sábado, febrero 18

Parashá 19 Terumá

 Parashá 19 Terumá

Éxodo 25:1 – 27:19

Por Dr. K. Blad ©



Aliyás de la Torá:

  1. 25:1-16
  2. 25:17-30 (tradición sefardí); 25:17-40 (tradición ashkenazí)
  3. 25:31 – 26:14 (S); 26:1-14 (A)
  4. 26:15-30
  5. 26:31-37
  6. 27:1-8
  7. 27:9-19
  8. Maftir: 27:17-19

 

Haftará: 1 Reyes 5:12 (26 heb.) – 6:13

Terumá

Significa “ofrenda alzada”, “porción separada”.

Primera aliyá, 25:1-16

El Eterno pide que los hijos de Israel le hagan una ofrenda, todos los que tienen un corazón motivado podrá dar oro, plata, cobre, lana, lino, pieles, madera, aceite, especias y piedras preciosas para poder construir una morada para el Eterno. Tendrán que hacer un santuario según el modelo que el Eterno muestre a Moshé. El arca será hecha de madera cubierta de oro, de dos codos y medio su longitud, un codo y medio su ancho y un codo y medio su altura. Tendrá una diadema de oro alrededor y cuatro anillos de oro en las cuatro esquinas. Dos varas de madera cubiertas de oro se pondrán en los anillos para poder transportarla. Dentro del arca se pondrá el Testimonio.

Segunda aliyá, 25:17-30

Hay que hacer una cubierta de oro con dos querubines de oro colocados en los dos extremos encima con sus dos alas extendidas hacia arriba y sus rostros enfrentándose el uno al otro y hacia la cubierta. La cubierta tendrá que colocarse encima del arca. El Eterno fijará cita con Moshé para hablarle de ese lugar encima de la cubierta.

También hay que hacer una mesa de acacia recubierta de oro, de dos codos de longitud, un codo de ancho y un codo y medio de altura. Tendrá un bastidor de oro alrededor con una diadema de oro y cuatro anillos de oro en las esquinas donde se pondrán dos varas de madera cubiertas de oro. La mesa tendrá platillos, cucharones tubos y soportes, todos de oro. Encima de la mesa habrá que colocar el pan de los semblantes.

Tercera aliyá, 25:31 – 26:14

El candelabro se hará de oro puro, todo batido, con base, caño, cálices botones y flores. Tendrá seis brazos que saldrán de sus lados, tres en cada lado, con tres cálices, un botón y una flor en cada uno. Todo será de una pieza. Tendrá siete lámparas que serán encendidas por el kohén hacia delante. Sus tenazas y paletas serán de oro puro. Todo será hecho de un talento de oro, según el modelo que le es mostrado a Moshé en la montaña.

El techo del tabernáculo se hará de diez cortinas de lino trenzado, lana azul, lana púrpura y lana carmesí, con querubines de labor de diseñador. Cada cortina tendrá 28 codos de longitud y cuatro codos de anchura. Cinco cortinas serán unidas entre ellas y las otras cinco entre ellas. En cada uno de los bordes de los dos ensamblajes habrá que poner 50 lazadas de lana azul contrapuestas entre ellas. Se harán 50 ganchillos de oro para unir las cortinas entre ellas.

Hay que hacer 11 cortinas de vellocino de cabra a modo de tienda sobre el tabernáculo. Cada cortina será de 30 codos de longitud y cuatro codos de ancho. Cinco cortinas serán unidas entre ellas y seis entre ellas. La sexta cortina será doblada hacia el frente de la tienda. Cincuenta lazadas serán puestas en el borde de cada primera cortina de los dos ensamblajes. Se harán 50 ganchillos de cobre que serán insertados en las lazadas para unir la tienda. Los sobrantes colgarán por los costados del tabernáculo para cubrirlo.

Se hará una cobertura de pieles de carnero teñidas de rojo y una cobertura de tejashim por encima.

Cuarta aliyá, 26:15-30

Se harán maderos para el tabernáculo de acacia, de diez codos por un codo y medio. Cada madero tendrá dos espigas paralelas una con otra. En el lado sur habrá 20 maderos con 40 basas de plata. Lo mismo se hará para el lado norte. Para la parte posterior del tabernáculo, al oeste, habrá seis maderos y dos maderos en las esquinas, cada madero con sus dos basas. En las puntas serán acoplados entre ellos con anillos. Habrá cinco barras de madera para cada lado para unir los maderos, una de ellas pasará por en medio de los maderos de un extremo a otro. Los maderos y las barras tendrán que ser recubiertos de oro. El tabernáculo será levantado según al diseño que Moshé reciba en la montaña.

Quinta aliyá, 26:31-37

Hay que hacer un velo de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado con querubines de labor de diseñador. Cuatro pilares de acacia cubiertos de oro puestos sobre cuatro basas de plata sujetarán el velo con cuatro ganchillos de oro. Detrás del velo, que separará entre el lugar santo y el lugar santísimo estará el arca. La cubierta se colocará sobre el arca. La mesa será colocada fuera del velo en el lado norte y el candelabro frente a la mesa, en el lugar sur.

Se hará una pantalla para la entrada de la tienda, de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador. La pantalla colgará sobre cinco ganchillos en cinco pilares de madera de acacia recubiertas de oro y con cinco basas de cobre.

Sexta aliyá, 27:1-8

Hay que hacer un altar de madera, hueco y recubierto de cobre, de cinco por cinco codos con una altura de tres codos. Cada esquina tendrá un cuerno. Se harán vasijas para deshollinarlo, además badiles, escudillas, garfios y braseros, todos de cobre. Debajo de la cornisa, a la mitad del altar, se hará un enrejado de cobre con cuatro anillos de cobre en las cuatro esquinas donde se colocarán las varas para transportarlo. Todo se hará conforme a lo que se le mostró a Moshé en la montaña.

Séptima aliyá, 27:9-19

El atrio tendrá cortinas de lino trenzado de 100 codos en los lados sur y norte sujetadas con 20 pilares de cobre con veinte basas de cobre. Los ganchillos y cinturillas de los pilares serán de plata. El lado oeste del atrio tendrá cortinas de 50 codos, sujetadas con diez pilares sobre diez basas. El lado este será de 50 codos, con 15 codos de cortinas por uno y otro lado, sujetadas con tres pilares sobre tres basas. El portal del atrio tendrá una pantalla de 20 codos de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador y sujetada por cuatro pilares sobre cuatro basas. Todos los pilares tendrán cinturillas de plata, ganchillos de plata y basas de cobre. La altura del atrio será de cinco codos y todos sus utensilios serán de cobre.

Comentarios

Primera aliyá, 25:1-16

25:2  “Di a los hijos de Israel que tomen una ofrenda para mí; de todo aquel cuyo corazón le mueva a hacerlo, tomaréis mi ofrenda.” (LBLA) – Esta ofrenda es llamada terumá[1], que no es fácil traducir, significa “donación”, “don”, “dádiva”, “presente”, “regalo”, “contribución”, “aporte”, “tributo”, “ofrenda”. Viene de la raíz rum[2], que significa “alzar”, “elevar”. Tiene que ver con algo que se levante para separar del resto. La misma palabra se usa para la ofrenda que se da al sacerdote de los productos agrícolas antes de dar el diezmo. Pero ese no es su sentido en este texto. Se puede entender como una porción separada que se “eleva” como ofrenda para un uso sagrado.

Los diezmos son una obligación pero las ofrendas son voluntarias, (excepto las prescritas para los tiempos señalados del Eterno). Por esto sólo los que tienen un corazón alegre pueden dar a esta obra de la construcción del tabernáculo. De esta manera el tabernáculo es una extensión de los corazones del pueblo, donde el Eterno desea morar, como está escrito en 2 Corintios 9:7:

Que cada uno dé  como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.” (LBLA)

En 2 Corintios 6:16-18 está escrito:

“¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARE EN ELLOS, Y ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU DIOS, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO. Por tanto, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Señor; Y NO TOQUÉIS LO INMUNDO, y yo os recibiré. Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (LBLA revisada)

25:3  “Y esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata y bronce (LBLA) – Lo primero que pide el Eterno es oro, lo más precioso. Según Génesis 2:12 el oro es bueno. La Torá del Eterno está diciendo que el oro es bueno. Así que el oro tiene valor porque la Torá le da valor. Ahora los corazones voluntarios tienen la oportunidad de entregar lo más precioso al Eterno. Esta es la razón por la que los hijos de Israel tuvieron que pedir los tesoros de Egipto antes de salir, porque sus riquezas eran necesarias para poder construir esta obra del Eterno.

La ofrenda para la obra del Eterno no se da en secreto. ¿Cómo entonces se va a entender la palabra de Yeshúa en Mateo 6:1-4? Allí está escrito:

“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. (LBLA)

En primer lugar hay que entender la palabra “justicia” en este texto. Es la palabra hebrea tsedaká[3] que significa “justicia”, “justificación”, “mérito”, “obra de caridad”, “limosna”. El término tsedaká se usa mucho para hablar del hecho de ayudar a los necesitados, y especialmente de manera económica. Ese es el sentido de la palabra en la boca de Yeshúa. Lo que está diciendo es que cuando se trata de ayudar a una persona que está en una situación de necesidad está prohibido anunciar a otros lo que uno dé, por dos razones, para no ser alabado por los hombres y, para no avergonzar al necesitado. El avergonzar a una persona es un tipo de asesinato. Así que Yeshúa prohíbe a sus discípulos mostrar a otros lo que den cuando ayudan a los pobres. Pero esta prohibición sólo se aplica en el caso de hacer tsedaká, dar limosna, no para otro tipo de ofrendas. Tenemos varios ejemplos en las Escrituras como se hacen recolecciones de dinero de manera pública y las Escrituras no se pueden contradecir. En este caso no fue una tsedaká, una ayuda para los necesitados, sino una terumá, una ofrenda para un fin sagrado, y esa ofrenda no tiene por qué ser en secreto. Por su puesto la actitud del corazón es muy importante para el Eterno para que una ofrenda le pueda ser grata. Esta verdad aprendemos de lo que pasó con las ofrendas de Cayín y Hevel, en Génesis 4. Pero no es necesario que todas las ofrendas se den en secreto, sólo la de tsedaká, ayuda a los necesitados.

25:8  “Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite en ellos. (LBLA revisada) – En los capítulos anteriores hemos visto como se ha establecido un pacto matrimonial entre la Palabra del Eterno e Israel. Después del primer paso, el desposorio, llega el tiempo de preparar una casa para el nuevo matrimonio. Es la razón por la cual ahora el Eterno pide una casa para poder vivir junto con su esposa. Esta casa es una sombra de una casa celestial que el Eterno ha preparado para ser revelada en los tiempos finales, cf. Revelación 15:5; 21:3.

El texto hebreo no dice que el Eterno va a habitar “entre ellos” sino “en ellos”, betojam. Lo más lógico hubiera sido decir: “y yo residiré en él”, pero aquí está diciendo que va a morar dentro del pueblo de Israel y por eso tendrán que hacerle un santuario. El verdadero lugar de la morada es el corazón de cada uno del pueblo de Israel que ha entregado su corazón al Eterno. Esto nos enseña que la Presencia Divina residía en el mishkán, la morada, el tabernáculo, por causa de los israelitas. Ellos eran el verdadero “santuario” de la presencia Divina.[4]

25:9  “Conforme a todo lo que te voy a mostrar, conforme al diseño del tabernáculo y al diseño de todo su mobiliario, así lo haréis.” (LBLA) – El tabernáculo del desierto es una figura de varias cosas. Se puede entender como un reflejo del mismo universo. Hay varias palabras en este relato que nos conectan con el relato de la creación. Moshé tuvo que estar durante seis días en la nube antes de ser llamado desde el interior en el séptimo día, lo cual conecta esta obra con la creación que fue hecha durante seis días, cf. Éxodo 24:16.

Además podemos comparar el mishkán, tabernáculo, con cuatro cosas: 

·         Un santuario celestial, cf. Hebreos 8:2; 9:11-24.

·         El cuerpo del Mesías, Juan 1:14; 2:18-22.

·         El cuerpo del creyente, 1 Corintios 6:19.

·         La congregación del Mesías, 1 Pedro 2:4-10; 1 Corintios 3:16-17; 2 Corintios 6:16.

En todos estos está morando la presencia del Eterno de manera más o menos poderosa.

25:10             “Harán también un arca de madera de acacia; su longitud será de dos codos y medio, su anchura de un codo y medio, y su altura de un codo y medio.” (LBLA) – El arca es el objeto más íntimo del mishkán. El Eterno siempre empieza su obra desde dentro para fuera. El hombre mira desde fuera hacia dentro, pero el Eterno mira desde dentro hacia fuera, como está escrito en 1 Samuel 16:7:

Pero HaShem dijo a Shmuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero HaShem mira el corazón.” (LBLA revisada)

El que tiene ojos espirituales aprende a ver como el Eterno ve las cosas, desde dentro hacia fuera. Un profeta puede ver los corazones de los hombres, como está escrito en Juan 2:24-25:

Pero Yeshúa, por su parte, no se confiaba a ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues El sabía lo que había en el hombre.” (LBLA revisada)

En Hechos 8:23 está escrito:

Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad.” (LBLA)

En 2 Corintios 5:12 está escrito:

No nos recomendamos otra vez a vosotros, sino que os damos oportunidad de estar orgullosos de nosotros, para que tengáis respuesta para los que se jactan en las apariencias y no en el corazón.” (LBLA)

Cuando el Eterno trata con un hombre, lo hace desde dentro hacia fuera. El problema de muchos es que intentan quitarse los malos frutos, las malas obras de su vida, pero no tratan con la raíz que es la causa que produce esos malos frutos. Podemos estar toda la vida intentando mejorar nuestras acciones y nuestras palabras pero no vamos a tener éxito al menos que vayamos al corazón, que es la causa de todas las malas obras, como está escrito en Marcos 7:21-22:

Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez. Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.” (LBLA)

Cuando hay conflictos hay que ir a la causa, a la raíz, y no intentar de cambiar las consecuencias. No trates de cambiar las consecuencias, sino las causas que producen esas consecuencias, y así verás cambios sustanciales.

Las medidas del arca terrenal tienen medios codos. ¿Cómo es que el Eterno manda construir algo que sea medio? Dos y medio es la mitad de cinco y uno y medio es la mitad de tres. Esto nos enseña que el tabernáculo terrenal no es perfecto, sino una copia de un tabernáculo celestial mayor y más perfecto, como está escrito en Hebreos 9:11:

Pero cuando el Mesías apareció como sumo sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación.” (LBLA revisada)

25:11 “Y la revestirás de oro puro; por dentro y por fuera la revestirás, y harás una moldura de oro alrededor de ella.” (LBLA) – El arca fue hecha de madera cubierta de oro. Betsalel hizo tres cofres, uno exterior de oro, uno de madera que fue colocado dentro y otro interior de oro. De esa manera toda la madera fue cubierta de oro. La madera simboliza el hombre, según Salmo 1:1-3; 92:12-14; Jeremías 17:7-8. El oro es el metal más apreciado. No se oxida, no se pone feo por el medio ambiente como la plata y el cobre. Por eso el oro simboliza el valor de las cosas incorruptibles, cf. Job 23:10; Salmo 19:7-10; 119:72, 127; Proverbios 3:15-15; 8:10-11, 19; 16:16; Malaquías 3:3; 1 Pedro 1:7. El hombre corruptible será vestido de incorrupción, como está escrito en 1 Corintios 15:54:

Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria.” (LBLA)

Aróny harás una diadema de oro alrededor de ella. (LBLA) – Esta diadema era como una corona que rodeaba el arca. Había tres objetos en el mishkán que tenía diademas, el arca, la mesa, cf. 25:24, y el altar de incienso, cf. 30:3-4. El Midrash[5] relaciona estos tres objetos con tres coronas, que representan posiciones de grandeza, dentro de Israel:

·         La Corona de la Torá –
representada por el arón, el arca.

·         La Corona de la Kehuná – sacerdocio,
representada por el mizbeaj, el altar.

·         La Corona del Maljut – el reinado,
la cual estaba representada por el shulján, la mesa.

25:16 “Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.” (LBLA) – Como el tabernáculo simboliza al hombre, el arca simboliza el corazón, lo más íntimo. Dentro del arca había tres cosas:

·         Las dos tablas del testimonio, que representan toda la Torá.

·         Un ómer de maná, Éxodo 16:32-34.

·         La vara de Aharón reverdecida, Números 17:5, 8-10.

El testimonio es el nombre que el Eterno dio a las dos tablas de piedra que fueron colocadas en el arca. Este texto dice que el Eterno daría a Moshé el testimonio en el futuro. Esto alude no solamente a las dos tablas sino también al testimonio mesiánico que iba a ser entregado más adelante a todos los que recibirían el Espíritu del Mesías, como está escrito en Hebreos 3:5:

Y Moshé fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir más tarde (LBLA)

En Jeremías 31:33-34 está escrito:

porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días--declara HaShem--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y no tendrán que enseñar más cada uno a su prójimo y cada cual a su hermano, diciendo: "Conoce a HaShem", porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande--declara HaShem-- pues perdonaré su maldad, y no recordaré más su pecado. (LBLA revisada)

Dentro del corazón del creyente hay un testimonio, una vocecita que habla y dice que es hijo de Dios, como está escrito en Romanos 8:16:

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (LBLA)

En 1 Juan 5:10-12 está escrito:

El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” (LBLA)

En 2 Corintios 13:5 está escrito:

Poneos a prueba para ver si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos. ¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Yeshúa el Mesías está en vosotros, a menos que en verdad no paséis la prueba?” (LBLA revisada)

El que ha nacido del Espíritu tiene el testimonio dentro de su espíritu. Él sabe que es hijo de Dios. El que no tiene ese testimonio no ha nacido del Espíritu.

En Revelación 19:10 está escrito:

Entonces caí a sus pies para adorarle. Y me dice: No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que poseen el testimonio de Yeshúa; adora a Dios. Pues el testimonio de Yeshúa es el espíritu de la profecía.” (LBLA revisada)

El espíritu de la profecía es el que está dando testimonio en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro corazón. Ese espíritu está dando testimonio de Yeshúa, está revelando los secretos del Mesías en las Escrituras. Si uno es sensible al testimonio de Yeshúa que hay en su espíritu va a encontrar muchos secretos en la Torá. La mayoría de las cosas que estoy compartiendo con ustedes las he recibido por este testimonio en mi corazón al leer las Escrituras durante muchos años. Cuando fui sumergido en el Espíritu a la edad de nueve años y recibí la capacidad de hablar en lenguas sobrenaturales, empecé a recibir luz sobre las Escrituras que no había tenido antes. De repente empecé a entenderlas y el Espíritu me iba revelando muchos de los secretos que ahora estoy compartiendo en estos comentarios. Ese Espíritu de profecía puede instruir a un niño en los secretos más profundos de la Torá. Si encuentras que las Escrituras son aburridas es porque no estás escuchando ese testimonio que tienes en tu espíritu que no sólo dice que eres hijo de Dios y que Yeshúa es el Salvador y Señor, sino va explicando las Escrituras. A lo mejor estás leyendo las Escrituras solamente con tu intelecto. Entonces es hora de profundizar y descubrir los tesoros espirituales que solamente son alcanzados por los que son guiados por el Espíritu, como está escrito en Romanos 8:14:

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.” (LBLA)

Un hombre espiritual ha aprendido a ser dirigido e instruido por su espíritu que está recibiendo el testimonio del Espíritu del Eterno en el interior de su corazón. No estamos hablando de una actividad intelectual en el alma natural, sino de algo más profundo, como está escrito en 1 Corintios 2:6-10:

Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; pero una sabiduría no de este siglo, ni de los gobernantes de este siglo, que van desapareciendo, sino que hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que, desde antes de los siglos, Dios predestinó para nuestra gloria; la sabiduría que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria; sino como está escrito: COSAS QUE OJO NO VIO, NI OÍDO OYÓ, NI HAN ENTRADO AL CORAZÓN DEL HOMBRE, son LAS COSAS QUE DIOS HA PREPARADO PARA LOS QUE LE AMAN. Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.” (LBLA)

En 2 Reyes 5:25-27 está escrito:

Entonces él entró y se puso delante de su señor. Y Elishá le dijo: ¿Dónde has estado, Guejazi? Y él respondió: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. Entonces él le dijo: ¿No iba contigo mi corazón, cuando el hombre se volvió de su carro para encontrarte? ¿Acaso es tiempo de aceptar dinero y de aceptar ropa, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre. Y él salió de su presencia leproso, blanco como la nieve.” (LBLA revisada)

En 2 Reyes 6:32 está escrito:

Y Elishá estaba sentado en su casa, y los ancianos estaban sentados con él. Y el rey envió a un hombre de los que estaban en su presencia; pero antes de que el mensajero llegara a Elishá, éste dijo a los ancianos: ¿Veis cómo este hijo de asesino ha enviado a cortarme la cabeza? Mirad, cuando el mensajero llegue, cerrad la puerta y mantenedla cerrada contra él. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su señor?” (LBLA revisada)

En Juan 1:48 está escrito:

Netanel le dice: ¿Cómo es que me conoces? Yeshúa le respondió y le dijo: Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” (LBLA revisada)

En Juan 5:19 está escrito:

Por eso Yeshúa, respondiendo, les decía: En verdad, en verdad os digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera.” (LBLA revisada)

En Juan 5:30 está escrito:

Yo no puedo hacer nada por iniciativa mía; como oigo, juzgo, y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (LBLA)

En Revelación 2:29 está escrito:

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones.” (LBLA revisada)

Estos textos nos enseñan que un hombre que ha recibido el Espíritu del Eterno y ha aprendido a desarrollar la sensibilidad al testimonio en su interior puede entender cosas muy concretas por el Espíritu, ver visiones en el espíritu y oír cosas en su espíritu. Los que son sensibles al testimonio del Espíritu en su corazón y aprenden a someter su alma y su cuerpo al Espíritu, son los más útiles en el Reino.

Cuando vas a tomar una decisión, no te guíes por las circunstancias, ni por las opiniones de los hombres que te rodeen, ni por sueños ni por visiones, cf. 2 Tesalonicenses 2:2. Sé sensible al testimonio que tienes en tu corazón y actúa según el Espíritu te indique. Ni siquiera una profecía debe ser lo que decida cómo debes dirigir tu vida. Una profecía puede venir para confirmar el testimonio que ya tienes en tu corazón. Pero si una profecía no esté confirmando algo que ya sientes en tu interior, ten mucho cuidado en seguirla. Puede ser una falsa profecía. Y si haces caso a una falsa profecía te vas a desviar del camino. Si la profecía no confirma algo que está en tu interior, deséchala de momento. Si permanece una profecía en tu mente para luego confirmar algo que te sucede más adelante, haz caso si concuerda con el testimonio en tu interior, (y por su puesto también el testimonio de las Escrituras).

Uno de los problemas más importantes para el hombre es que ha sustituido la guía del Espíritu del Eterno en su interior por su razonamiento. La parte natural del alma ha tomado control sobre la vida del hombre y la parte espiritual ya no es la que le dirige.

La parte espiritual del hombre es como el capitán de una nave y el alma natural es el piloto. La voluntad del piloto es la que decide si la nave va a girar hacia un lado u otro, cf. Jacobo 3:4. El piloto fue puesto en su lugar para cumplir las órdenes del capitán, pero tiene el poder para decidir por sí mismo y dirigir el barco con su propia iniciativa en lugar de obedecer las órdenes de arriba. De la misma manera el alma natural puede tomar control sobre el hombre, y ya no es su parte espiritual la que dirige su vida, sino su mente lógica, su alma natural.

Cuando llega la salvación a una persona, su espíritu revive y empieza a tomar control sobre el alma natural. Pero el alma todavía tiene el poder para no someterse y tomar decisiones según sus propios criterios, no dirigidos por el Espíritu del Eterno que habita en el corazón de esa persona, cf. Rom 8:9,11; 1 Cor 3:16; 2 Cor 1:22; Jac 4:5. Pero cuando el alma natural sí se somete, será dirigido por el Eterno de forma sobrenatural, como está escrito en Juan 3:8:

“El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” (LBLA)

Este texto no dice: “así es el Espíritu” sino “así es todo aquel que es nacido del Espíritu”. Esto nos enseña que la mente natural no puede entender los giros del Espíritu. Simplemente tiene que someterse y ser llevada, como el piloto no va a entender todas las órdenes del capitán del barco. El capitán es el que tiene la visión clara de dónde va, pero el piloto no entiende todo eso, solo debe obedecer, como está escrito en Gálatas 5:16, 18, 25:

Digo, pues: Andad en el espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne... Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley...  Si vivimos por el Espíritu, andemos también en el Espíritu. (LBLA)

En Romanos 1:9a está escrito:

Pues Dios, a quien sirvo en mi espíritu... (LBLA)

En 2 Corintios 2:13 está escrito:

no tuve reposo en mi espíritu al no encontrar a Tito, mi hermano; despidiéndome, pues, de ellos, salí para Macedonia. (LBLA)

En Lucas 2:27 está escrito:

Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Yeshúa le trajeron para cumplir por Él el rito de la ley (LBLA revisada)

¡El alma que razona en contra de los impulsos y el testimonio del Espíritu es el mayor obstáculo para el avance del Reino del Eterno en la tierra!

Lo que viene del Espíritu siempre concuerda con lo que está escrito en la Torá. Si hay algo interior que contradiga lo escrito, no es el testimonio verdadero, puesto que el Testimonio son las dos tablas de la Torá que representa toda la Escritura inspirada por el Espíritu del Eterno.

Segunda aliyá, 25:17-30

25:17             “Harás además un propiciatorio de oro puro; su longitud será de dos codos y medio, y su anchura de un codo y medio.” (LBLA) – Este propiciatorio es una ilustración del Trono de Gloria celestial, cf. Hebreos 4:16. La palabra hebrea que ha sido traducida como “propiciatorio” es kaporet[6], que significa “cobertura”, “cubierta”. Viene de la raíz kafar[7], que significa “cubrir con brea”, “calafatear”, y también “perdonar”, “absolver”, “compensar”, “expiar”. Es la misma raíz que hay en la palabra para el día de expiación, yom kipur.

arca25:18             “Harás igualmente dos querubines de oro; los harás de oro labrado a martillo, en los dos extremos del propiciatorio. (LBLA) – ¿Cómo puede ser que el Eterno dé un mandamiento de hacer dos querubines de oro, que son imágenes de lo que hay arriba en el cielo cuando está prohibido hacer imágenes? El texto de Éxodo 20:4 dice “no te harás...” La palabra clave es “te”. En este caso el Eterno ordenó que se hicieran estos dos querubines en su santuario. No es lo mismo que cuando una persona se haga una imagen como representación de algo divino. Eso está prohibido, pero en este caso hay una orden divina detrás, no es invención del hombre.

25:20             “Y los querubines tendrán extendidas las alas hacia arriba, cubriendo el propiciatorio con sus alas, uno frente al otro; los rostros de los querubines estarán vueltos hacia el propiciatorio.” (LBLA) – Estos dos querubines están adorando al Eterno que es invisible y que se manifestaba con su luz entre estos dos, debajo de sus alas y encima del arca. Como son dos, los hijos de Israel no los confundirían con el Eterno, y como están adorando, inclinándose y extendiendo sus alas, no pueden ser confundidos con dioses. Están señalando hacia Alguien más importante.

Los dos querubines nos hablan también de la importancia de la unidad entre hermanos junto al Trono del Eterno.

25:21-22 “Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. Allí me citaré contigo, y de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te hablaré acerca de todo lo que he de darte por mandamiento para los hijos de Israel. (LBLA) – Este fue el lugar de encuentro entre el Eterno y Moshé. Esto nos enseña que el lugar donde puedes encontrar al Eterno está en tu interior, en tu espíritu, en tu corazón. Ese es el lugar de encuentro íntimo entre el Eterno y tú. En tu espíritu puedes acercarte al trono de gracia, el propiciatorio, que está en el cielo, como está escrito en Hebreos 4:16:

Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna. (LBLA)

25:23             “Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, su anchura de un codo y su altura de un codo y medio.” (LBLA) – La mesa representa la provisión del Eterno para el mundo. Por eso no podía estar vacía en ningún momento, siempre tenía que tener panes encima.

Panes

25:30             “Y pondrás sobre la mesa el pan de semblantes perpetuamente delante de mí.” (LBLA revisada) – El pan estaba hecho como una caja, pero con dos de sus lados abiertos. Según Rashí, se llama “pan de semblantes”, lejem hapanim, porque era como si tuviera rostros, superficies, que miraban a ambas direcciones hacia los lados del tabernáculo.

Una mesa es un lugar de encuentro, un lugar donde hay una relación íntima entre personas. El hecho de comer juntos es algo que implica unidad, compañerismo y amor, como está escrito en Revelación 3:20:

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.” (LBLA)

La mesa en la casa de un judío es vista como un altar, un lugar donde hay un encuentro con el Eterno junto con los demás, cf. Ezequiel 41:22. Antes de partir el pan se hace netilat yadayim, lavado de manos, con el fin de presentarse ante el Eterno con las manos ritualmente limpias, como dice el Salmo 24:3-4:

¿Quién subirá al monte de HaShem? ¿Y quién podrá estar en su lugar santo? El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad, ni jurado con engaño.” (LBLA revisada)

El netilat yadayim se hace antes de comer pan horneado de alguna de las cinco clases de cereales, trigo, cebada, avena, centeno y alforfón. Según el Shulján Aruj, el volumen de agua mínimo requerido para netilat yadayim es de 1/8 litro, (1/30 galón). Se recomienda verter agua en abundancia sobre las manos. El agua se vierte sobre las manos mediante un recipiente, sin mellas, ni grietas, que se llena con la mano derecha y se pasa a la mano izquierda. La izquierda vierte tres veces sobre la derecha cubriéndola de agua cada vez hasta el puño. Se coge el recipiente con a la mano derecha y se vierte sobre la izquierda de la misma manera. Después de secarse, se levantan las dos manos a la altura de la cabeza y se dice la siguiente bendición:

Baruj Atá Ado-nai Elo-heinu Melej ha-olam asher kideshanu be-mitsvotav ve-tsivanu al netilat yadayim. – “Bendito eres Tú Señor nuestro Dios Rey del universo que nos santificó con sus mandamientos y nos ordenó la purificación de las manos.”

Existe también la costumbre de secarse después de hacer la bendición. Si no hay suficiente agua, basta con verter el agua una sola vez sobre cada mano. Sólo se pronuncia la berajá, la bendición, de netilat yadayim, cuando se va a comer una cantidad mínima de un kazait, (el peso de una aceituna grande, equivalente a 29 gramos o 1 onza). Para una cantidad inferior se hace netilat yadayim sin berajá. Al hacer netilat yadayim no se puede tener algún cuerpo extraño sobre las manos. Un anillo que se usa temporalmente debe ser quitado antes de netilat yadayim. Este lavado de manos antes de comer pan es un mandamiento rabínico que se ha establecido en recuerdo de los sacerdotes que tenían que estar ritualmente puros para poder comer de las ofrendas y diezmos del pueblo.

El lavado de manos es una señal de inocencia y de un deseo de usar las manos de manera limpia delante del Eterno, como está escrito en el Salmo 26:6:

Lavaré en inocencia mis manos, y andaré en torno a tu altar, oh Eterno” (LBLA revisada)

Compara también con Levítico 15:11 y Deuteronomio 21:6.

En Marcos 7 aparece una discusión entre algunos fariseos y Yeshúa sobre la costumbre de netilat yadayim antes de comer pan, como está escrito en los versículos 1-2:

Los fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén, se reunieron alrededor de él; y vieron que algunos de sus discípulos comían el pan con manos inmundas, es decir, sin lavar.” (LBLA)

Este texto nos da la impresión de que Yeshúa mismo había hecho netilat yadaim, puesto que sólo algunos de sus discípulos no lo habían hecho cuando estaban comiendo. La acusación de estos fariseos mostraba que ellos habían elevado estas costumbres al nivel de mandamientos de Dios, y por eso fueron severamente corregidos por nuestro Maestro.

Inmediatamente después de netilat yadayim y sin interrupción se recita la bendición sobre el pan. Se levanta el pan con las dos manos y se pronuncia la siguiente berajá:

Baruj Atá Ado-nai Elo-heinu Melej ha-olam. Ha-Motsí lejem min ha-arets. – “Bendito eres Tú Señor nuestro Dios Rey del universo que extrae pan de la tierra.”

Inmediatamente después, sin interrupción, se come un pedazo de pan untado en sal, como está escrito en Levítico 2:13:

Además, toda ofrenda de cereal tuya sazonarás con sal, para que la sal del pacto de tu Dios no falte de tu ofrenda de cereal; con todas tus ofrendas ofrecerás sal.” (LBLA)

Entre semana se puede cortar el pan antes de hacer la bendición. En shabat se hace la bendición sobre dos panes enteros. Se corta después de la berajá. La recitación de la berajá de ha-motsí sólo es obligatoria para uno de los comensales judíos. Para los justos de las naciones esta bendición es opcional pero muy recomendable. El amo de casa tiene preferencia. Cuando los demás dicen amén es como si ellos hubieran recitado la bendición. El amo de casa distribuye un pedazo de pan a cada uno. Los comensales no deben probar el pan antes del amo de casa. Por eso él lo prueba y luego lo distribuye a cada uno. Generalmente se espera hasta que el comensal más considerado empiece a comer. Los trozos de pan no son lanzados, sino colocados por el amo de casa ante cada persona. No se entrega en sus manos, porque así se hace con los enlutados. La bendición sobre el pan incluye todo el resto de los alimentos, excepto el vino.

La mesa es un lugar de encuentro espiritual. Por tanto es importante hablar de la Torá en cada comida y comer de manera decente, no con glotonería ni tratar la comida sin respeto, cf. Números 21:5-6. No está permitido comer con pecadores, como está escrito en 1 Corintios 5:11:

Sino que en efecto os escribí que no anduvierais en compañía de ninguno que, llamándose hermano, es una persona inmoral, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador; con ése, ni siquiera comáis.” (LBLA)

Sólo está permitido comer con pecadores con el fin de salvar sus almas, como está escrito en Mateo 9:10-13:

Y sucedió que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Yeshúa y sus discípulos. Y cuando vieron esto, los fariseos dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Rabí con los recaudadores de impuestos y pecadores? Al oír él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. Mas id, y aprended lo que significa: "MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO"; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” (LBLA revisada)

Durante la comida no se debe tocar algún lugar del cuerpo que suele cubrirse, ni rascarse la cabeza ni introducir el dedo en la nariz o en la oreja. Si por descuido uno hace algo de esto, debe lavarse de nuevo las manos antes de seguir comiendo.

Al final de la comida hay una costumbre de lavar los dedos de las manos. Este lavado se llama mayim ajaroním, “aguas finales”. Es suficiente verter agua con un recipiente hasta la segunda articulación de los dedos con una cantidad mínima de agua. Después no se debe comer ni hablar antes de hacer la bendición final por la comida, la birkat ha-mazón.

Si tres o más varones judíos comieron juntos, uno tiene que hacer una invitación de bendecir al Eterno, zimún, diciendo: “Bendigamos a Aquél que de lo suyo hemos comido”. Y los demás responden: “Bendito Aquél que de lo suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos.” El primero repite: “Bendito Aquél que de lo suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos.”

Si diez hombres judíos comieron juntos, se agregan las palabras “nuestro Dios”, de la siguiente manera: “Bendigamos a nuestro Dios, Aquél que de lo suyo hemos comido”. Y los demás responden: “Bendito es nuestro Dios, Aquél que de lo suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos.” El primero repite: “Bendito es nuestro Dios, Aquél que de lo suyo hemos comido y por cuya bondad vivimos.” Normalmente estas bendiciones son recitadas en hebreo.

Cuando se dice zimún, es recomendable recitar la bendición por la comida, birkat ha-mazón, alzando una copa de vino. El que dice zimún bebe el vino después de birkat ha-mazón. Esto es un signo de alabanza a Dios, como está escrito en el Salmo 116:13:

Alzaré la copa de la salvación, e invocaré el nombre de HaShem.” (LBLA revisada)

La bendición de birkat ha-mazón es un mandamiento de la Torá, como está escrito en Deuteronomio 8:10:

Cuando hayas comido y te hayas saciado, bendecirás a HaShem tu Dios por la buena tierra que El te ha dado.” (LBLA revisada)

En los libros de oraciones está la oración entera. Está compuesta de cuatro partes, la bendición por la comida, por la la tierra de Israel, por Jerusalén y el templo, y por las bondades que Dios nos otorga. Se debe dejar el pan sobre la mesa durante el birkat ha-mazón, en señal de nuestra gratitud a Dios por la abundancia que nos da, y en recuerdo de la mesa en el lugar santo que siempre tenía panes encima. Esta bendición se recita sentado donde uno comió.

Si uno no come pan, hay otras bendiciones que se suelen hacer, favor de consultar en el libro de oración, el sidur.

Tercera aliyá, 25:31 – 26:14

Menorá

25:31             “Harás además un candelabro de oro puro. El candelabro, su base y su caña han de hacerse labrados a martillo; sus cálices, sus botones y sus flores serán hechos de él. (LBLA) – El candelabro, en hebreo menorá, simboliza la Torá y el Espíritu. La Torá, porque está escrito en el Salmo 119:105:

Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.” (LBLA)

Y en Proverbios 6:23 está escrito:

Porque el mandamiento es lámpara, y la instrucción luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción (LBLA)

El Espíritu, porque está escrito en Isaías 11:2:

Y reposará sobre él el Espíritu de HaShem, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de HaShem. (LBLA revisada)

Y en Revelación 1:4; 3:1; 4:5; 5:6 está escrito:

Juan, a las siete congregaciones que están en Asia: Gracia a vosotros y paz, de aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono... Y escribe al ángel de la congregación en Sardis: "El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, dice esto: 'Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto... Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios... Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.” (LBLA revisada)

26:1  “Harás (el techo) del tabernáculo de diez cortinas de lino trenzado, lana azul, lana púrpura y lana carmesí, (con) querubines de labor de diseñador lo harás.” (LBLA revisada) – Según el Talmud y otros,[8] en cada hilo había cuatro fibras, una de lino y tres de lana, y cada hilo era séxtuple, trenzado con seis hebras. Cuatro fibras fueron trenzadas juntas y así se formaban 24 hebras por hilo. Los querubines fueron tejidos en la tela.

26:6  “Harás además cincuenta broches de oro, y con los broches unirás las cortinas una a la otra, de manera que el tabernáculo sea una unidad.” (LBLA) – La unidad es muy importante para el Eterno. Esta construcción nos enseña que hace falta unirse para poder ser un templo en el Eterno, como está escrito en Juan 17:22-23:

La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.” (LBLA)

En 1 Corintios 1:10 está escrito:

“Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Yeshúa el Mesías, que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.” (LBLA revisada)

En Efesios 4:1-6 está escrito:

Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, una sola tevilá (bautismo), un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.” (LBLA revisada)

En Filipenses 2:1-4:

Por tanto, si hay algún estímulo en el Mesías, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.” (LBLA revisada)

En Colosenses 3:12-15 está escrito:

Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como el Mesías os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. Y que la paz del Mesías reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.” (LBLA revisada)

En 1 Pedro 2:5 está escrito:

también vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Yeshúa el Mesías.” (LBLA revisada)

En Tito 3:10 está escrito:

Al hombre que cause divisiones, después de la primera y segunda amonestación, deséchalo” (LBLA)

La división en la congregación del Mesías es el producto de la influencia de la carne, cuando los hombres buscan sus propios intereses. La unidad es obtenida cuando todos dejan de buscar sus propios intereses y buscan los intereses del Eterno, como está escrito en Judas 19:

Estos son los que causan divisiones; (los que son como) animales que no tienen el Espíritu. (LBLA revisada)

En este texto se habla de los hombres que no tienen el Espíritu del Eterno. No han nacido de nuevo. Ellos se dirigen por sus almas, buscando sus propios intereses. Ellos son los que causan divisiones, porque ni tienen la vida espiritual, ni buscan las cosas de arriba ni pueden hacerlo, porque sus espíritus están muertos. Si una persona que ha nacido de nuevo no busca las cosas de arriba, sino sus propios intereses, también causa divisiones. La única manera de mantenernos unidos es que todos busquemos el Reino de Dios por medio del Espíritu que nos ha sido dado, como está escrito en 1 Corintios 12:13:

Pues por un mismo Espíritu todos fuimos sumergidos en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. (LBLA revisada)

26:7  “Harás también cortinas de pelo de cabra a manera de tienda sobre el tabernáculo; en total harás once cortinas. (LBLA) – Como el tabernáculo corresponde al hombre cada cubierta representa una parte del hombre. La primera cubierta, la interior, representa el hombre interior. La segunda, de pelo de cabras, podría representar el yetser hará, la mala inclinación. La cabra en las Escrituras representa los demonios y hombres rebeldes, cf. Isaías 13:21; Mateo 25:31-46. Dentro de cada persona hay una parte maligna, el pecado.

26:14 “Harás también para la tienda una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo, y otra cubierta de pieles de tajash por encima.” (LBLA revisada) – Sobre la cubierta de cabra, había una cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo. Esto podría simbolizar el sacrificio sangriento del Mesías que cubre la naturaleza pecaminosa del hombre.

El tabernáculo era muy hermoso por dentro, pero no muy bonito por fuera. Así es el Reino de los Cielos, no es muy atractivo para el mundo, pero cuanto más uno profundice, más riquezas encuentra, como está escrito en Mateo 13:44:

El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.” (LBLA)

Cuarta aliyá, 26:15-30Tablas

26:19 “También harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas: dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de la otra tabla para sus dos espigas.” (LBLA revisada) – Según Rashí, cada tabla tenía un grosor de un codo. Las tablas representan cada miembro del pueblo de Israel. Otra vez encontramos el mensaje de la unidad entre nosotros para poder formar un templo santo para el Eterno. Debajo de cada tabla hay dos basas de plata. La plata representa la Torá y la expiación. La Torá, porque está escrito en el Salmo 12:6:

Las palabras de HaShem son palabras puras, plata probada en un crisol en la tierra, siete veces refinada.” (LBLA revisada)

Y la expiación, porque está escrito en Éxodo 30:16:

“Tomarás de los hijos de Israel la plata de la expiación y lo darás para el servicio de la tienda de reunión, para que sea un recordatorio para los hijos de Israel delante de HaShem, como expiación por vuestras vidas.” (LBLA revisada)

Esto nos enseña que la base para cada uno que puede formar parte del templo del Eterno es la Torá y la expiación. El hecho de que hay dos basas debajo de cada tabla nos enseña que hay dos tipos de Torá, la Torá escrita y la Torá Viviente. También nos enseña que hay dos partes en la expiación de Israel, la reconciliación entre el hombre y Dios y la reconciliación entre hombre y hombre.

26:28 “La barra del medio en el centro de las tablas pasará de un extremo al otro.” (LBLA) – Una de las barras estaba metida en medio de todos los maderos. Esto significa que todos los maderos estaban perforados. Una vara de 30 codos, (15 metros), atravesaba la pared larga. Según el Midrash,[9] esta vara simboliza el Mesías quien unirá a todas las naciones del mundo. En total había tres varas que atravesaban las tres paredes del tabernáculo. Esto nos habla de la muerte del Mesías cuando su cuerpo fue clavado al madero con tres clavos, uno para cada brazo y uno para los dos pies, como está escrito en el Salmo 22:16:

Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malhechores; me horadaron las manos y los pies.” (LBLA)

Quinta aliyá, 26:31-37

26:31 “Harás además un velo de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado; será hecho con querubines, obra de diseñador.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “velo” es “parojet”,[10] que significa “partición”, “separación”. Simboliza el cuerpo del Mesías, como está escrito en Hebreos 10:19-20:

Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Yeshúa, por un camino nuevo y vivo que él dedicó para nosotros por medio del velo, es decir, su carne.

26:33 “Colgarás el velo debajo de los broches, y pondrás allí, detrás del velo, el arca del testimonio; y el velo os servirá como división entre el lugar santo y el lugar santísimo.” (LBLA) – En Hebreos 9:8-9 está escrito:

Queriendo el Espíritu de santidad dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que la primera habitación permaneciera en pie; lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto” (LBLA)

Esto nos enseña que se puede ver el tabernáculo como un símbolo del tiempo. Desde Adam hasta el Mesías hay 4000 años. Esto concuerda con los 20 codos que hay entre la entrada al tabernáculo hasta el velo. Después del velo hay 10 codos hasta la pared occidental del lugar santísimo, lo cual corresponde a los 2000 años de era mesiánica, entre la primera y la segunda venida del Mesías, (ver ilustración).

Tabernáculo

Según Rashí, el altar, la mesa y el candelabro estaban corridos diez codos hacia el interior, desde la entrada en el lugar santo. Si esto es símbolo del tiempo, significa que cada tabla de un codo y medio simboliza 300 años de historia humana (6000 años / 20 tablas = 300 años/tabla). Cada codo corresponde a 200 años de historia. El altar de incienso estaba a 10 codos desde la entrada, lo cual corresponde a 2000 años de historia humana. 2000 años después de Adam vivía Avraham que ató a su hijo Yitsjak sobre un altar, lo cual fue un sacrificio no de un cuerpo, sino un sacrificio espiritual, simbolizado por el incienso. Los dos otros objetos, la mesa y el candelabro podrían haber estado colocados en el lugar que corresponde al tiempo de la vida del rey David y su hijo Shelomó, que edificio el primer templo, donde había diez candelabros y diez mesas.

26:36 “Harás una pantalla para la entrada de la tienda, de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador.” (LBLA revisada) – Según Rashí, las figuras de esta pantalla fueron hechas mediante labor de aguja. Las figuras eran por tanto idénticas en los dos lados.

Sexta aliyá, 27:1-8

27:1  “Harás también el altar de madera de acacia, de cinco codos su longitud, de cinco codos su anchura, el altar será cuadrado, y de tres codos su altura.” (LBLA revisada) – El atrio simboliza el cuerpo, el lugar santo simboliza el alma inferior y el lugar santísimo simboliza el espíritu, el alma superior. En los tres lugares hay fuego y luz. En el atrio está el fuego del altar de cobre. En el lugar santo hay luz y fuego del candelabro y el altar de oro. En el lugar santísimo está la shejiná, la presencia del Eterno, dando luz y fuego espiritual.

En los tres lugares también hay comida. En el atrio hay carne, vino y pan. En el lugar santo hay pan y vino y en el lugar santísimo está el maná. Esto nos enseña que no sólo el cuerpo necesita comer, sino también el alma y el espíritu del hombre. La comida para el espíritu del hombre es la Torá, simbolizada por las tablas del testimonio, como está escrito en Deuteronomio 8:3:

Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca de HaShem.” (LBLA revisada)

El altar en el atrio simboliza la entrega del cuerpo al servicio del Eterno, como está escrito en Romanos 12:1-2:

Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto. (LBLA revisada)

La renovación de la mente está representada por el servicio que los sacerdotes hacen en el lugar santo, día tras día.

27:2  “Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán de una misma pieza con el altar, y lo revestirás de cobre.” (LBLA) – En la Escrituras el cobre, o bronce, simboliza juicio, justicia y derecho, cf. Levítico 26:19; Números 21:9; Deuteronomio 28:23; 2 Reyes 25:7; Ezequiel 40:3; Zacarías 6:1; Salmo 89:14.

Séptima aliyá, 27:9-19

27:16 “Y para la puerta del atrio, una pantalla de veinte codos de lana azul, lana púrpura, lana carmesí y lino trenzado, de labor de recamador; sus pilares serán cuatro; y sus basas cuatro.” (LBLA) – En total había tres cortinas que produjeron tres divisiones en el santuario. Cada cortina representa un nivel diferente de santidad. En el atrio podían entrar todos los israelitas que estaban ritualmente puros. En el lugar santo sólo podían entrar los sacerdotes y en el lugar santísimo sólo podía entrar el sumo sacerdote una vez al año.

27:18 “La longitud del atrio será de cien codos, la anchura de cincuenta por cincuenta, y su altura de cinco codos, de lino trenzado; y sus basas serán de cobre.” (LBLA) – Rashí explica que el área del atrio que estaba situada hacia el este, era cuadrada, de cincuenta por cincuenta codos, (ver ilustración).

Atrio

En esta Parashá están los mandamientos número 95 al 97 de los 613.

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