marido que juzgue el caso, y Avram le da permiso a corregir a Hagar. En lugar de humillarse ante la corrección de Sarai, Hagar huye al campo después de haber tenido un aborto.
El ángel del Eterno la encuentra junto a una fuente de agua y le dice que vuelva a su señora para someterse a su autoridad. Luego dice que su descendencia será tan numerosa que no se podrá contar y que volverá a quedarse embarazada para dar a luz a un hijo llamado Yishmael en recuerdo de que el Eterno haya oído su aflicción. El hijo será como un asno montés y estará en conflicto con todos. Hagar da un nombre a ese lugar, el Pozo del Viviente que me ve. Después de dar a luz Hagar ella entrega el hijo a Avram que le da el nombre de Yishmael.
Trece años más tarde HaShem se aparece de nuevo a Avram y le dice que El es el Dios Todosuficiente. “Anda delante de mí y se perfecto. Y yo daré mi pacto entre yo y tú y te aumentaré muchísimo.”
Avram se inclina rostro en tierra y Dios le habla de nuevo diciendo que será padre de muchas naciones y por eso su nombre será cambiado en Avraham. Será fecundo en gran manera y de él saldrán naciones e incluso reyes.
Séptima aliyá, 17:7-27
HaShem establecerá el pacto no solamente con Avraham sino con sus descendientes eternamente, de ser su Dios y darles toda la tierra Kenáan donde él está peregrinando. A Avraham y a sus descendientes varones les toca ser circuncidados en la carne del prepucio, como señal del pacto. A la edad de ocho días tendrá que ser circuncidado todo varón natural. Y todo siervo nacido en la familia o comprado por dinero también tendrá que ser circuncidado. El alma del varón que no es circuncidado en la carne de su prepucio será cortada del pueblo por haber quebrantado el pacto.
Sarai recibe un nuevo nombre, Sará. Ella será bendecida de manera que pueda dar a luz a un hijo para Avraham. Ella será el origen de naciones y reyes vendrán de ella.
Avraham se postra otra vez sobre su rostro riéndose pensando en que él tiene 100 años y su esposa 90 años. Luego dice: “Que Yishmael viva delante de ti.” Pero Dios dice: “No, sino que Sará, tu mujer, te dará un hijo y le pondrás por nombre Yitsjak; y estableceré mi pacto con él, pacto eterno para su descendencia después de él.”
Luego le promete bendecir a Yishmael de manera que será un pueblo grande con doce príncipes. Pero el pacto será establecido con Yitsjak que nacerá en la misma fecha el próximo año.
Después de la partida de los ángeles de Dios, Avraham toma el mismo día a su hijo Yishmael y a todos los siervos nacidos en su familia y a los que habían sido comprados por dinero y los circuncida. Avraham también se circuncida a los 99 años de edad junto con su hijo Yishmael que tiene 13 años de edad.
Comentarios
Primera aliyá, 12:1-13
12:1-3 “Y HaShem dijo a Avram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.” (LBLA revisada) – Según el relato de Esteban en Hechos 7:2-4 HaShem ya se había aparecido a Avram en Ur-Kasdim, como está escrito:
“El Dios de gloria apareció a nuestro padre Avraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Jarán, y le dijo: "SAL DE TU TIERRA Y DE TU PARENTELA, Y VE A LA TIERRA QUE YO TE MOSTRARE." Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Jarán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis.” (LBLA revisada)
Esto nos enseña que el llamado ya lo había recibido Avram en el país donde nació. Las Escrituras no cuentan la razón por la que Teraj tomó la decisión de salir de Ur con parte de su familia.
Sin embargo, el libro de Yashar, junto con otros midrashim, relatan como Teraj había sido el general del ejército del rey Nimrod cuando tuvo a su hijo Avram, y por causa de un mensaje de los astrólogos Nimrod había decidido matar a todos los niños recién nacidos en su reino porque temía que un nuevo rey había nacido que le iba a quitar de su puesto. Teraj escondió a Avram en una cueva durante 13 años y con astucia le entregó un niño recién nacido de una de sus siervas, diciendo que era Avram. Así Avram pudo sobrevivir el primer ataque contra su vida. Esta fue la primera de las diez pruebas que tuvo que pasar nuestro padre.
La segunda prueba que cuentan los midrashim fue cuando Avram no quiso adorar a los dioses de madera y piedra que su padre Teraj servía. También desafió la idolatría del rey Nimrod y por eso fue puesto en la cárcel durante diez años y luego echado en un horno de fuego junto con su hermano Harán. HaShem le liberó milagrosamente de esa prueba pero su hermano fue consumido por las llamas.
Por causa de todo esto Teraj tomó la decisión de salir de Ur para tener paz en su familia. Su plan era ir hasta la tierra de Kenáan, pero nunca llegó. Se quedó por la mitad, en Jarán, en la parte sur-este de lo que hoy es Turquía.
No sé si HaShem repitió su llamado a Avram en Jarán o que simplemente Avram tomó la decisión de salir por causa del llamado que había recibido ya estando en Ur, antes de que su padre había tomado la decisión de salir de allí.
Sea como sea, ahora vemos como Avram obedece el llamado de salir de su tierra y de su familia. Sin embargo, lleva consigo a su sobrino Lot, cuyo nombre significa “velo”, que con el tiempo le causará muchos problemas.
En Isaías 29:22 está escrito:
“Por tanto HaShem, que redimió a Avraham, dice así acerca de la casa de Jacob: Jacob no será ahora avergonzado, ni palidecerá ahora su rostro.” (LBLA revisada)
Este texto dice que HaShem redimió a Avraham. La palabra hebrea para redimir es aquí padá,[1] que significa pagar un rescate, rescatar, redimir, recuperar, recobrar; fig. liberar, libertar, salvar.
“una nación” – la palabra hebrea es goy, que originalmente significa una nación. Luego llegó también a tener el significado de una nación gentil a saber, que no era Israel y, más adelante una persona de una de esas naciones gentiles, un gentil.
“serás bendición” – El propósito de la elección de Avraham fue que él fuera un medio de bendición para todas las personas de la tierra. Este propósito sigue siendo el mismo para todos sus descendientes. La elección no fue con el propósito de privar a los demás de las bendiciones divinas, sino precisamente para que los demás también pudieran alcanzar las riquezas que el Eterno estuviera dando a Avraham y sus hijos.
“Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré.” – Vemos como Avraham está puesto como un punto de mira para las demás naciones. Su bienestar o caída dependerá a la larga de su manera de tratar a los hijos de Avraham, los judíos.
Aunque Yishmael fue descendiente físico de Avraham, esta promesa no fue dada para sus hijos, los árabes, como está escrito en Génesis 21:10:
“Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Yitsjak.” (LBLA revisada)
También está escrito en Números 24:5, 9b:
“¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Yaakov; tus moradas, oh Israel! … Benditos los que te bendigan, y malditos los que te maldigan.” (LBLA revisada)
Aquí vemos que la misma bendición y maldición que fue pronunciada sobre Avraham es aplicada sobre el pueblo de Israel.
Sin embargo hay una bendición especial para los hijos de Yismael, según vemos en 17:20:
“Y en cuanto a Yishmael, te he oído; he aquí, yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Engendrará a doce príncipes y haré de él una gran nación.” (LBLA revisada)
“al que te maldiga” – Mientras que la promesa de bendición para los que bendigan a Israel está pronunciada en plural, la promesa de la maldición está puesta en singular.
La maldición cae sobre cada persona que hable mal de Israel y el pueblo judío. La historia nos enseña que aquellas naciones que han tratado bien al pueblo judío han prosperado, y que las naciones que han maltratado a los judíos, han tenido que sufrir las graves consecuencias de sus hechos.
“Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra” – Otra posible traducción es “en ti serán injertadas todas las familias de la tierra”[2]. Vemos el cumplimiento de esta promesa en Romanos 11:17-18 donde está escrito:
“Pero si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y fuiste hecho participante con ellas de la rica savia de la raíz del olivo, no seas arrogante para con las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que tú no eres el que sustenta la raíz, sino que la raíz es la que te sustenta a ti.” (LBLA)
Cuando un gentil se arrepiente de sus pecados para entregarse al Dios de Israel, es cortado de su árbol original de manera espiritual, su pueblo gentil, e injertado dentro del olivo cultivado, que es el Israel celestial, cuyo raíz es el Mesías, según Isaías 11:10; 53:2; Romanos 15:12; Revelación 5:5.
“familias” – La palabra hebrea traducida como familia es mishpajá. No se refiere a lo que llamamos núcleo familiar -padre, madre e hijos- sino a una familia que incluye a los abuelos, los tíos, los primos y demás.
La palabra hebrea para el núcleo familiar es bait, normalmente traducida como “casa”, cf. 12:1 donde la “casa” no se refiere a un edificio, sino a la familia de su padre.
En el Salmo 22:27 hay una profecía que habla del cumplimiento de esta promesa:
“Todos los términos de la tierra se acordarán y se volverán a HaShem, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti.” (LBLA revisada)
12:4a “Entonces Avram se fue tal como HaShem le había dicho.” (LBLA revisada) – Esta salida de Jarán constituye la tercera prueba grande en la vida de nuestro padre.
La fe se basa en la palabra del Eterno. Avram confiaba en la promesa y salió en obediencia, como está escrito en Hebreos 11:8:
“Por la fe Avraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba.” (LBLA revisada)
12:5 “Y tomó Avram a Sarai su mujer, y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado, y las almas que habían hecho en Jarán, y salieron para ir a la tierra de Kenáan; y a la tierra de Kenáan llegaron.” (LBLA revisada) – Las almas que habían hecho es una referencia a que habían ganado personas para la fe de ellos. Según Rashí, Avraham convertía a los hombres y Sará convertía a las mujeres. Según el midrash, Avram convocó asambleas públicas en Jarán, para proclamar la verdad de Un Creador, e instó a servirlo. Luego de los discursos públicos, estaba dispuesto a debatir sus propuestas con cualquier persona que las cuestionara. Así ganó decenas de miles de adeptos que reconocieron la existencia de HaShem.[3]
12:6-7 “Y atravesó Avram el país hasta el lugar de Shejem, hasta el planicie de Moré. Y el cananeo estaba entonces en la tierra. Y HaShem se apareció a Avram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar a HaShem que se le había aparecido.” (LBLA revisada) – Shejem significa “hombro”, “cerviz”, “nuca”, en relación con levantar una carga.[4]. Moré significa “maestro”.[5]
La primera experiencia espiritual profunda que tuvo Avram después de haber obedecido al Eterno al salir de Mesopotamia, fue una aparición del Eterno en Shejem y Moré. Esta experiencia le marcó tanto que tomó la decisión de edificar en ese lugar un altar. Ese altar representa la primera experiencia en la vida de la fe de todos los que van a ser contados por Dios como hijos, se trata de la entrega del yo.
El altar es un lugar de sacrificio, un animal es ofrecido como representación del hombre. La ofrenda de ascensión (holocausto) simboliza una entrega total. El altar es el lugar donde la voluntad del hombre se somete a la voluntad del Eterno. “No se haga mi voluntad sino la tuya.” “Que no sea como yo quiero sino como tú quieras.”
La historia posterior a Avraham nos muestra que Shejem llegó a ser un lugar de grandes decisiones para sus descendientes, cf. Génesis 33:18-20, (Génesis 28:20-21); 37:12-17; Josué 24:1, 14-27; Jueces 21:19; 1 Reyes 12:1; 12:25.
Shejem fue elegido como un lugar de refugio[6], cf. Josué 20:7.
Yosef fue sepultado en Shejem esperando la resurrección de los muertos. Su tumba se encuentra allí todavía hoy, cf. Josué 24:32.
Así que, Shejem representa en la vida de Avraham el lugar de conversión, el lugar donde muere de si mismo y reconoce al HaShem como su único Dios verdadero. Es el lugar donde HaShem le prometió por primera vez que su descendencia recibiría esa tierra.
Y de la misma manera como Avraham tuvo esa experiencia, todos los que en el día del juicio van a ser finalmente contados como sus hijos tendrán que tener la misma experiencia. Todos sus hijos tendrán que pasar por Shejem, donde reconocen al Dios único y mueren de sus propias vidas en el primer altar.
Como hemos dicho, Shejem significa “cerviz”, “hombro” o “espalda” y viene de una raíz que tiene que ver con inclinarse para levantar una carga sobre su espalda. Esto nos lleva a pensar en el momento cuando el Mesías se inclinó para llevar sobre sus hombros el madero sobre el cual iba a ser sacrificado para la redención eterna de todos los hijos de Avraham. Shejem simboliza la muerte de Yeshúa. Fue el primer lugar donde Avraham tuvo que pasar para poder ser el padre de la gran nación y obtener la tierra de Israel. La muerte y resurrección de Yeshúa es la base sobre la cual HaShem entrega la tierra a los hijos de Avraham.
“el planicie de Moré” – Junto a Shejem está la llanura de Moré. Moré significa “maestro” y viene de una raíz que significa “fluir”; “poner”, “echar”, “tirar”; “señalar”; “enseñar”.[7] Es la misma raíz que se encuentra en la palabra Torá.
Así que cuando Avram primero tuvo la experiencia profunda de conversión en Shejem al mismo tiempo tuvo la experiencia de lo que implica tener un Moré, un Maestro que le enseñaba la Torá.
La Torá es algo que marca la diferencia entre lo santo y lo común, lo verdadero y lo falso, luz y tinieblas, vida y muerte, etc.
HaShem le enseñó los mandamientos a nuestro padre Avraham, como está escrito en Génesis 26:5:
“Avraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” (LBLA)
Más adelante, después de la entrada en la Tierra, los hijos de Israel tuvieron que marcar la diferencia entre la bendición y la maldición precisamente en el valle de Moré.
En el norte tenían el monte Eival, que representa la maldición que es producida por la desobediencia a los mandamientos, y en el sur tenían el monte Guerizim, que representa la bendición por obedecer los mandamientos, cf. Deuteronomio 11:26-32; 27:12; Josué 8:33.
Moré es el lugar donde se reconoce la Torá del Eterno como el patrón de nuestra vida.
Moré representa también a Yeshúa HaMashíaj como el gran Rabino, nuestro gran Maestro que enseña a sus seguidores judíos a vivir según la Torá que fue dada en Sinai, según Mateo 5:17-20:
“No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.” (LBLA)
Y enseña a sus seguidores no judíos a obedecer aquellos mandamientos de la Torá que son para ellos, especialmente por medio de su representante para las naciones, Pablo, cf. Hechos 22:21; Romanos 15:16; Gálatas 2:7-9.
Combinando los dos lugares Shejem y Moré, vemos también una conexión entre nuestra aceptación de la muerte del Mesías y la aceptación del Mesías como nuestro Maestro de Torá.
Shejem y Moré representan los dos pasos para ser salvo como está escrito en Romanos 10:9-10:
“si confiesas con tu boca a Yeshúa por Adón, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.” (LBLA revisada)
Adón significa “señor”, ”maestro”, ”gobernante” y ”jefe”.
12:8 “De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Ai al oriente; y edificó allí un altar a HaShem, e invocó el nombre de YHWH.” (LBLA revisada)
Betel significa “casa de Dios”, “casa del Poderoso”
La palabra casa puede significa dos cosas:
1. Núcleo familiar
2. Lugar de habitación
En este caso Betel simboliza tanto la familia de Dios como el templo de Dios.
No podemos quedarnos solamente en la experiencia de Shejem y Moré, que representa la conversión al Dios de Israel por medio de Yeshúa HaMashíaj y la aceptación de la Torá dada por Moshé y explicada por el Mesías. Hay más.
En el judaísmo se habla de dos yugos, el yugo del Reino y el yugo de la Torá. El yugo del Reino representa a Shejem, y el yugo de la Torá está representado por Moré.
Estos dos yugos están también expresados en los primeros textos de la confesión del Shemá. En el primer texto del Shemá, Deuteronomio 6:4-9 está escrito:
“Escucha, Israel, HaShem es nuestro Dios, HaShem es uno. Y amarás a HaShem tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.” (LBLA revisada)
Este texto representa el yugo del Reino, el cual implica aceptar al Eterno como nuestro único Dios de manera personal. Por esto está escrito en singular: “amarás, tu, tu, tu, enseñarás etc.”
Ahora, el amor por el Eterno se manifiesta en la obediencia a sus mandamientos. Shejem nos lleva a Moré.
El segundo yugo, el de la Torá, se encuentra en Deuteronomio 11:13-21 donde está escrito:
“Y sucederá que si obedecéis mis mandamientos que os ordeno hoy, de amar a HaShem vuestro Dios y de servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, El dará a vuestra tierra la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu mosto y tu aceite. Y El dará hierba en tus campos para tu ganado, y comerás y te saciarás. Cuidaos, no sea que se engañe vuestro corazón y os desviéis y sirváis a otros dioses, y los adoréis. No sea que la ira de HaShem se encienda contra vosotros, y cierre los cielos y no haya lluvia y la tierra no produzca su fruto, y pronto perezcáis en la buena tierra que HaShem os da. Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos. Y enseñadlas a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y escríbelas en los postes de tu casa y en tus puertas, para que vuestros días y los días de vuestros hijos sean multiplicados en la tierra que HaShem juró dar a vuestros padres, por todo el tiempo que los cielos permanezcan sobre la tierra.” (LBLA revisada)
En este yugo de la Torá vemos como el pronombre se va cambiando a una forma plural. En el primer yugo, el del Reino el texto está escrito de una forma solamente personal, singular, “amarás, tu, tu, tu, enseñarás, escribirás etc.”
En este yugo de la Torá vemos que se usa la forma plural “obedecéis, os, vuestro, vuestro, vuestra, vuestra” pero luego, en el versículo 14 va pasando al singular: “recojas… etc.” para luego volver al plural en los versículos 16-19a: “cuidaos…”, después al singular en los versículos 19b-20: “te…” y, finalmente, al plural en el versículo 21.
De esto aprendemos que el yugo de la Torá nos enseña a vivir nuestra vida privada en obediencia en una relación con el pueblo del Eterno.
Por lo tanto no es suficiente vivir solos delante del Eterno. Necesitamos formar parte de un colectivo. Y este es precisamente el resultado del trabajo de la Torá en nuestras vidas.
Uno no puede amar al Eterno y aborrecer al hermano. Es imposible, porque el amor al Eterno te lleva forzosamente a amar a tu prójimo, primero los más cercanos y luego los que están más allá de los conocidos.
En Efesios 4:1-6 está escrito:
“Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.” (LBLA)
En Filipenses 2:1-4 está escrito:
“Por tanto, si hay algún estímulo en el Mesías, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.” (LBLA revisada)
En Colosenses 1:3-4; 3:12-15 está escrito:
“Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Yeshúa el Mesías, orando siempre por vosotros, al oír de vuestra fe en el Mesías Yeshúa y del amor que tenéis por todos los santos… Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como el Mesías os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz de Mesías reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (LBLA revisada)
En 1 Tesalonicenses 4:9-10 está escrito:
“Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros; porque en verdad lo practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis en ello más y más.” (LBLA)
En 1 Pedro 4:8 está escrito:
“Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.” (LBLA)
En Juan 15:12-13 está escrito:
“Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros, así como yo os he amado. Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos.” (LBLA)
En 1 Juan 3:10-18, 22-23 está escrito:
“En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama a su hermano. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros; no como Kayín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto conocemos el amor: en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad…. y todo lo que pidamos lo recibimos de Él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de Él. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Yeshúa el Mesías, y que nos amemos unos a otros como Él nos ha mandado.” (LBLA revisada)
En 1 Juan 4:7-12, 19-21; 5:1-2 está escrito:
“Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros… Nosotros amamos, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano. Todo aquel que cree que Yeshúa es el Mesías, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al Padre, ama al que ha nacido de Él. En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos sus mandamientos.” (LBLA)
En todos estos textos vemos la importancia de tener una relación correcta con el pueblo de Dios que es la Familia de Dios y el Templo de Dios.
La experiencia de salvación con la aceptación del yugo del Reino y el yugo de la Torá es maravillosa, y transforma nuestra vida personal. Pero hay más. Conforme vayamos creciendo en el conocimiento del Eterno por medio de Su Torá revelada por medio de Moshé y el Mesías Yeshúa, entraremos en una dimensión nueva de nuestra vida espiritual, la dimensión de colectivismo y así pasamos de Shejem y Moré a Betel, la familia del Eterno.
Es cierto que tenemos una responsabilidad delante del Eterno de nuestras vidas personales, cada uno será juzgado según su propia obra, en pensamientos, palabras y hechos, pero nuestras vidas no fueron creadas para ser islas separadas en un lago, sino miembros de un cuerpo, un colectivo, una gran familia, la gran familia de los hijos de Avraham con judíos y no judíos.
“al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Ai al oriente; y edificó allí un altar al Eterno, e invocó el nombre del Eterno” (LBLA revisada) – Ai significa montón o ruina. Betel significa casa de Dios. ¡Un montón de piedras no es una casa!
Avram se colocó entre Betel y Ai. Cada día al salir de su tienda por la mañana vio que Ai estaba delante y Betel detrás, porque las tiendas siempre se colocan con la entrada hacia el oriente. Para poder ver la casa de Dios – Betel – tuvo que dar las espaldas al montón de piedras – Ai. De la misma manera nosotros tenemos que escoger entre ser una piedra solitaria, aunque sea parte en un montón de piedras juntas, o ser parte de una casa donde hay orden y disciplina.
Para ser parte de una casa hace falta pasar por un proceso de corrección, ser una piedra viva, labrada, y ajustada y colocada en un lugar específico en el edificio. Ya uno no puede hacer lo que le parezca, lo que le plazca. Hay constructores que han sido puestos para edificar una casa del Eterno en todo lugar, esforzándose para que las piedras sean ajustadas y colocadas cada una en su lugar.
Así que ya terminó el tiempo de ser una persona espiritual solitaria. Llegó el tiempo de ser parte de una casa, un cuerpo, y unirse definitivamente a los hermanos.
En 1 Pedro 2:1-10 está escrito:
“Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda difamación, desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis probado la benignidad del Señor. Y viniendo a El como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Yeshúa el Mesías. Pues esto se encuentra en la Escritura: HE AQUI, PONGO EN SION UNA PIEDRA ESCOGIDA, UNA PRECIOSA piedra ANGULAR, Y EL QUE CREA EN EL NO SERA AVERGONZADO. Este precioso valor es, pues, para vosotros los que creéis; pero para los que no creen, LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO, y, PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia.” (LBLA)
“al oriente de Betel” – Las entradas al tabernáculo y al templo siempre están hacia el oriente. Así que Avram se puso en el lugar que simboliza la entrada a la misma presencia del Eterno.
“plantó su tienda” – La Torá no dice que Avram plantó su tienda en Shejem. Pero aquí en Betel sí. Es un lugar donde hay que plantar la tienda. Es un lugar donde hay que afirmar su estancia. Hazte miembro de un colectivo de personas que creen igual que tú y sé fiel a esa comunidad.
“Edificó allí un altar a HaShem” – Este altar representa la entrega total al Eterno dentro de un contexto colectivo, en la congregación de los creyentes, en la casa del Eterno.
Esto nos recuerda también el lugar de muerte del Mesías, que seguramente ocurrió delante de la entrada del templo del Eterno en uno de los árboles que hay el monte de los Olivos, al oriente de Yerushalayim.
“invocó el nombre del Eterno” – Invocar el Nombre no significa solamente tomarlo en los labios, sino dar a conocer al mundo entero que El es el único. Después de haber estado en Mesopotamia y luego en Egipto, Avraham toma sobre sus hombros la tarea de hacer conocer el Nombre del Eterno al mundo entero, para que supieran que El es el único Dios verdadero.
En Juan 17:3 está escrito:
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Yeshúa el Mesías, a quien has enviado.” (LBLA revisada)
Avram no dio a conocer el Nombre del Eterno en Shejem y Moré, pero aquí sí, entre Betel y Ai. De esto aprendemos que lo que más impacta al mundo no es nuestra propia experiencia de aceptación del yugo del reino y de la Torá, nuestra experiencia con el Mesías Yeshúa como Salvador y Señor, sino nuestra convivencia en amor en la congregación de los creyentes, como está escrito en Juan 13:34-35:
“Un mandamiento nuevo os doy (Moré): que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado (Shejem), así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos (Proclamó el Nombre) que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros (Betel).” (LBLA revisada)
Ya no vivas como una piedra solitaria, déjate ser edificado como una casa espiritual y así proclamar el Nombre del Eterno.
Hay un fenómeno natural muy interesante en el lugar donde Avram invocó el Nombre del Eterno por primera vez en la Tierra prometida. El nombre hebreo de YHWH está escrito con las letras actuales hebreas, en las montañas en el mismo lugar donde nuestro padre plantó la tienda. Esto se puede ver en las imágenes de los satélites.
12:10 “Y hubo hambre en la tierra; y Avram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en la tierra.” (LBLA revisada) – Esta fue la cuarta prueba en la vida de nuestro padre. Era necesario que bajara a Egipto para pisar esa tierra, cf. Jos 1:3, de manera que todo lugar que sus pies hayan pisado sería entregado a sus descendientes, como está escrito en 15:18b:
“desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates” (LBLA)
Segunda aliyá, 12:14 – 13:4
12:14 “Y aconteció que cuando Avram entró en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa” (LBLA revisada) – Sarai era muy hermosa a pesar de tener más de 65 años de edad. Esta fue la quinta prueba en la vida de Avraham.
13:3-4 “Y anduvo en sus jornadas desde el Neguev hasta Betel, al lugar donde su tienda había estado al principio, entre Betel y Ai, al lugar del altar que antes había hecho allí; y allí Avram invocó el nombre del Eterno.” (LBLA revisada) – Después de haber estado en Egipto, Avram volvió al mismo lugar donde había estado antes y donde había invocado el Nombre del Eterno por primera vez en la Tierra, a la entrada a la Casa de Dios.
Egipto simboliza el sistema de este mundo de tinieblas. Esto nos indica que si uno se desvía y sale fuera del lugar del llamado y las promesas, hay que volver del mundo a la Familia y la Casa del Eterno. Por favor querido amigo que te has ido al mundo, ¡vuelve a la comunión con los fieles!
Cuando Avram había dejado atrás los dioses de sus padres en Mesopotamia proclamó el Nombre del Eterno en Betel, y cuando volvió de Egipto volvió a proclamar el Nombre del Eterno en el mismo lugar. Betel se convirtió así en un centro de proclamación del monoteísmo por encima de los falsos dioses de Babilonia y de Egipto.
Tercera aliyá, 13:5-18
13:5 “Y también Lot, que andaba con Avram, tenía ovejas, vacas y tiendas.” (LBLA revisada) – Lot no andaba con Dios. Su riqueza dependía de su relación con el hombre. Por eso al final perdió todo.
13:11 “Y escogió Lot para sí todo el valle del Yardén; y viajó Lot desde el oriente. Así se separaron el uno del otro.” (LBLA revisada) – Está escrito que Lot escogió “para sí”, pensaba en sí mismo. Se separó no sólo de Avram sino de lo que él representaba, lo cual le llevó finalmente a la ruina. El hombre puede hacer dos cosas en la vida, puede ser como Avraham o como Lot, servir al Eterno o servir al dinero.
13:14-15 “Y HaShem dijo a Avram después que Lot se había separado de él: Alza ahora los ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte, el sur, el oriente y el occidente, pues toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre.” (LBLA revisada) – Cuando finalmente cumplió la orden separándose de su familia, vino una gran revelación.
13:16 “Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; de manera que si alguien puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá contarse.” (LBLA) – El primer tipo de descendencia de cual se habla es el polvo de la tierra, el cual representa a los hijos naturales de Avraham que poblarán la tierra prometida.
13:17 “Levántate, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho de ella, porque a ti te la daré” (LBLA) – La visión celestial expresada en una acción práctica traerá finalmente su cumplimiento al mundo físico. La fe viene por el oír pero se activa por las obras.
13:18 “Entonces Avram mudó su tienda, y vino y habitó en el planicie de Mamre, que está en Jevrón, y edificó allí un altar a HaShem.” (LBLA revisada) – Según Rashí, Mamré es el nombre de una persona, cf. 14:24. El nombre Mamré significa “vigor”, “firmeza” y “grosura”. Jevrón significa “asociación”, “unión”. Jevrón es el lugar donde Adam y Javá fueron sepultados, según la tradición[8]. Aquí Avram edificó su tercer altar. Este altar representa el poder de la resurrección en unión con el Eterno. Aquí fueron sepultados todos los patriarcas. Y desde aquí el Eterno resucitará sus cuerpos para encontrarse con el Mesías en los aires en su segunda venida.
Cuarta aliyá, 14:1-20
14:1a “Y aconteció en los días de Amrafel, rey de Shinar” (LBLA revisada) – Según Rashí, Amrafel es idéntico a Nimrod.
14:18 “Entonces Malki-Tsedek, rey de Shalem, sacó pan y vino; él era sacerdote del Dios Altísimo.” (LBLA revisada) – Según la tradición, Malki-Tsedek fue Shem,[9] hijo de Noaj. Malki-Tsedek es un título, no un nombre personal. Representa el ministerio doble de rey y sacerdote ejercitado a base de una vida indestructible. Según el Salmo 110:4 ese ministerio sería luego dado al Mesías, cf. Hebreos capítulos 5 y 7.
Shalem es la única referencia directa a la ciudad de Yerushalayim que se encuentra en el Jumash (Pentateuco). En el Salmo 76:2 vemos que Shalem es lo mismo que Tsión, como está escrito:
“En Shalem está su tabernáculo, y en Tsion su morada.” (LBLA revisada)
En Josué 10:1 vemos como en la ciudad de Yerushalayim había un rey llamado Adoni-tsedek. (Malki significa “mi rey” y Adoní significa “mi señor”. Tsedek significa justicia.) Así que, en los tiempos de la conquista, alrededor de 600 años después de Avraham, el rey de esa ciudad seguía teniendo un título muy similar.
14:19 “Y lo bendijo, diciendo: Bendito sea Avram del Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra” (LBLA revisada) – El de mayor rango espiritual siempre bendice al de menor rango. Malki-Tsedek tenía un ministerio superior al de Avram, cf. Hebreos 7:7.
El Talmud enseña que porque Shem bendijo a Avram antes que al Creador, el Eterno no sacó el sacerdocio (levítico) de él sino de Avraham.[10]
14:20 “y bendito sea el Dios Altísimo que entregó a tus enemigos en tu mano. Y le dio Avram el diezmo de todo.” (LBLA revisada) – Avram fue el primero que la Torá menciona que dio el diezmo. Sin embargo el principio del diezmo estaba funcionando desde la creación del hombre. El principio del diezmo implica trabajar parte de su tiempo sin tener el derecho de comer de él. Este principio se encuentra en el árbol del conocimiento del bien y el mal. Adam tenía que labrarlo pero no podía comer de él.
Avram no solamente dio el diezmo de los despojos de la guerra, sino de todo lo que el Eterno le había dado.
Según el libro de Yashar, Avraham había estudiado con Shem y Ever durante muchos años. Por eso ahora le entrega el diezmo de todo por ser su maestro de Torá.
Quinta aliyá, 14:21 – 15:6
15:4 “Pero he aquí que la palabra de HaShem vino a él, diciendo: Tu heredero no será éste, sino uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero.” (LBLA revisada) – Aquí habla de una descendencia singular, refiriéndose en primer lugar a Yitsjak, pero también al Mesías, como está escrito en Gálatas 3:16:
“Ahora bien, las promesas fueron hechas a Avraham y a su descendencia. No dice: y a las descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendencia, es decir, Mesías. ” (LBLA revisada)
15:5 “Lo llevó fuera, y le dijo: Ahora mira al cielo y cuenta las estrellas, si te es posible contarlas. Y le dijo: Así será tu descendencia.” (LBLA) – Aquí habla de una descendencia celestial. Vemos por lo tanto que hay tres tipos de descendencia de Avraham; terrenal, singular y celestial. La descendencia terrenal son los hijos físicos de Avraham. La descendencia singular es Yitsjak y Mashíaj. La descendencia celestial son los hijos espirituales de Avraham, los que tienen la misma fe de Avraham como se ve en el siguiente versículo.
15:6 “Y creyó en HaShem, y El se lo contó por justicia.” (LBLA revisada) – La palabra hebrea traducida como “creyó” es heemin que significa “creyó”, “confió”, “esperó”. Es la primera vez que aparece en la Torá. Viene de la raíz amán[11] que significa “sostener”. En su forma nifal significa “ser firme”, “ser duradero”; “ser fiel”, “ser de confianza”; “ser verdadero”, “ser veraz”; “durar”.[12] De allí viene la palabra emuná, “firmeza”, “seguridad”, “fidelidad”, “fe”, “estabilidad”, “verdad” [13].
El famoso rabino Hirsch escribe: “Emuná es la esencia del judaísmo”[14].
Avram puso su confianza en HaShem y por esto también confió en Su palabra. Es imposible creer en el Eterno sin confiar en la Escritura que ha sido revelada e inspirada. La Palabra revelada es la base para la fe. Cuando el Eterno nos revela su palabra tenemos la opción de confiar en Él o no. La fe viene del oír, cf. Romanos 10:17, lo cual significa que si hacemos caso a las cosas reveladas, tendremos la capacidad de confiar en el Eterno. Nuestra tarea es asimilar la Palabra, la tarea de la Palabra es crear fe en nosotros.
“y Él se lo contó por justicia.” (Propia trad.) – La palabra hebrea traducida como justicia es tsedaká[15] y significa “justicia”, “derecho”, “rectitud”, “poder salvador”, “generosidad”.[16] Es la primera vez que aparece en la Torá.
Según R. Hirsch el término tsedaká tiene dos significados diferentes[17]. El primero tiene que ver con la acción de justicia en el sentido de cumplir estrictamente con los requisitos de la ley, con otras palabras hacer lo que es recto, justo y cabal, cf. Génesis 30:33; Deuteronomio 6:25. Un justo es uno que da a cada persona y a cada cosa lo que le corresponde.
El otro significado es dar a una persona lo que necesita, ser bueno con ella, buscar el bienestar del otro. “Cuando Dios hace tsedaká, Él da favor a sus criaturas desde Su gracia, no a causa de sus méritos.”[18]
En su enseñanza, Rav Shaúl (Pablo) desarrolla y amplía la síntesis de estas dos acepciones de la palabra tsedaká, especialmente en la carta a los Romanos, dándole el sentido de declaración de inocencia a favor del que pone su confianza en el Eterno y Su obra redentora por medios de Yeshúa. De este modo podemos destacar tres acepciones importantes del concepto “considerar (como) justicia” – yejashev tsedaká, cf. Génesis 15:6; Salmo 106:31, o “justificar” – matsdik, cf. Proverbios 17:15; Isaías 5:23; 53:11
Reconocer la rectitud de alguien, “dar la razón”, cf. Isaías 50:8; Salmo 51:4; Romanos 3:4; Salmo 106:31; Mateo 11:19; Lucas 7:29.
Hacer una obra de caridad o benevolencia, cf. Deuteronomio 24:13; Mateo 6:1.
Imputar y declarar la inocencia al culpable por medio de la gracia, cf. Génesis 15:6; Romanos 3:31 – 4:9.
Si no entendemos estas diferentes acepciones de la misma expresión no vamos a entender la aparente contradicción entre Romanos 2:13b y Romanos 3:20a.
Romanos 2:13b dice: “los que cumplen la ley serán justificados.” (LBLA)
Romanos 3:20a dice: “por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El” (LBLA)
En el primer caso “justificados” significa “aprobados”, “reconocidos”, y en el segundo caso “justificado” significa “declarado inocente”. La expresión “obras de la ley” no implica lo mismo que “cumplir la ley”. “Obras de la ley” tiene que ver con el legalismo como medio de obtener la salvación por los propios méritos, “cumplir la ley” tiene que ver con obediencia al Eterno
Sexta aliyá, 15:7 – 17:6
15:7-8 “Y le dijo: Yo soy HaShem que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra para que la poseas. Y él le dijo: Oh Señor Eterno, ¿cómo puedo saber que la poseeré?” (LBLA revisada) – La promesa de la tierra es reforzada con un pacto para erradicar toda duda en el alma de Avram.
15:9 “El le respondió: Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.” (LBLA) – Los rabinos entienden esta palabra de dos maneras. Rambán dice que se trataba de tres animales de tres años cada uno. Rashí dice que se trataba de tres de cada animal.
El Midrash[19] dice:
“La razón por la cual Avram buscó una señal fue el temor que su descendencia pecara y HaShem no les permitiera seguir viviendo en Tierra Sagrada. HaShem le aseguró a Avram – “Aún si pecaran, he preparado un medio para perdonarlos, las korbanot (sacrificios)”. Entonces le demostró a Avram la naturaleza de las futuras korbanot, mediante la preparación de tres bueyes, tres chivos, tres carneros, una paloma y una tórtola en representación de varias ofrendas.”
Rashí dice:
“Tres becerras (bueyes) constituyen una alusión a tres novillos: al novillo ofrecido en el día de la expiación (Yom Kipur), al novillo de la comunidad a causa de un asunto oculto por parte del Sanedrín (Lev. 4:13), y a la becerra desnucada (Deut. 21:1).
“Tres cabras en alusión al macho cabrío cuyo servicio era realizado en el interior (Lev. 16:9-15), a los machos cabríos de las ofrendas adicionales (musaf) de las festividades (Núm. 28:22), y al macho cabrío en ofrenda de un pecado (jatat) de un individuo (Lev. 4:32).
“Tres carneros en alusión a la ofrenda de culpa certera (asham vadai) (Lev. 5:15, 25; 14:12; 19:21; Núm. 6:12), a la ofrenda de culpa dudosa (asham talui) (Lev. 5:17-19), y a la oveja en ofrenda de pecado (jatat) de un individuo (Lev. 27:35).”
El pichón (heb. gozal) es la cría de la tórtola (heb. tor).
El hecho de partir los animales y colocar las mitades una en frente a la otra es una antigua manera de hacer un pacto. Las personas que hacían pactos caminaban juntos entre las partes dando una vuelta en señal de lo infinito (como un ocho acostado) para así confirmar la perpetuidad del pacto, cf. Jeremías 34:19.
Este pacto confirma la perpetuidad de la promesa de la tierra para los descendientes de Avram
15:12 “Y sucedió que a la puesta del sol un profundo sueño cayó sobre Avram, y he aquí que el terror de una gran oscuridad cayó sobre él.” (LBLA revisada) – Esto constituye la séptima prueba fuerte en la vida de nuestro padre. Esta experiencia profética le permite ver toda la calamidad futura de sus descendientes, lo cual le produce un gran terror.
15:13 “Y dijo a Avram: Ten por cierto que tus descendientes serán extranjeros en una tierra que no es suya, donde serán esclavizados y oprimidos cuatrocientos años.” (LBLA revisada) – Avram recibe la revelación del futuro difícil de sus hijos en Egipto.
15:14 “Mas yo también juzgaré a la nación a la cual servirán, y después saldrán de allí con grandes riquezas.” (LBLA) – La palabra “también” implica que Egipto es uno de los reinos juzgados por el Eterno donde los descendientes iban a ser maltratados. Los otros reinos son los cuatro que son mencionados en el libro de Daniel.
15:17 “Y aconteció que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y he aquí, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades.” (LBLA) – Lo interesante en este texto es que Avram no es capaz de caminar con HaShem entre las partes. Sin embargo aparecen dos cosas, un horno y una antorcha. Dos fuegos diferentes. Se ve que alguien está tomando el lugar de Avram para representarle en este pacto. ¿Quién será? La antorcha es el Mesías, cf. Isaías 62:1.
15:18 “En aquel día HaShem hizo un pacto con Avram, diciendo: A tu descendencia he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates” (LBLA revisada) – La descendencia de Avram, la terrenal, la singular y la celestial, heredará la tierra física entre estos dos ríos. La nueva Yerushalayim que bajará del cielo ocupará todo ese territorio. En ningún lugar de las Escrituras vemos que los hombres van a dejar la tierra e ir al cielo. Esa idea viene de la filosofía griega.
15:19-21 “los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, los hititas, los ferezeos, los refaítas, los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.” (LBLA) – Estas diez naciones representan todas las naciones de la tierra. El número 10 representa la totalidad en las Escrituras. Todo el mundo será heredado por Avraham y sus descendientes, como está escrito en Romanos 4:13:
“Porque la promesa a Avraham o a su descendencia de que él sería heredero del mundo, no fue hecha por medio de la ley, sino por medio de la justicia de la fe.” (LBLA revisada)
Esta promesa tuvo su cumplimiento parcial cuando los hijos de Israel volvieron de Egipto. Siete de estas naciones fueron entregadas a los descendientes de Avraham, pero tres de ellas no se les permitió conquistar.
Los ceneos, cenezeos y los cadmoneos fueron conquistados por los hijos de Edom, Moav y Amón. Los hijos de Israel no tuvieron permiso por el Eterno para conquistar estos tres reinos cuando salieron de Egipto. Sin embargo, en el futuro serán adheridos al territorio de Israel, según Isaías 11:14 donde está escrito:
“Y ellos se lanzarán sobre el costado de los filisteos al occidente, juntos despojarán a los hijos del oriente; Edom y Moav estarán bajo su dominio, y los hijos de Amón les estarán sujetos.” (LBLA revisada)
Los territorios mencionados en esta profecía corresponden a lo que hoy en día se llama la franja de Gaza, Cisjordania y Jordania.
16:1, 3 “una sierva egipcia… Hagar la egipcia” (LBLA) – Al repetir esta expresión nos da a entender que Hagar no era cualquier egipcia. Se ha entendido por los rabinos como una manera de hablar de la hija del Faraón.
16:11 “El ángel de HaShem le dijo además: He aquí, concebirás y darás a luz un hijo; y le llamarás Yishmael, porque HaShem ha oído tu aflicción.” (LBLA revisada) – El texto hebreo no dice que Hagar había concebido, sino que iba a concebir en el futuro. Según Rashí, esto nos enseña que ella perdió su primer hijo en un aborto. Luego tuvo la promesa de un nuevo embarazo.
17:1 “Cuando Avram tenía noventa y nueve años, HaShem se le apareció, y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.” (LBLA revisada) – Trece años más tarde HaShem se revela como “El Shadai”. Según Rashí y Rambam la palabra shadai está compuesta por she, que, y dai, suficiente.
Beer BaSadé dice:
“Con este nombre, Dios quería decirle que no debía temer, puesto que así como Él es suficiente y no necesitaba de nadie, así también a Avraham le sería suficiente la relación con El para vivir, sin necesidad de los demás.”
“anda delante de mí, y sé perfecto” – El Targum traduce: “rinde culto delante de mí”. El resultado de andar delante del Todosuficiente es que uno se vuelve íntegro. La palabra hebrea traducida como perfecto tamim[20] no significa que uno no puede caer en pecado, sino que es maduro e íntegro, especialmente en las pruebas.
17:2 “Y yo estableceré mi pacto contigo, y te multiplicaré en gran manera.” (LBLA revisada) – Este pacto de circuncisión está más enfocado hacia el pueblo. En el pacto de los trozos, en el capítulo 15, hay un enfoque hacia la tierra.
17:5 “Y no serás llamado más Avram; sino que tu nombre será Avraham; porque yo te haré padre de multitud de naciones” (LBLA revisada) – El nombre Avram significa, según Rashí, padre de Aram. Avraham significa padre de multitudes. En los pacto de antaño las dos partes tomaron parte del nombre del otro. Por eso una letra es añadida al nombre Avram, la letra hey y se forma el nombre Avraham. Esa letra aparece dos veces en el nombre YHWH. Al mismo tiempo el Eterno añade el nombre de Avraham en su nombre. A partir de ahora se llama “el Dios de Avraham”, cf. Éxodo 3:15.
17:6 “Te haré fecundo en gran manera, y de ti haré naciones, y de ti saldrán reyes.” (LBLA) – Esto no puede referirse a los descendientes de Yishmael, puesto que ya había nacido, ya había salido de Avraham. Es una referencia a Yitsjak y Esav, las dos naciones Israel y Edom.
Séptima aliyá, 17:7-27
17:7 “Y estableceré mi pacto contigo y tu descendencia después de ti, por sus generaciones, por pacto eterno, de ser Dios tuyo y de tu descendencia después de ti.” (LBLA) – Este pacto consiste en que el Eterno es el Dios de Avraham y de su descendencia para siempre. Esto implica que habrá una parte de la descendencia física de Avraham que nunca dejará de tener una relación de pacto con el Eterno.
17:8 “Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la tierra de Kenáan como posesión perpetua; y yo seré su Dios.” (LBLA revisada) – Vemos como este pacto eterno incluye tres pilares fundamentales:
1. El pueblo
2. La tierra de Kenáan
3. Dios
17:9 “Este es mi pacto que guardaréis, entre yo y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado.” (LBLA) – Esta es la octava prueba fuerte para nuestro padre Avraham, la circuncisión en la carne. Tuvo que convencer a todos sus hombres de la importancia de este hecho y al mismo tiempo pasar por esta operación con el peligro de ser atacado por sus enemigos.
17:11 “Seréis circuncidados en la carne de vuestro prepucio, y esto será la señal de mi pacto con vosotros.” (LBLA) – La señal del pacto es la circuncisión física en la carne. Sólo los varones podrán llevar esta señal. Por lo tanto la herencia de la tierra se da en primer lugar en relación con los varones de Israel. Sólo en ausencia de varones las mujeres podrán heredar la tierra de la promesa, cf. Números 27.
La circuncisión es una señal de varias cosas:
1. Del pacto entre Avraham, su descendencia y Dios para siempre.
2. De la justificación por la fe que Avraham tenía como incircunciso, cf. Romanos 4:11.
3. De que el Descendiente, el Mesías tendría que nacer en ese pueblo, cf. Romanos 15:8.
4. De una circuncisión más profundo, la del corazón, cf. Deuteronomio 10:16; 30:6; Colosenses 2:11.
5. De una nueva creación sin pecado, a partir del octavo milenio, cf. Levítico 12:3; Gálatas 6:15.
17:14 “Mas el varón incircunciso, que no es circuncidado en la carne de su prepucio, esa alma será cortada de entre su pueblo; ha quebrantado mi pacto.” (LBLA revisada) – Los descendientes físicos de Avraham que no se circuncidan en la carne experimentarán que su alma sea cortada de la fuente de vida que hay en conexión con el pueblo del pacto. Según Rashí significa que andará en la vida sin hijos y morirá antes de tiempo.
El mandamiento de la circuncisión en la carne no es un requisito ni para las mujeres descendientes de Avraham ni para los gentiles que hacen la conversión al Dios de Israel por medio del poder de resurrección de Yeshúa HaMashíaj, como está escrito en 1 Corintios 7:18:
“¿Fue llamado alguno ya circuncidado? Quédese circuncidado. ¿Fue llamado alguno estando incircuncidado? No se circuncide.” (LBLA)
17:15 “Entonces Dios dijo a Avraham: A Sarai, tu mujer, no la llamarás Sarai, sino que Sará es su nombre.” (LBLA revisada) – Sarai significa mi princesa, limitando su influencia sólo para su marido. Sará significa princesa, siendo princesa para todo el mundo.
17:21 “Pero mi pacto lo estableceré con Yitsjak, el cual Sará te dará a luz por este tiempo señalado el año que viene.” (LBLA revisada) – El pacto de la circuncisión no fue establecido con el pueblo árabe, sino con el pueblo judío. Por eso la tierra de Kenáan no es para el pueblo árabe, sino para el pueblo judío. Yishmael recibió su bendición y HaShem le dio muchas otras tierras, pero la tierra de la promesa no le pertenece.
“por este tiempo” – El hebreo tiene aquí la palabra moed[21] que habla de un tiempo señalado. Ese término es especialmente utilizado en referencia a las fiestas establecidas por el Eterno, cf. Levítico 23. Así que Yitsjak nació en una de las fiestas anuales. En los próximos capítulos veremos en qué fiesta nació.
17:24 “Avraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado en la carne de su prepucio.” (LBLA revisada) – En Romanos 4:11-12 está escrito:
“y recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también a ellos les fuera imputada; y padre de la circuncisión para aquellos que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen en los pasos de la fe que tenía nuestro padre Avraham cuando era incircunciso.” (LBLA revisada)
Avraham llegó a tener 175 años de edad. Así que paso 99 años de su vida como incircunciso y 76 años de su vida circuncidado. Esto nos enseña que al final serán contados como hijos de Avraham más incircuncisos que circuncidados.
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