Ministerio Mesianico Israelita Int Directo al Corazon
Números 30:1 -36:13
Aliyás de la Torá
1. 30:1-16 -33:10-Domingo
2. 31:1-12-33:1-10-Lunes
3. 31:13-24-33:11-49 Martes
4. 31:25-41-33:50-34:15-Miercoles
5. 31:42-54-34:16-29-Jueves
6. 32:1-19-35:9-14-Viernes
7. 32:20-42-36:1-13-Shabbath
Maftir 32:39-42, 36:10-13
Haftará:
Yirmiyahu
Jeremías
1:1 – 2:3-,3:4
Jornadas/Tribus
Primera aliyá, 30:1-16 (2-17 heb.)
30:1(2) “Entonces
Moshé habló a los jefes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es
lo que HaShem ha ordenado.” (LBLA revisada) – En esta parashá hay una
porción grande que habla de la importancia de cumplir las promesas. La Torá
destaca a los jefes en relación con el cumplimiento de las promesas. Esto nos
enseña en primer lugar que un jefe tiene mucha más responsabilidad para cumplir
sus promesas que el resto del pueblo, porque él representa a HaShem ante el
pueblo. Si un jefe no cumple con sus promesas, el pueblo tendrá una imagen
equivocada del Eterno que le ha puesto como Su representante. También significa
que una sociedad tiene que ser fundada sobre fidelidad, especialmente entre los
líderes.
Un líder político que da promesas en una campaña electoral y luego, al ser
elegido, no cumple sus promesas, profana el nombre de HaShem. El no cumplir las
promesas en algo grave. Tiene que ver con el honor de HaShem.
Este principio también es válido para los padres de una familia. Al dar una
promesa a los hijos es muy importante cumplirla para que los hijos conozcan la
fidelidad de HaShem a través del ejemplo de los padres. La imagen que los
padres proyectan sobre sus hijos es la que los hijos aplican sobre el Eterno.
Los hijos piensan que HaShem es como sus padres. Por esto es muy importante que
los padres cumplan sus promesas a los hijos y no cambien su palabra. Si alguna
vez es necesario cambiar la palabra dada a los hijos hay que pedirles perdón
para que ellos entiendan que ese comportamiento no es correcto y así no van a
pensar que HaShem quiebra sus promesas.
Este texto también implica que un hombre es responsable para cumplir su
palabra ante las autoridades y que, en ciertos momentos, las autoridades tienen
la posibilidad de anular las promesas que hayan sido hechas por los israelitas.
30:2(3) “Si un hombre
hace un voto a HaShem, o hace un juramento para imponer una prohibición sobre
su persona, no faltará a su palabra; hará conforme a todo lo que salga de su
boca.” (LBLA revisada) – Aquí hay dos tipos de promesas, voto y juramento.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “voto” es neder[1] que significa “promesa”, “voto”, “algo
prometido”, y tiene que ver con una restricción sobre un objeto, por ejemplo de
dar cierto objeto o animal en ofrenda o de no beber vino. La palabra hebrea que
ha sido traducida como “juramento” es shevuá[2], y tiene que ver con una restricción de la persona
misma de no hacer cierta actividad permitida, por ejemplo no dormir una noche.
Como este texto viene después de las leyes sobre sacrificios, se interpreta que
la persona que hace una promesa de sacrificio está obligada a cumplirla en la
siguiente fiesta señalada cuando visite el templo, cf. 29:39. El que promete
sacrificar un animal específico señalado, diciendo por ejemplo: “este mismo
animal lo voy a sacrificar a HaShem”, hade un neder. Pero el que
promete hacer un tipo de sacrificio con cualquier animal, diciendo por ejemplo:
“voy a hacer una ofrenda de ascensión”, hace una shevuá.
Rabí Bejai menciona tres momentos recomendables para hacer promesas:
1. Cuando uno tiene hábitos
pecaminosos y desea arrepentirse de ellos haciendo una promesa, por ejemplo el
glotón puede prometer no comer carne durante un tiempo, un bebedor puede
prometer no beber bebidas alcohólicas y un codicioso puede rehusar regalos.
2.Si hay una oportunidad
para cumplir una mitsvá (mandamiento) uno puede declarar bajo
juramento cumplirla para no perder la oportunidad.
3. Como nuestro padre
Yaakov hizo una promesa cuando estaba en apuros, así el que está en aflicción
podrá hacer promesas, cf. Génesis 28:22; 31:13.
En Deuteronomio 23:21-23 está escrito:
“Cuando hagas un voto a
HaShem tu Dios, no tardarás en pagarlo, porque HaShem tu Dios ciertamente te lo
reclamará, y sería pecado en ti. Sin embargo, si te abstienes de hacer un voto,
no sería pecado en ti. Lo que salga de tus labios, cuidarás de cumplirlo, tal
como voluntariamente has hecho voto a HaShem tu Dios, lo cual has prometido con
tu boca.” (LBLA revisada)
En 1 Samuel 1:11 está escrito:
“E hizo voto y dijo: Oh
HaShem de los ejércitos, si tú te dignas mirar la aflicción de tu sierva, te
acuerdas de mí y no te olvidas de tu sierva, sino que das un hijo a tu sierva,
yo lo dedicaré a HaShem por todos los días de su vida y nunca pasará navaja
sobre su cabeza.” (LBLA revisada)
En el Salmo 22:25 está escrito:
“De ti viene mi alabanza
en la gran congregación; mis votos cumpliré delante de los que le temen.”
(LBLA)
En el Salmo 116:17-18 está escrito:
“Te ofreceré sacrificio
de acción de gracias, e invocaré el nombre de HaShem. A HaShem cumpliré mis
votos, sí, en presencia de todo su pueblo” (LBLA revisada)
En Jonás 2:9 está escrito:
“mas yo con voz de
acción de gracias te ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación
es de HaShem” (LBLA revisada)
“no faltará a su
palabra; hará conforme a todo lo que salga de su boca” – La palabra hebrea que
ha sido traducida como “faltará” es yajel que viene de jalal[3] que significa “perforar”, “herir”, “disolver”,
“profanar”.
La Torá destaca la importancia en cuanto al cumplimiento de una promesa. Es
interesante ver la conexión entre perforar, o herir, y el hecho de no cumplir
una promesa. El que no cumple su palabra causa una herida, una perforación, en
la imagen de HaShem. Si el hombre no cumple su palabra causa una herida en su
función de reflejar el carácter de HaShem, porque el Eterno no puede quebrantar
su palabra y el hombre fue creado a su imagen.
En Eclesiastés 5:1-7 está escrito:
“Guarda tus pasos cuando
vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el sacrificio de
los necios, porque éstos no saben que hacen el mal. No te des prisa en hablar,
ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está
en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras. Porque los
sueños vienen de la mucha tarea, y la voz del necio de las muchas palabras.
Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en
los necios. El voto que haces, cúmplelo. Es mejor que no hagas votos, a que
hagas votos y no los cumplas. No permitas que tu boca te haga pecar, y no digas
delante del mensajero que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de
tu voz y destruir la obra de tus manos? Porque en los muchos sueños y en las
muchas palabras hay vanidades; tú, sin embargo, teme a Dios.” (LBLA revisada)
HaShem toma en cuenta
nuestras palabras mucho más de lo que pensamos. “Es mejor que no hagas votos, a
que hagas votos y no los cumplas.” Tenemos que honrar las palabras que
salen de nuestras bocas, como el Eterno honra Su Palabra, como está escrito en
el Salmo 138:2:
“Me postraré hacia tu
santo templo, y daré gracias a tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad;
porque has engrandecido tu palabra conforme a todo tu nombre.” (LBLA)
HaShem se ha atado a sí mismo con la Palabra que salió de su boca. De la
misma manera nosotros nos atamos con nuestras propias palabras. Y en el caso de
no cumplirlas estaríamos pecando.
Este pasaje de la Escritura nos enseña acerca del principio de autoridad y
subordinación:
·
Un varón está bajo la autoridad de los jefes, 30:1-2.
·
Una mujer adolescente está bajo la autoridad de su padre, 30:3-5.
·
Una mujer adulta soltera no está bajo la autoridad de su padre para la
anulación de sus promesas, 30:3-5.
·
Una mujer desposada está bajo la autoridad de su marido, 30:6-8.
·
Una mujer viuda o divorciada no tiene una autoridad inmediata sobre sí que
le pueda anular los votos, sin embargo está bajo la autoridad de los jefes al
igual que los varones, 30:9, cf. v. 1-2.
·
Una mujer casada está bajo la autoridad de su marido, 30:10-15.
30:3(4) “Asimismo,
si una mujer hace un voto a HaShem, y se impone una obligación en su juventud
estando en casa de su padre” (LBLA revisada) – La palabra hebrea que
ha sido traducida como “juventud” es neurim[4] que significa “adolescencia”. Una mujer tiene
tres etapas, menor (en hebreo ketaná), adolescente (en hebreo neará)
y adulta (en hebreo boguéret). Desde el punto de vista jurídico
judío podemos decir lo siguiente: Una mujer que no tiene signos de pubertad, o
que no tiene doce años de edad, es una menor. Si ha desarrollado signos de
pubertad a los doce años, se convierte en adolescente. A los doce años y medio
se convierte en adulta.
Según Rashí, este mandamiento no aplica sobre una mujer menor, que no puede
hacer votos desde el punto de vista jurídico, ni aplica sobre una adulta,
porque entonces no estaría bajo la autoridad de su padre, sino aplica sólo
sobre una mujer adolescente. Así que cuando la hija tiene doce años y medio, el
padre ya no podrá anular sus promesas.
30:5b, 8b, 12b “HaShem
la perdonará” (LBLA revisada) – Por no poder cumplir el voto hay una
culpa que necesita ser perdonada.
30:8(9) “Pero si el día
en que su marido se entera de ello, se lo prohíbe, entonces él anulará el voto
bajo el cual ella está, y la declaración imprudente de sus labios con que se ha
comprometido, y HaShem la perdonará.” (LBLA revisada) – Hay dos razones por
las cuales el Eterno dio esa autoridad al marido:
1. Un voto dado por la
desposada antes del desposorio, o por la esposa después del casamiento, podrá
afectar la futura relación matrimonial, y por eso el esposo, para el bien de su
familia, tiene la autoridad para deshacer ese voto.
2. El esposo tiene la
responsabilidad de cuidar a su esposa y vigilar sobre el bienestar de ella. Si
él ve que el voto que ella hizo en su adolescencia es perjudicial para ella, él
puede anular ese voto.
30:15(16) “Pero si en
verdad él los anula después de haberlos oído, entonces él llevará la culpa de
ella.” (LBLA) – Esto significa que el marido asumirá todas las
consecuencias que implique la falta del cumplimiento del voto. Tener autoridad
implica tener responsabilidad. No hay autoridad sin responsabilidad.
Segunda aliyá, 31:1-12
31:2 “Toma venganza
completa sobre los midianitas por los hijos de Israel; después serás reunido a
tu pueblo.” (LBLA revisada) – La venganza fue contra Midián, no
contra Moav. ¿Por qué? Rashí dice que es porque los moabitas actuaron por temor
al estar justamente al lado de los hijos de Israel, no como los midianitas que
“metieron la nariz” donde no debían.
La venganza vino por causa del ataque que Midián había hecho contra las
familias israelitas. Las hijas de Midián habían intentado destruir la moral
familiar de Israel, para que se engendraran hijos de madres paganas, lo cual
incluía el culto a sus dioses. De esa manera, la siguiente generación sería una
perversión; como en el tiempo de Ezrá, cuando los hombres judíos se casaron con
las mujeres de las otras naciones y tuvieron hijos que hablaban una lengua
doble, por la influencia de la cultura extranjera. La siguiente generación de
judíos, correría el riesgo de perder toda la fidelidad al pacto, y tuvieron que
despedir esas mujeres y esos niños, cf. Esdras 9-10; Nehemías 13:23ss. El caso
de la esposa midianita de Moshé, Tsiporá, fue diferente, porque ella había
hecho la conversión. Estas mujeres de Midián y de Moav no tenían ningún interés
en asumir la fe de Israel, como Tsiporá, sino de destruirla por medio del culto
a los dioses paganos. Por eso vino la venganza.
31:3 “Y habló Moshé al
pueblo, diciendo: Armad a algunos hombres de entre vosotros para la guerra, a
fin de que suban contra Midián para ejecutar la venganza de HaShem en Midián.”
(LBLA revisada) – ¿De quién es la venganza? En Deuteronomio 32:35a está
escrito: “Mía es la venganza y la retribución” (LBLA). Por lo tanto el
hombre no tiene el derecho de vengarse a sí mismo. Si la venganza es sólo de
HaShem, ¿cómo puede Israel vengarse de Midián? HaShem delega a Israel la
autoridad para ejecutar SU venganza. Israel no tiene el derecho de hacerlo por
sí mismo, sino sólo por una orden divina, como está escrito: “Toma venganza”.
El mandamiento número 241 que prohíbe vengarse, está escrito en Levítico
19:18a:
“No te
vengarás” (LBLA)
En Romanos 12:17-21 está escrito:
“Nunca paguéis a nadie
mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en
cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Amados, nunca
os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira (de Dios), porque
escrito está: MÍA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ, dice el Señor. PERO SI TU ENEMIGO
TIENE HAMBRE, DALE DE COMER; Y SI TIENE SED, DALE DE BEBER, PORQUE HACIENDO
ESTO, CARBONES ENCENDIDOS AMONTONARÁS SOBRE SU CABEZA. No seas vencido por el
mal, sino vence con el bien el mal.” (LBLA)
El hombre no tiene el derecho de vengarse por sí
mismo. Tienes el derecho de defenderte pero no de vengarte. Sólo las
autoridades, que son puestas por el Eterno, tienen el derecho de ejecutar Su
venganza. Si has sido tratado con injusticia, deja lugar para que HaShem
juzgue, directamente o a través de las autoridades que él ha puesto.
En Romanos 13:1-6 está escrito:
“Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan;
porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son
constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado
por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán
condenación. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena
conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad?
Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios
para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada,
pues ministro es de Dios, un vengador que castiga al que
practica lo malo. Por tanto, es necesario someterse, no sólo por razón del
castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto también pagáis
impuestos, porque los gobernantes son servidores de Dios, dedicados
precisamente a esto.” (LBLA)
HaShem puso la autoridad como “un vengador que castiga
al que practica lo malo.” (LBLA
revisada) Pero si la autoridad no lo hace, no está cumpliendo con su función.
Este principio es válido también entre los padres y
sus hijos. Los hijos no tienen el derecho de vengarse entre ellos, pero los
padres tienen la obligación de ejecutar la venganza sobre aquel de sus hijos
que ha cometido una falta contra su hermano, en el caso de que no haya pedido
perdón y arreglado todo. Si los padres dejan que sus hijos se dañen sin
ejecutar la justicia, los hijos no aprenderán el principio de que HaShem es un
vengador.
Muchas películas modernas enseñan al público a apoyar
al que ha sido tratado injustamente y que busca venganza contra el que le hizo
daño. Esto no es sano. Esas películas enseñan al pueblo a no seguir el
mandamiento número 241 que dice que no está permitido vengarse. Ese mandamiento
es para todos los hombres, no sólo para los judíos.
En Proverbios 20:22 está escrito:
“No digas: Yo pagaré mal por mal; espera en HaShem, y
Él te salvará.” (LBLA revisada)
En Proverbios 24:29 está escrito:
“No digas: Como él me ha hecho, así le haré; pagaré al
hombre según su obra.” (LBLA)
En el Salmo 94:1-3 está escrito:
“Oh HaShem, Dios de las venganzas, oh Dios de las
venganzas, ¡resplandece! Levántate, Juez de la tierra; da su merecido a los
soberbios. ¿Hasta cuándo los impíos, HaShem, hasta cuándo los impíos se
regocijarán?” (LBLA revisada)
Este Salmo nos enseña a pedir a HaShem que ejecute la
venganza en la tierra, como también está escrito en Revelación 6:9-10:
“Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las
almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio
que habían mantenido; y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, oh Señor
santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que
moran en la tierra?” (LBLA)
En 1 Tesalonicenses 4:6 está escrito acerca del
adulterio:
“que nadie peque y defraude a su hermano en este
asunto, porque el Señor es un vengador en todas estas cosas, como también antes
os lo dijimos y advertimos solemnemente.” (LBLA)
En Hebreos 10:30-31 está escrito:
“Pues conocemos al que dijo: MÍA ES LA VENGANZA, YO
PAGARÉ. Y otra vez: EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO. ¡Horrenda cosa es caer en las
manos del Dios vivo!” (LBLA)
Israel recibió la delegación de la autoridad de HaShem
para ejecutar su venganza contra Midián, y matar a todos.
Yeshúa HaMashíaj ha recibido de Dios la autoridad sobre
todos los hombres de la tierra, como está escrito en Mateo 28:18:
“Y acercándose Yeshúa,
les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la
tierra.” (LBLA revisada)
Por esto él tiene el derecho y la responsabilidad de ejecutar la venganza
de su Padre sobre todos los hombres que no le obedecen, como está escrito en
Revelación 19:11-16:
“Y vi el cielo abierto,
y he aquí, un caballo blanco; el que lo montaba se llama Fiel y Verdadero, y
con justicia juzga y hace la guerra. Sus ojos son una llama de fuego, y sobre
su cabeza hay muchas diademas, y tiene un nombre escrito que nadie conoce sino
él. Y está vestido de un manto empapado en sangre, y su nombre es: El Verbo de
Dios. Y los ejércitos que están en los cielos, vestidos de lino fino, blanco y
limpio, le seguían sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada
para herir con ella a las naciones, y las regirá con vara de hierro; y él pisa
el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. Y en su manto y en
su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.” (LBLA)
En 2 Tesalonicenses 1:6-10 está escrito:
“Porque después de todo,
es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, y daros
alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor
Yeshúa sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego,
dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen las
buenas nuevas de nuestro Señor Yeshúa. Estos sufrirán el castigo de eterna
destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
cuando él venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser
admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído
por vosotros.” (LBLA revisad
31:5 “Entonces se prepararon de entre los miles de Israel,
mil de cada tribu, doce mil hombres armados para la guerra.” (LBLA) – En las Escrituras el número 12 tiene que ver
con gobierno. Así que cuando aparece el número 12,000, siempre en relación con
la guerra, tiene que ver con dominio y autoridad, cf. Josué 8:25; Jueces 21:10;
2 Samuel 17:1; 1 Reyes 4:26; 10:26; Salmo 60:1. Los 12,000 de cada tribu, que
son mencionados en Revelación 7, son los que van a conquistar el mundo para el
reino venidero. La nueva Yerushalayim mide 12,000 estadios en tres direcciones,
cf. Revelación 21:16. Esto significa que tendrá dominio total sobre todo el
mundo creado.
31:6 “Y Moshé los envió a la guerra, mil de cada tribu, y a
Pinjás, hijo del sacerdote Elazar, a la guerra con ellos, con los utensilios
sagrados y las trompetas en su mano para la alarma.” (LBLA revisada) – Tuvieron que llevar utensilios sagrados a la
guerra. Según Rashí, se trataba del arca y la placa de oro del sumo sacerdote,
junto con las trompetas. Esto nos enseña que fue una guerra espiritual. Más
adelante vemos como ninguno de los hijos de Israel había muerto en esa guerra,
cf. v. 49. Fueron protegidos sobrenaturalmente.
31:8b “También mataron a espada a Bilam, hijo de
Beor.” (LBLA revisada) – Bilam
recibió parte de la venganza de HaShem por haber dado consejos para hacer pecar
a los hijos de Israel. El que causa que otro peque tendrá su castigo.
Tercera aliyá, 31:13-24
31:16 “He aquí, éstas fueron la causa de que los
hijos de Israel, por el consejo de Bilam, fueran infieles a HaShem en el asunto
de Peor, por lo que hubo plaga entre la congregación de HaShem.” (LBLA
revisada) – ¿Por qué dice Moshé que las mujeres de Midián
habían causado la fornicación en Israel cuando en 25:1 solamente se mencionan
las mujeres de Moav? En realidad eran tanto las mujeres moavitas como las
midianitas que lo habían hecho.
31:19 “Y vosotros, acampad fuera del campamento
por siete días; todo el que haya matado a una persona y todo el que haya tocado
a un muerto, purificaos, vosotros y vuestros cautivos, al tercero y al séptimo
día.” (LBLA) – Según Rashí, esto significa que no podían
entrar en el atrio del tabernáculo durante siete días. Tanto los hijos de
Israel como los cautivos tuvieron que pasar por el proceso de purificación con
el agua purificadora que se rociaba, cf. capítulo 19.
31:20 “Y purificaréis todo vestido, todo artículo
de cuero y toda obra de cabra y todo objeto de madera.” (LBLA) – Cuando los hijos de Israel habían estado en la
guerra tenían la necesidad de ser purificados por medio de rociamiento con el
agua purificadora, junto con sus ropas y otros objetos que se habían
impurificado al estar en contacto con la muerte. El cadáver humano es la fuente
principal de impureza ritual, por esto era tan importante purificar a las
personas y los utensilios de todo contacto con la muerte, por causa de la
presencia del Eterno en el tabernáculo.
Según Rashí, toda obra de cabra son aquellas cosas que
habían sido hechas a base de los cuernos, las pezuñas y los huesos de las
cabras.
31:22-23 “sólo el oro, la plata, el bronce, el
hierro, el estaño y el plomo, todo lo que pase por fuego, pasaréis por el fuego
y será limpio, pero será purificado con el agua para la impureza. Mas todo lo
que no pase por el fuego lo pasaréis por agua.” (LBLA) – También los utensilios de cocina que fueron
conquistados de los midianitas necesitaban ser purificados de todo contacto con
cadáveres y alimentos no casher.
Hay dos elementos que son utilizados para la
purificación, agua y fuego. La tierra fue purificada por agua la primera vez,
en el diluvio. La segunda vez será purificada por fuego, como está escrito en 2
Pedro 3:6-7:
“por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo
inundado con agua; pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su
palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de
los impíos.” (LBLA)
Por lo tanto hay dos maneras de purificar los
utensilios, por medio del fuego y por medio del agua. Aquí se habla sólo de
utensilios de metal para la cocina. La Torá no exige la purificación de los
utensilios de otros materiales, como madera, vidrio, barro o plástico. Sin
embargo, los rabinos establecieron que también sean purificados los utensilios
de vidrio antes de ser utilizados en la cocina. Los utensilios de metal que
hayan sido utilizados para calentar alimentos, necesitan ser calentados de la
misma manera para ser casherizados. Pero los utensilios de metal que no hayan
sido utilizados para calentar alimentos no necesitan ser calentados para su
casherización, sino sólo purificados por medio del agua.
“el agua para la impureza” – Aquí se habla en primer lugar
de aquella agua que fue salpicada sobre las personas que habían sido
contaminadas por medio de un cadáver. En hebreo se llama mei nidá,
“aguas de separación” o “aguas de impureza”. La palabra nidá tiene
que ver tanto con el agua de rociamiento como de la impureza de la mujer.
Cuando se habla de aguas de nidá se interpreta que también
significa que estos objetos tienen que ser sumergidos en ese tipo de agua que
una mujer se sumerge después de su menstruación, es decir una mikvé,
que contienen mínimo 40 medidas de seá, que, según rabí Aryeh
Coffman,[5] corresponden a unos 332 litros. Ver también los
comentarios sobre Levítico 12 y 15, en las Parashás 27 (Tazriá) y 28 (Metsorá).
En Marcos[6] 7:4 está
escrito:
“y cuando vuelven de la plaza, no
comen a menos de que se hayan sumergido; y hay muchas otras cosas que han
recibido para observarlas, como el lavamiento
de los vasos, de los cántaros y de las vasijas de cobre.” (LBLA revisada)
Esto nos enseña que durante el tiempo del segundo templo existía la
costumbre de purificar utensilios de cocina, tanto de metal como de otros
materiales, antes de ser usados.
En Shulján Aruj[7] está
escrito:
TEVILÁ DE UTENSILIOS
Todo utensilio, de metal o de vidrio (o de Pyrex),
destinado a la comida, comprado de un no judío o fabricado por no judíos,
requieren tevilá antes de su utilización. La tevilá es la inmersión en un mivké
(baño ritual) en vista de su purificación de kedushá que caracteriza al judío.
Este mikvé destinado a la tevilá de
utensilios debe cumplir con las mismas condiciones que el mikvé en
el cual la mujer se purifica después de su período de impureza.
Antes de la inmersión, se pronuncia la berajá: Baruj
Atá HaShem Elohenu Melej Haolam Asher Kideshanu Bemitsvotav Vetsivanu Al
Tevilat Kelim. ("Bendito Tu... que nos consagró por Sus
mandamientos y nos ordenó la tevilá de utensilios")
Hay que hacer igualmente tevilá de utensilios de loza,
de barro o de porcelana, pero sin pronunciar berajá.
Utensilios de madera no requieren tevilá.
Antes de la tevilá hay que limpiar bien el utensilio y
despegar la etiqueta de la firma.
Si se compró de un no judío utensilios ya utilizados,
la tevilá debe ser precedida de hag'alá y de libún según el caso.
CASHERIZACIÓN DE UTENSILIOS
Un utensilio de metal en el cual fueron cocinados
alimentos no casher puede ser utilizado si se le “casheriza” de antemano. La
“casherización” consiste en someterle al procedimiento de hag’alá o de libún,
según los casos, con el fin de extraer los zumos de alimentos prohibidos que
absorbió.
UTENSILIOS DE PESAJ – SU CASHERIZACION
Se prohíbe utilizar durante pesaj toda clase de
utensilios que se utilizaron durante el año para guisar, freír, hornear, comer
o beber en ellos caliente o frío. Por lo tanto, se suele reservar una batería
de cocina, vajilla y cubiertos especiales para pesaj. Si no se tiene la
posibilidad de disponer de ellos, se puede utilizar para pesaj ciertos
utensilios que sirvieron durante todo el año, después de haberlos
"casherizado". Existen dos procedimientos de "casherizado"
para purificarlos del jamets que absorbieron.
a. La hag’alá que consiste en sumergir el utensilio en agua hirviendo.
b. El libún que consiste en enrojecerlo en el fuego hasta que se
desprendan chispas de él.
Estos métodos pueden explicarse según el principio:
"del mismo modo que el utensilio absorbe de los alimentos, así los
expulsa".
a. El utensilio que absorbió el jamets (o todo otro alimento prohibido)
mediante la cocción, es decir, bajo la acción de un líquido hirviente, puede
arrojarlo bajo la acción de agua hirviente, por la hag’alá. Este es el caso de
las cacerolas.
b. El utensilio que fue penetrado de jamets bajo la acción directa del fuego,
sólo podrá desprenderse de él bajo la acción del fuego, mediante el libún. Es
el caso de la parrilla para asar, del horno.
Como se efectúa la hag'alá
Se limpia primero el utensilio a fondo. Luego se
sumerge totalmente, con su mango (también con las tapas) en una caldera de agua
hirviendo sobre el fuego.
1. La hag’alá ha de ser precedida de una limpieza a fondo del utensilio.
2. Los utensilios sólo pueden ser sometidos a hag’alá si transcurrieron por lo
menos 24 horas después de su utilización.
3. La hag’alá se efectúa de la forma siguiente: se hierve agua en una caldera.
Se introduce en ella una barra de hierro incandescente hasta que rebose el
agua. Se sumergen luego los utensilios que requieren purificación.
4. Después de efectuar la hag'alá o el libún, se enjuaga el utensilio con agua
fría.
Clases de utensilios y aparatos
1. Los utensilios que se utilizan todo el año y que no serán empleados durante
pesaj han de ser lavados y luego guardados en lugar fuera de alcance, a fin que
no sean utilizados por error.
2. Utensilios de metal pueden ser "casherizados".
3. No hay posibilidad de "casherizar" utensilios de barro, de
porcelana o de plástico.
4. Utensilios cuya utilización es mayormente en frío y a veces en caliente,
que sean de metal, de porcelana o de madera, pueden ser, después de bien
lavados, utilizados en pesaj.
5. Utensilios de vidrio (o de pyrex) aun si su utilización es en caliente,
siendo que no absorben los alimentos, pueden ser utilizados durante pesaj. Es
suficiente para ello enjuagarlos previamente.
6. La olla de presión, ya que tiene componentes de goma, no se puede
"casherizar" debidamente y es preciso utilizar una especial para
pesaj.
7. No se suele "casherizar" cuchillos por medio de hag'alá sino que
se debe utilizar cuchillos reservados exclusivamente para su uso en pesaj.
8. La nevera: se limpia bien para quitar toda traza de alimento y se lava a
fondo.
9. Las mesas sobre las cuales se suele comer directamente sin mantel: hay
verter agua hirviendo sobre ellas, y cubrirlas con un mantel para pesaj.
10. Cocina de gas o eléctrica: se limpia bien. Conviene cambiar para pesaj los
trébedes de las hornallas sobre los cuales posan las cacerolas, si no, se
limpian bien y se los someten a hag’alá (según otra opinión más estricta se
requiere libún).
11. Dientes postizos: se limpian bien de todo vestigio de alimento y se someten
a hag’alá antes de la hora de eliminación del jamets la víspera de pesaj.
Cuarta aliyá, 31:25-41
31:35 “y de los seres humanos, de las mujeres que
no habían conocido varón acostándose con él, fueron en total treinta y dos
mil.” (LBLA) – Hubo una gran cantidad de personas
supervivientes, 32,000 mujeres que no habían conocido varón. De allí aprendemos
que tenía que haber habido una matanza de muchísimos hombres y mujeres,
adultos.
Quinta aliyá, 31:42-54
31:50 “Por tanto, hemos traído a HaShem, como
ofrenda, lo que cada hombre ha hallado: objetos de oro, pulseras, brazaletes,
anillos, pendientes y collares, para hacer expiación por nosotros ante HaShem.”
(LBLA revisada) – Según el Midrash,[8] los
soldados, que eran tsadikim, justos, dieron estos objetos con el
fin de obtener expiación porque no habían podido evitar ver a las mujeres
midianitas y esto creó pensamientos pecaminosos en ellos, cf. Mateo 5:28.
Otra interpretación sería que de esta manera quisieron
pedir perdón por no haber obedecido toda la orden de HaShem por medio de Moshé,
dejando con vida todas la las mujeres, cf. 31:14.
31:52 “Y el total del oro de la ofrenda que ellos
ofrecieron a HaShem, de los capitanes de miles y de los capitanes de cientos,
fue de dieciséis mil setecientos cincuenta siclos.” (LBLA revisada) – Los jefes de guerra estaban muy agradecidos
porque no había muerto ninguno de los hijos de Israel, y vinieron con una
ofrenda de oro y toda clase de objetos labrados. Sólo el oro pesaba
aproximadamente 200 kilogramos.
La razón por la que el ejército moderno de Israel está
perdiendo soldados en la guerra es porque hay mucha desobediencia a la Torá
entre ellos y el resto del pueblo de Israel. El nivel alto de moral y pureza
ritual que tenían los soldados de Israel durante el tiempo de Moshé y Yehoshúa,
les dio una protección especial en tiempos de guerra. Por esa razón no
perdieron ni un soldado en las guerras que hicieron según los propósitos del
Eterno.
Sexta aliyá, 32:1-19
32:4 “la tierra que HaShem conquistó delante de la
congregación de Israel es tierra para ganado; y tus siervos tienen ganado.”
(LBLA revisada) – Los hijos de Gad y
de Rubén dijeron que tenían mucho ganado. Pero no mencionan a sus hijos. En el
versículo 16 vemos que el ganado es mencionado antes que los hijos. Parece ser
que los niños no fueron tan apreciados por los hijos de Gad y de Reuvén. Ambas
tribus habían menguado durante los 38 años en el desierto. Estaban más
interesados en sus negocios que su familia. Este es el eterno problema del
varón, preocuparse más por su vida laboral que por sus propios hijos. Moshé
corrigió esa actitud en el versículo 24 donde está escrito: “Edificaos ciudades para
vuestros pequeños, y apriscos para vuestras ovejas...” (LBLA revisada), mencionando a los niños antes que las ovejas.
En Génesis 42:37 está escrito:
“Entonces Reuvén habló a su padre, diciendo: Puedes dar
muerte a mis dos hijos, si no te lo traigo; ponlo bajo mi cuidado, y yo te lo
devolveré.” (LBLA revisada)
La actitud de Reuvén en cuanto a sus hijos es
lamentable. El no valoraba la vida de sus hijos. El valor de una persona supera
el valor de los negocios. Una sociedad donde la carrera y el empleo preceden a
la educación de los hijos es una sociedad enferma, destinada a hundirse. Una
sociedad donde la mujer es forzada a salir a la vida laboral y dejar sus niños a otros es una sociedad que produce criminales.
Una sociedad donde las mujeres eligen el aborto antes que perder un puesto de
trabajo, es una sociedad que no entiende los principios de prosperidad. Una
sociedad donde asesinan una persona para poder robar unos dólares está a punto
de ser destruida.
En Oseas 6:8 está escrito:
“Guilad es ciudad de malhechores, con huellas de
sangre.” (LBLA revisada)
La zona al oriente del Yardén, donde se establecieron
las dos tribus y media, era muy conflictiva, donde la vida humana sufría una
devaluación considerable. Por eso necesitaban tres ciudades de refugio para dos
tribus y media, en contraste con las tres ciudades de refugio para las nueve y
media tribus del otro lado del Yardén. Esto nos enseña que la violencia y el
bajo valor del ser humano dominaban el área de las dos tribus y media.
Esta área fue la que más sufrió en las guerras contra
los enemigos de Israel, y los que vivían allí fueron los primeros en ser
llevados al cautiverio por los asirios y los demás pueblos.
Es interesante notar que Reuvén, que perdió la
primogenitura, no obtuvo su heredad en la tierra de los cananeos, sino al lado
oriental del Yardén.
32:5 “Y dijeron: Si hemos hallado gracia ante tus ojos, que
se dé esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas pasar el Yardén.”
(LBLA revisada) – Primero dijeron que
no querían pasar el Yardén, pero luego, al ser reprendidos por Moshé, cambiaron
de opinión y buscaron otro argumento.
Vamos a pasar sólo los guerreros delante del ejército
y luego regresaremos a nuestras familias, cf. v. 16-19. Cumplieron sus promesas
y estuvieron 14 años haciendo la guerra junto con Yehoshúa hasta que toda la
tierra fue conquistada. No pudieron regresar a sus familias hasta después de 14
años. No fue una elección buena. Cuando un esposo y una esposa están separados
durante un par de años, pierden las emociones el uno por el otro. Los que salen
a trabajar en otros países dejando sus familias solas, no están haciendo bien.
¿Cómo se sentían estas esposas cuando tenían que estar sin sus esposos durante 14
largos años? ¿Cómo se sentían los hijos cuando no podían tener a sus papás
durante catorce largos años? La familia no tenía un puesto alto en la lista de
prioridades de estas tribus. Por esto no podían resistir a sus enemigos más
adelante, sino que fueron los primeros en ser destruidos en Israel.
Séptima aliyá, 32:20-42
32:25-26 “Y los hijos de Gad y los hijos de Reuvén
hablaron a Moshé, diciendo: Tus siervos harán tal como mi señor ordena.
Nuestros pequeños, nuestras mujeres, nuestro ganado y nuestros rebaños quedarán
allí en las ciudades de Guilad.” (LBLA revisada) – Los hijos de Gad y de Reuvén ahora rectifica su manera de hablar y
menciona a los hijos y a las esposas antes que el ganado. Fue una mejor
prioridad que antes, cf. v. 16, donde la familia es puesta antes que el
negocio, pero no fue la mejor, porque los hijos son mencionados antes que las
esposas. Un buen esposo pone a la esposa por encima de los hijos.
32:33 “Y Moshé dio a los hijos de Gad, y a los
hijos de Reuvén, y a la media tribu de Menashé, hijo de Yosef, el reino de
Sijón, rey de los amorreos, y el reino de Og, rey de Bashán: la tierra con sus
ciudades, con sus territorios, y las ciudades de la tierra circunvecina.” (LBLA
revisada) – La media tribu de Menashé no pidió ese
terreno, sino que fue ordenado por Moshé. ¿Quién recibió la mayor parte de la
tierra? Menashé, la tribu que más había crecido entre los últimos censos. Él
tenía un potencial de crecimiento muy grande por la palabra de Yaakov que está
escrita en Génesis 48:19:
“Mas su padre rehusó y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; él
también llegará a ser un pueblo, y él también será grande. Sin embargo, su
hermano menor (Efrayim) será más grande que él, y su
descendencia llegará a ser multitud de naciones.” (LBLA revisada)
¿Por qué HaShem dividió una tribu? ¿Para causar
división en una tribu de Israel o para mantener la unidad? Creo que esta
división de la tribu de Menashé fue una estrategia por parte de HaShem para
mantener la unidad del pueblo. De esa manera los hijos de Menashé se fueron de
un lado para el otro para visitar a sus familiares y así se mantendrían en
contacto. La historia muestra que Israel no sufrió una división este-oeste sino
norte-sur. La división del reino no fue por causa de esta distribución de las
tribus, sino por otras causas.
Masei
Masei es la forma plural posesiva de masá que significa
“salida”, “punto de partida”, “viaje”, “marcha”, “estación”. Implica no sólo
los lugares donde acamparon los hijos de Israel, sino también las jornadas que
se hicieron entre esos lugares.
Primera aliyá, 33:1-10
33:2 “Y Moshé
anotó los puntos de partida según sus jornadas, por el mandamiento de HaShem, y
estas son sus jornadas, conforme a sus puntos de partida.” (LBLA
revisada) – Moshé anotó los 42 (7x6) viajes que los hijos de Israel
hicieron en la estepa. Hay varios propósitos por los cuales estos lugares
fueron escritos:
1. Fueron escritos para
mostrar a la posteridad que la salida de Egipto de millones de personas no es
un cuento. Hay datos específicos de lugares y sucesos, que muestran que
realmente estuvieron allí. La mayoría de los desiertos descritos en este relato
eran completamente inhabitables porque allí no había ni agua ni vida vegetal.
Una gran población de hombres, mujeres y niños jamás hubieran podido sobrevivir
de manera natural. Sólo la intervención divina podía sostenerlos en aquellos
lugares inhabitables.
2. Fueron escritos para dar
a conocer la bondad del Eterno en medio de una sentencia de tener que dar
vueltas durante 40 años en el desierto. En 40 años sólo hubo 42 viajes. Así que
no estuvieron vagando de un lado para otro todo el tiempo, sino que en varios
lugares se quedaron acampados durante mucho tiempo. Rashí menciona que sólo
hubo 20 viajes en 38 años, porque se hicieron 14 viajes durante el primer año,
y ocho viajes después de la muerte de Aharón en el cuadragésimo año. Además
estuvieron en Kadesh durante 19 años. Durante el resto del tiempo estuvieron en
19 campamentos durante 19 años, que corresponde a un promedio de un viaje por
año.
3. Fueron escritos para que
los hijos de Israel supieran que sus peregrinajes fueron dictados por un plan
espiritual definido.[1]
4. Fueron escritos para que
nos acordemos del viaje en el desierto. Cuando estamos viviendo en la
prosperidad hay que recordar los momentos difíciles que nos han llevado hasta
allí. Así nos mantendremos humildes y agradecidos. Si no hubiera sido por el
sostenimiento mediante la gracia del Eterno, nunca hubiéramos podido llegar a
donde estamos en estos momentos.
5. Fueron escritos para
revelar que en el destino final del viaje número 33 hay un secreto mesiánico.
33:3 “El mes primero
partieron de Ramsés el día quince del mes primero; el día después de Pesaj, los
hijos de Israel marcharon con mano poderosa a la vista de todos los egipcios.”
(LBLA revisada) – El 15 de aviv/nisán empezaron su viaje.
Está escrito que fue el día después de pesaj. Esto nos enseña que
la salida de Egipto fue en la madrugada del día 15 del primer mes, cf.
Deuteronomio 16:1.
La palabra pesaj hace referencia al
sacrificio del cordero que fue hecho durante la tarde anterior, es decir, el 14
de aviv alrededor de las 15 horas (3 PM).
Hoy en día, en Israel, el 15 de nisán es
llamado el primer día de pesaj, pero la Torá ubica pesaj en
el día 14 de Nisán, en relación con el sacrificio del cordero.
33:6 “Partieron
de Sucot y acamparon en Etam, que está en el extremo del desierto.” (LBLA revisada) – Sucot es
la primera parada después de la salida de Ramsés. Esto nos enseña que va a
haber una celebración de sucot justamente después de la
segunda venida del Mesías cuando todos los hijos de Israel y las naciones que
son de Yeshúa van a ser trasladados en el aire a la Tierra de Israel. Sucot será
la celebración de las bodas del Cordero inmediatamente después del segundo
éxodo, que es la redención final.
33:7 “Partieron de Etam,
se volvieron a Pi-HaHirot, frente a Baal-Tsefón, y acamparon delante de
Migdol.” (LBLA revisada) – Parece que Baal-Tsefón fue un lugar que estaba
al otro lado del Mar de Cañas, (Mar Rojo). Cuando habla de que volvieron,
significa que no siguieron por el camino normal recto hacia el oriente, sino
que giraron hacia el sur y llegaron a Pi-HaHirot, que estaba junto al golfo de
Aqaba.
Segunda aliyá, 33:11-49
33:13 “Partieron de
Dofká y acamparon en Alush.” (LBLA revisada) – En Alush recibieron el maná
por primera vez.
33:14 “Partieron de
Alush y acamparon en Refidim; allí fue donde el pueblo no tuvo agua para
beber.” (LBLA revisada) – En Refidim fueron atacados por Amalek.
33:15 “Partieron de
Refidim y acamparon en el desierto de Sinái.” (LBLA revisada) – En Sinái
entraron en el pacto con HaShem y recibieron la Torá.
33:16 “Partieron del
desierto de Sinái y acamparon en Kivrot-HaTaavá.” (LBLA revisada) –
Kivrot-HaTaavá significa “tumbas de la codicia”, porque allí sepultaron a los
que habían sido codiciosos, cf. Números 11:34.
33:18 “Partieron de
Jatserot y acamparon en Ritmá.” (LBLA revisada) – Desde Ritmá fueron
enviados los doce espías o exploradores.
33:22 “Partieron de Risá
y acamparon en Kehelata.” (LBLA revisada) – En Kehelata se rebeló el grupo
de Kóraj.
33:23 “Partieron de
Kehelata y acamparon en el monte Shefer.” (LBLA revisada) – Según el
Targum Yonatan, el monte Shefer era una montaña con frutos hermosos.
33:36 “Partieron de
Etsión-Guever y acamparon en el desierto de Tsin, esto es, Kadesh.” (LBLA
revisada) – Se quedaron 19 años en el desierto de Tsin, que es Kadesh.
Allí murió Miryam. Kadesh significa “santificado”. Según el Targúm Yonatán, el
Nombre del Eterno fue santificado aquí cuando Él decretó que Moshé y Aharón no
podían entrar en la Tierra.
33:37-39 “Partieron de
Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. Entonces
el sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de HaShem, y allí murió, el
año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de la tierra de
Egipto, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento veintitrés años de
edad cuando murió en el monte Hor.” (LBLA revisada) – El monte Hor está
situado al lado oriental del valle de Arabá. Es la montaña de piedra areniza
más alta de Edom, al lado oriental de la vieja ciudad de Petra. Hor significa
“montaña”. Hay un lugar que tradicionalmente es reconocido como la tumba de
Aharón, en un monte en el sur de Jordania, cerca de Petra.
33:42 “Partieron de
Tsalmoná y acamparon en Punón.” (LBLA revisada) – En Punón, los hijos de
Israel se quejaron por el maná y por eso vinieron las serpientes.
33:49 “Y acamparon junto
al Yardén, desde Bet-Yeshimot hasta Avel-Shitim, en las llanuras de Moav.”
(LBLA revisada) – Allí murieron 24 000 israelitas por el pecado de
Baal-Peor. Aquí está escrito que el campamento se extendía desde Bet-HaYeshimot
hasta Avel-Shitim, lo cual puede darnos una idea de su tamaño. El Talmud[2] relata como Rabá
bar Janá dijo que había visto ese lugar (desde Bet-Yeshimot hasta Avel-Shitim)
y que mide tres parsaot por tres parsaot. Una parsá (en
plural parsaot) mide 4 mil. Rashí menciona que el
campamento de los hijos de Israel medía 12 mil, (un mil corresponde
a 1 080 metros). Esto significa que se trata de un total de unos 13 kilómetros
de ancho y 13 kilómetros de largo, lo cual equivale a 168 km2, o 16
800 hectáreas.
Tercera aliyá, 33:50 –
34:15
33:52 “expulsaréis a
todos los habitantes de la tierra delante de vosotros, y destruiréis todas sus
piedras grabadas, y destruiréis todas sus imágenes fundidas, y demoleréis todos
sus lugares altos” (LBLA) – Según Rashí, la palabra hebrea que ha
sido traducida como “piedras grabadas”, mashkiotam,[3] alude a los
templos paganos, que normalmente tenían el suelo cubierto con piedras de
mármol, donde adoraban extendiendo las manos y los pies. El Targum traduce esta
palabra como “sus templos”.
Este texto nos enseña
que el Eterno quiere que haya una sola religión en la tierra de Israel. Toda
influencia pagana está prohibida. Esto implica hoy en día que la Torá prohíbe
que haya iglesias católicas en la tierra de Israel. HaShem prohíbe que haya
mezquitas en su Tierra. El templo Bahai que está en Haifa, está prohibido por
la Torá. Toda imagen de Buda, de los santos, de todo dios pagano y de todo
objeto de culto de otras religiones fuera del judaísmo, está prohibida por la
Torá en la tierra de Israel. HaShem ordena eliminar todas estas cosas, pero hoy
en día la tierra de Israel está llena de idolatría. Muchos judíos, musulmanes y
cristianos están incluso ganando mucho dinero por medio de los turistas que
vienen a visitar las iglesias, las mezquitas y los museos que están llenos de
objetos de culto pagano. Está prohibido, no solamente tener templos de otras
religiones u objetos de su culto, sino también sacar beneficio económico de la
idolatría. Según la Torá, todos los lugares de culto y objetos de culto que no
están dedicados al único y verdadero Dios, el Dios de Israel, tienen que ser
eliminados de la Tierra. Todas las imágenes fundidas tienen que ser eliminadas.
Si el pueblo judío no lo hace antes, cuando venga el Mesías por segunda vez, la
tierra será purificada de toda religión pagana. Entonces no habrá ni
Cristianismo ni Islam en la tierra de Israel ni en el resto del mundo, sólo el
Judaísmo bíblico.
33:55 “Pero si no
expulsáis de delante de vosotros a los habitantes de la tierra, entonces
sucederá que los que de ellos dejéis serán como aguijones en vuestros ojos y
como espinas en vuestros costados, y os hostigarán en la tierra en que
habitéis.” (LBLA revisada) – Los habitantes de la tierra de las siete
naciones que no fueran expulsados se convertirían en aguijones en los ojos y
espinas en los costados de los hijos de Israel, como también está escrito en
Josué 23:12-13:
“Porque si os volvéis, y
os unís al resto de estos pueblos que permanecen entre vosotros, y contraéis
matrimonio con ellos, y os juntáis con ellos, y ellos con vosotros, ciertamente
sabed que HaShem vuestro Dios no continuará expulsando a estas naciones de
delante de vosotros, sino que serán como lazo y trampa para vosotros, como
azote en vuestros costados y como espinas en vuestros ojos, hasta que perezcáis
de sobre esta buena tierra que HaShem vuestro Dios os ha dado.” (LBLA revisada)
En Ezequiel 28:24-26
está escrito:
“Y no habrá más zarza
punzante ni espina dolorosa para la casa de Israel de ninguno de los que la
rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy el Señor HaShem. Así dice el Señor
HaShem: Cuando yo recoja a la casa de Israel de los pueblos donde está
dispersa, y manifieste en ellos mi santidad a los ojos de las naciones,
entonces habitarán en su tierra que di a mi siervo Yaakov. Y habitarán en ella
seguros; edificarán casas, plantarán viñas, y habitarán seguros, cuando yo haga
juicios sobre todos los que a su alrededor la desprecian. Y sabrán que yo soy
el HaShem su Dios.” (LBLA revisada)
Así que, cuando el rabí
Shaúl habla de que tenía un aguijón en la carne, que le impedía extenderse, lo
más probable es que se está refiriendo a las persecuciones de los incrédulos,
que tuvo que sufrir, como está escrito en 2 Corintios 12:7-10:
“Y dada la extraordinaria
grandeza de las revelaciones, por esta razón, para impedir que me exaltase
desmedidamente, me fue dada una espina en la carne, un mensajero del adversario
que me abofetee, para que no me enaltezca. Acerca de esto, tres veces he rogado
al Señor para que lo quitara de mí. Y Él me ha dicho: Te basta mi gracia, pues
mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder del Mesías more en mí.
Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en
persecuciones y en angustias por amor al Mesías; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.” (LBLA revisada)
Rabí Shaúl no está hablando de una enfermedad física,
sino más bien de personas incitadas por un demonio que siempre le perseguían
por dondequiera que iba. Además hay un Midrash, que se asemeja a este texto,
que dice que el sumo sacerdote Aharón fue golpeado por un mensajero del
adversario cada vez que iba a ministrar en el Tabernáculo, recordándole el pecado
con el becerro de oro. Todas las persecuciones y adversidades que el rabí Shaúl
tenía que pasar fueron para recordarle que había causado la muerte de los
judíos que creían en Yeshúa.
34:2 “Manda a
los hijos de Israel y diles: Cuando entréis en la tierra de Kenáan, esta es la
tierra que os tocará como herencia, la tierra de Kenáan según sus fronteras.”
(LBLA revisada) – La frontera de Israel fue bien definida por una orden
divina. De esta manera nadie puede decir que Israel ha robado de las naciones
su terreno. HaShem, que es el dueño de cielos y tierra, tiene el derecho de dar
las tierras a quién desee. La entrega de la tierra de Kenáan a los hijos de
Israel fue jurídicamente justa. HaShem no puede hurtar o cometer injusticia,
como está escrito en el Salmo 145:17:
“Justo es HaShem en
todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos.” (LBLA revisada)
Aquí no se trataba de un
robo de la tierra de otros, porque esa tierra es del Eterno y él había
prometido bajo juramento que la iba a dar a Avraham, Yitsjak, Yaakov y sus
descendientes para siempre. Cuando la medida del pecado de los hijos de Kenáan
había llegado al límite perdieron el derecho de vivir, como está escrito en
Génesis 15:16:
“Y en la cuarta
generación ellos regresarán acá, porque hasta entonces no habrá llegado a su
colmo la iniquidad de los amorreos.” (LBLA)
Si los hijos de Kenáan
habían llegado al colmo de su iniquidad, ¿cómo entonces podrían tener el
derecho de heredar la tierra de HaShem donde sólo los justos tienen el derecho
de vivir? La destrucción de Sedom y Amorá es un ejemplo delante del mundo
entero de que los pecadores no tienen el derecho de vivir en la tierra de
HaShem, como también está escrito en Mateo 5:5:
“Dichosos los humildes,
pues ellos heredarán la tierra.” (LBLA)
Según Filipenses 2:8 la
humildad consiste en hacer la voluntad del Padre, como está escrito:
“Y estando en esa
condición de hombre, se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte (por colgamiento) en un árbol.” (LBLA revisada)
Así que la humildad
consiste en ser obediente. ¿Obediente a qué? A la Instrucción del Eterno, la
Torá. Entonces, según la enseñanza del Mesías, sólo los humildes, los que
obedecen la Torá, tienen el derecho de vivir en la tierra de Israel y sólo los
que obedecen la Torá serán los que tendrán el derecho de vivir en la tierra de
Israel durante el reino mesiánico. Los hijos de Israel fueron expulsados de la
tierra en varias ocasiones en la historia por causa de no haber obedecido la
Torá. Así que los únicos que tienen el derecho divino de habitar la tierra de
Israel son los que cumplen la Torá de HaShem. Los judíos que viven en idolatría
no tienen ningún derecho ante el cielo de permanecer en la tierra de Israel. La
tierra es para los justos, no para los pecadores.
En Éxodo 23:31-33 está
escrito:
“Y fijaré tus límites
desde el mar de Cañas hasta el mar de los filisteos, y desde el desierto hasta
el río (Eufrates); porque en tus manos entregaré a los habitantes
de esa tierra, y tú los echarás de delante de ti. No harás pacto con ellos ni
con sus dioses. Ellos no habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar
contra mí; porque si sirves a sus dioses, ciertamente esto será tropezadero
para ti.” (LBLA revisada)
En el Salmo 25:12-13
está escrito:
“¿Quién es el hombre que
teme a HaShem? Él le instruirá en el camino que debe escoger. En prosperidad
habitará su alma, y su descendencia poseerá la tierra.” (LBLA revisada)
En el Salmo 37:22, 29
está escrito:
“Porque los que son
bendecidos por HaShem poseerán la tierra, pero los maldecidos por Él serán
exterminados... Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella.”
(LBLA revisada)
Los que quebrantan los
mandamientos puestos por HaShem son maldecidos por Él y pierden el derecho de
la tierra, cf. Levítico 26 y Deuteronomio 28.
En el Salmo 69:35-36
está escrito:
“Porque Dios salvará a
Tsión y edificará las ciudades de Yehudá, para que ellos moren allí y la
posean. Y la descendencia de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre
morarán en ella.” (LBLA revisada)
Los hijos de Israel
actuaron bajo un mandato divino en la conquista de la tierra exterminando
aquellas naciones. Todas ellas tenían la misma posibilidad que la ramera Rajav
en Yerijó para convertirse de sus pecados y entregarse al Dios de Israel, pero
se obstinaron en seguir pecando y resistiendo al Altísimo. Por lo tanto
perdieron el derecho de la Tierra de HaShem. Esa tierra ha sido escogida por el
Eterno de una manera especial y la llama Suya, como está escrito en Jeremías
2:7:
“Yo os traje a una
tierra fértil, para que comierais de su fruto y de sus delicias; pero vinisteis
y contaminasteis mi tierra, y de mi heredad hicisteis
abominación.” (LBLA)
En Deuteronomio 11:12
está escrito:
“Es una tierra que
HaShem tu Dios cuida; los ojos de HaShem tu Dios están siempre sobre ella,
desde el principio hasta el fin del año.” (LBLA revisada)
En Jeremías 16:18 está
escrito:
“Pero primero, pagaré al
doble su iniquidad y su pecado, porque ellos han contaminado mi tierra con
los cadáveres de sus ídolos abominables y han llenado mi heredad con
sus abominaciones.” (LBLA)
En Ezequiel 36:5 está
escrito:
“por eso, así dice el
Señor HaShem: 'Ciertamente en el fuego de mi celo he hablado contra las demás
naciones y contra todo Edom, que se han apropiado para sí de mi tierra como
posesión, con alegría, de todo corazón y con desprecio de alma, para dejarla
como presa.'”
En Joel 2:18 está
escrito:
“Entonces HaShem se
llenará de celo por su tierra, y tendrá piedad de su pueblo.” (LBLA
revisada)
En Joel 3:1-2 está
escrito:
“Porque he aquí que en
aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure el bienestar de Yehudá e
Yerushalayim, reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de
Yehoshafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de mi pueblo y mi
heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron
mi tierra.” (LBLA revisada)
Este texto enseña que el
juicio de HaShem va a caer sobre todas las naciones que han repartido Su tierra.
34:12b “Esta será
vuestra tierra, según sus fronteras alrededor.” (LBLA) – Otra de las
razones por las cuales la Torá define bien dónde están las fronteras de la
tierra es para que se sepa en qué área se aplican los mandamientos de la Torá
que sólo se pueden cumplir en la Tierra de Israel.
Desde el principio de la
creación HaShem ha puesto límites que hacen la diferencia entre una cosa y
otra. Ya en el huerto del Edén había límites entre diferentes países. Además
HaShem puso un límite entre lo que estaba permitido comer y lo que estaba
prohibido comer. Estos límites existían antes de que el pecado entrara en el
mundo. Esto nos enseña que no es el pecado que ha causado que la Torá trace
límites entre una cosa y otra. El trazo de los límites es parte de la misma
creación. Incluso en el tabernáculo en el cielo hay diferentes habitaciones y
niveles con límites entre ellos. Toda cosa creada necesita límites en los
cuales existir y funcionar, como está escrito en Hechos 17:26:
“y de uno hizo todas las
naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo
determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación” (LBLA)
La esencia del pecado es
traspasar o cambiar los límites, cf. 1 Juan 3:4.
Entonces el Mesías no
vino para quitar los límites, ni cambiar los límites, sino para ayudar al
hombre a respetar y funcionar dentro de los límites que están marcados por
HaShem en la Torá. El que predica a un Mesías que vino para cambiar o quitar
los límites que han sido marcados por el Eterno, está presentando un falso
mesías. La esencia del espíritu del anti-mesías es que cambie los límites
puestos por HaShem en la Torá, como está escrito en Daniel 7:25-26:
“Y él proferirá palabras
contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo, e intentará
cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en sus manos por un
tiempo, por tiempos y por medio tiempo. Pero el tribunal se sentará (para
juzgar), y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para
siempre.” (LBLA)
En 2 Tesalonicenses
2:3-4, 7-8 está escrito:
“Que nadie os engañe en
ninguna manera, porque (no vendrá) sin que primero venga la
apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se
opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de
manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios...
Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel que por
ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y
entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de
su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.” (LBLA)
La palabra griega que ha
sido traducida como “iniquidad” es anomía[4] que significa
“alegalidad” o “sin ley”. La palabra griega que ha sido traducida como “inícuo”
es anomos[5] que significa
“alegal”, “uno que no se sujeta a la Torá”. Aquí se habla del hombre de pecado,
el a-legal, y el misterio de la a-legalidad. Este es el espíritu del
anti-mesías, que resiste la ley del Eterno e intenta cambiarlo y eliminarlo y
sus límites. El hombre a-legal es un hombre totalmente carnal, como está
escrito en Romanos 8:7-8:
“la mente carnal es
enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede
hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios.” (LBLA)
Lo que va a caracterizar
la última generación antes de la venida del Mesías es que no sabrá dónde están
los límites. No sabrán la diferencia entre hombre y mujer, entre jóvenes y
mayores, entre lo bueno y lo malo, entre lo justo y lo injusto, entre la luz y
las tinieblas, entre la verdad y la mentira o entre lo permitido y lo
prohibido. HaShem ha marcado en la Torá dónde están los límites, pero el hombre
perverso lo tuerce todo. El hombre perverso enseña que “Cristo” vino para
quitar la ley o para cambiar los límites marcados por la ley de Moshé. El fin
de ese hombre perverso es la muerte.
La parashá de
esta semana nos enseña que HaShem pone límites muy bien definidos para Israel y
las naciones. Dichoso el hombre que respeta esos límites.
34:5 “Y la frontera
cambiará de dirección de Atsmón al torrente de Egipto, y su término será el
mar.” (LBLA revisada) – El torrente de Egipto no se refiere al río Nilo
sino a un arroyo que está en la llamada península de Sinaí. Su nombre actual es
Wadi el-Arish. En esta ocasión el pueblo de Israel no recibió todo el terreno
que el Eterno había prometido a los padres. No recibirán toda la tierra
prometida hasta que venga el Mesías Yeshúa de nuevo.
34:8 “Trazaréis una
línea desde el monte Hor hasta la entrada de Jamat, y el término de la frontera
será Tsedad” – Según Rashí, la ciudad de Jamat es la que más adelante sería la
ciudad siria de Antioquia. En el libro de los Hechos de los apóstoles hay dos
ciudades con el nombre Antioquía, una estaba en la provincia romana Siria, en
la costa, que es la que se menciona en 11:19-27 y 13:1, y la otra estaba en
Asia Menor, en Pisidia, mencionada en 13:14.
Cuarta aliyá, 34:15-29
34:15 “Las dos tribus y
la media tribu han recibido su posesión al otro lado del Yardén, frente a Yerijó,
al oriente, hacia la salida del sol.” (LBLA revisada) – La expresión “al
otro lado del Yardén” se encuentra en muchos lugares de las Escrituras, cf.
Números 22:1; 35:14; Deuteronomio 1:1, 5; 3:8, 20; 4:41, 47, 49; Josué 1:14, 15
etc., casi siempre refiriéndose a la parte oriental, este, del río, donde
obtuvieron su territorio las dos tribus y media. Es interesante ver que, aunque
Moshé no estaba ubicado al oeste del río, en la tierra de Kenáan propiamente
dicha, al usar esta expresión, es como si la Torá viniese desde allí. Cuando
HaShem redactó este texto a Moshé, los hijos de Israel todavía no habían pasado
el río Yardén, y aun así se habla de la tierra que esta “al otro lado del
Yardén”. Allí estaba Moshé junto con el pueblo. Esto nos enseña que la Torá
sale de la tierra de Israel, y más específicamente desde Tsión, como está
escrito en Isaías 2:3b:
“Porque de Tsión saldrá
la Torá, y de Yerushalayim la palabra de HaShem.” (LBLA revisada)
En Amós 1:2 está
escrito:
“Y dijo: HaShem ruge
desde Tsión, y desde Yerushalayim da su voz; los pastizales de los pastores
están de duelo, y se seca la cumbre del Karmel.” (LBLA revisada)
Está escrito en texto
hebreo de Ezequiel 5:5 y 38:12 que Yerushalayim es el ombligo del mundo, es
decir, el centro de la tierra.
Quinta aliyá, 35:1-8
35:7 “Todas
las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades, junto con
sus tierras de pasto.” (LBLA) – Los levitas recibieron 48 ciudades en todo
el territorio de Israel. Seis de ellas servirían como ciudades de refugio.
Alrededor de cada ciudad tenían un terreno de dos mil codos en cada dirección.
En el versículo 4 se habla de mil codos y en el versículo 5 se habla de dos mil
codos. El Talmud[6] resuelve esta aparente contradicción
diciendo que los primeros mil codos fueron dejados como espacio abierto y los
otros mil codos servían para campos y viñas.
Sexta aliyá, 35:9-34
35:11 “escogeréis para
vosotros ciudades para que sean vuestras ciudades de refugio, a fin de que
pueda huir allí el homicida que haya matado a alguna persona sin intención.”
(LBLA) – Si una persona mataba a alguien por accidente tenía la
posibilidad de huir a una de las seis ciudades de refugio, en hebreo arei
miklat. Cuando alguien había matado a otro, uno de los familiares más
cercanos al muerto tenía la autoridad de ser el “vengador de la sangre” del
muerto, en hebreo goel[7] hadam “redentor de la
sangre”, para ejecutar la venganza de HaShem y derramar la sangre de aquel que
había matado a su familiar, conforme a Génesis 9:6 donde está escrito:
“El que derrame sangre
de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo
Él al hombre.” (LBLA)
35:25 “Y la congregación
librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la congregación lo
restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en ella hasta la
muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo.” (LBLA) – Aquí la
palabra “congregación” se refiere al corte de justicia, el Beit Din.
El Talmud[8] enseña que en el caso de que el que
había muerto no tuviera ningún familiar que pudiera ser el goel hadam,
el Beit Din tenía la responsabilidad para proveer con uno.
Este goel tenía la autoridad para matar al asesino en todo
lugar donde lo encontrara. Pero si el tribunal juzgaba que el homicida había
matado sin intención, el goel tenía prohibido vengarle dentro
del área de la ciudad de refugio. El que había huido a una ciudad de refugio
tendría que estar fuera de su propia casa durante todo el tiempo en que
permanecía con vida el Sumo Sacerdote que estaba en funciones cuando sucedió el
accidente. Incluso el que haya matado a otra persona por medio de un accidente
tiene que sufrir un tipo de castigo de cárcel. Esto nos enseña cuánto HaShem
valora una vida humana. No obstante, este tipo de cárcel fue un lugar de
santidad donde vivían los levitas, que dedicaban la mayor parte del tiempo al
estudio de la Torá. Pero en el momento de la muerte del Sumo Sacerdote, la
persona quedaba libre para volver a su propia casa y su propio terreno y el
vengador de la sangre perdió su derecho de ejecutarle.
Séptima
aliyá, 36:1-13
36:6 “Esto es
lo que HaShem ha ordenado tocante a las hijas de Tselofjad, diciendo:
"Cásense con el que bien les parezca; pero deben casarse dentro de la
familia de la tribu de su padre.”” (LBLA revisada) – La herencia de los
terrenos en Israel se daba en primer lugar a los hijos varones. Cuando una hija
se casaba podía gozar de un terreno y una casa en la tribu de su esposo. Sin
embargo, en este caso algunas hijas de Israel recibieron un terreno de su
padre, por no tener hermanos. Ellas tenían que casarse dentro de su propia
tribu para que su terreno no pasara a la posesión de otras tribus.
“Cásense con el que bien
les parezca” – Esto nos enseña que HaShem no ha destinado una sola persona con
la cual se puede casar. HaShem da libertad para que uno pueda casarse con la
pareja que bien le parezca con tal que sea dentro de la tribu de uno. El mismo
pensamiento se encuentra en 1 Corintios 7:39:
“La mujer está ligada
mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse
con quien desee, sólo que en el Señor.” (LBLA)
Este texto dice que una
viuda tiene el derecho de casarse con quien quiera, sólo que en el Señor, es
decir, con uno que tiene la fe de Yeshúa. Por su puesto no tiene el derecho de
querer a uno que esté en un pacto matrimonial con otra persona, porque no puede
codiciar el esposo de su prójimo. Una mujer divorciada tiene el mismo estado
que una viuda, porque ya no tiene marido. Por medio del divorcio fue liberada
del varón que antes era su esposo. Este texto no puede ser utilizado para
impedir a los divorciados a casarse de nuevo. Sin embargo, si el esposo es
creyente, ella no tiene el derecho de casarse con otro, según 1 Corintios
7:10-11, sino debe buscar la reconciliación con él. Ahora, si el esposo
creyente divorciado hace un nuevo pacto matrimonial con otra mujer, la mujer
divorciada se quedará libre para casarse con quien quiera, de la misma manera
como una viuda.
Un creyente no tiene el
derecho de casarse con uno que no cree en Yeshúa, como está escrito en 2
Corintios 6:14-18:
“No estéis unidos en
yugo desigual con los incrédulos (que no creen en Yeshúa), pues
¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con
las tinieblas? ¿O qué armonía tiene el Mesías con Belial? ¿O qué tiene en común
un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los
ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARÉ
EN ELLOS, Y ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU DIOS, Y ELLOS SERÁN MI PUEBLO. Por
tanto, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS Y APARTAOS, dice el Señor; Y NO TOQUÉIS LO
INMUNDO, y yo os recibiré. Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis
para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.” (LBLA revisada)
Mashíaj en esta parashá
33:37-39 “Partieron de
Kadesh y acamparon en el monte Hor, al extremo de la tierra de Edom. Entonces
el sacerdote Aharón subió al monte Hor por mandato de HaShem, y allí murió, el
año cuarenta después que los hijos de Israel habían salido de la tierra de
Egipto, el primer día del mes quinto. Aharón tenía ciento veintitrés años de
edad cuando murió en el monte Hor.” (LBLA revisada) – En el campamento
numero 33 desde la salida de Egipto murió el Sumo Sacerdote Aharón sobre un
monte, el monte llamado Hor, que significa “montaña”. Él fue un mashiaj,
un ungido, el primero que es llamado mashiaj en las
Escrituras, cf. Levítico 4:3, 5, 16. Este suceso es una figura profética de
Yeshúa HaMashíaj, que también murió sobre un monte, a la edad de 33
años, que coincide con el número 33 de las jornadas de Israel desde la salida.
“murió, el año cuarenta
después que los hijos de Israel habían salido de la tierra de Egipto.” (LBLA
revisada) – Esto alude a la muerte y resurrección de Mashíaj 4000
años después de la creación de Adam. En Génesis 13:10 Egipto es comparado con
el huerto del Edén. De esa manera hay una conexión entre la expulsión de Adam y
Javá del paraíso y la salida de Egipto de los hijos de Israel. Por lo tanto, de
la misma manera como Aharón, el ungido, murió 40 años después de la salida de
Egipto, Yeshúa el Mesías murió 4000 (100 x 40) años después de la salida de los
primeros hombres del huerto del Edén.
Es más, Aharón murió el
primer día del 5º mes, exactamente 3 ½ meses después de la fecha de la salida,
el día 15 del primer mes. Los 3 ½ meses aluden a los 3 ½ años de ministerio del
Mesías, después de los cuales murió, y resucitó. Como Aharon murió 3 ½ meses
después de la fecha de salida, Yeshúa murió 3 ½ años después de haber empezado
su ministerio público.
Aharón tenía tres años
más de vida que su hermano Moshé, que murió a los 120 años. Esos tres años
también nos hablan del Mesías, que tenía tres años y pico de ministerio, que
tenía 30 años y pico de edad cuando murió y que estuvo tres días en el interior
de la tierra antes de resucitar. El monte Hor es mencionado tres veces en el
texto.
35:19 “El vengador de
sangre, (goel hadam), él mismo dará muerte al asesino; le dará muerte cuando se encuentre
con él.” (LBLA revisada) – De esto aprendemos que hay una persona que es
llamada goel hadam, “redentor de la sangre” o “vengador”, que tiene
la responsabilidad de buscar y ejecutar al asesino.
¿Quién fue el que mató
al primer hombre y que por lo tanto es llamado homicida por nuestro Rabino,
según Juan 8:44 y 10:10? La respuesta es: el adversario.
¿Quién es el familiar
más cercano de Adam y Javá? La repuesta es: el Mesías ben Adam, el Hijo del
Hombre, que fue el prototipo que HaShem usó para la creación de Adam.
¿Quién, pues, tiene la responsabilidad de buscar y
ejecutar al que asesinó al ser humano? La respuesta es: Yeshúa HaMashíaj,
como está escrito en Juan 12:31:
“Ya está aquí el juicio
de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.” (LBLA
revisada)
En Juan 16:11está
escrito:
“y de juicio, porque el
príncipe de este mundo ha sido juzgado.” (LBLA revisada)
En 1 Juan 3:8b está
escrito:
“El Hijo de Dios se
manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.” (LBLA)
35:25, 28 “Y la
congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la
congregación lo restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en
ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo… porque
el homicida debió haber permanecido en la ciudad de refugio hasta la muerte del
sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida
volverá a su tierra.” (LBLA revisada) – Tres veces se habla aquí de la
muerte del Sumo Sacerdote. Otra vez se encuentra el número tres en relación con
la muerte del Sumo Sacerdote, lo cual es una alusión a la muerte del Mesías. Lo
único que podía liberar al asesino por accidente de su situación de exilio es
la muerte del Sumo Sacerdote “que fue ungido con óleo santo.” La Torá destaca
el hecho de que el Sumo Sacerdote había sido ungido para aludir a Yeshúa, el
Ungido, en hebreo HaMashíaj. Por medio de su muerte somos liberados
de las consecuencias de nuestros pecados que hemos cometido por error.
Querido lector, si estás
sufriendo una “cárcel” por haber hecho cosas terribles por error, debes saber
que la muerte de Yeshúa también ha provisto para que seas libre de esas
consecuencias y no serán levantadas en tu contra en el juicio final.
35:33 “Así que no
contaminaréis la tierra en que estáis; porque la sangre contamina la
tierra, y no se puede hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada en
ella, excepto mediante la sangre del que la derramó.” (LBLA) – Aquí vemos la
gravedad de un delito de asesinato. Un asesino tiene que ser juzgado por las
autoridades de cada país, para que la justicia del Eterno se establezca en el
mundo. Según la ley judía no se puede juzgar a muerte a una persona que no haya
sido advertida por dos o tres personas antes de cometer un asesinato. La Torá
destaca la importancia de no dejar con vida al asesino que haya sido condenado
a muerte, para que no se contamine la tierra de Israel. El derramamiento de
sangre inocente en la tierra es una de las cosas que traen el juicio divino
sobre Israel y las naciones. La manera de evitar el juicio divino por los
asesinatos es ejecutar a los asesinos. Si los asesinos no son juzgados
correctamente todo el pueblo será objeto del juicio por la sangre inocente que
haya sido derramada en la tierra, cf. 2 Reyes 24:4.
Sin embargo, cuando el
asesino se arrepienta, no se aplicará la ley en su rigor y el culpable debe ser
absuelto de la pena de muerte y recibir una pena menos severa. Pero donde no
hay arrepentimiento hay que aplicar la ley en toda su fuerza para evitar que la
tierra sea contaminada y maldecida.
¿Cómo puede el Eterno
perdonar al pecador que se arrepiente si la única manera de hacer expiación por
un asesinato es que el culpable pague con su propia sangre, según este texto?
¿Cómo el Eterno puede perdonar y absolver al culpable y al mismo tiempo seguir
siendo justo?
En Proverbios 17:15 está
escrito:
“El que justifica al
impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación a
HaShem.” (LBLA revisada)
Si un juez justifica al
impío está cometiendo un acto abominable para el Eterno. ¿Cómo entonces el Juez
Justo Celestial podrá justificar al impío que se arrepiente y seguir siendo
justo? La única respuesta es: Por medio de un sustituto.
Los animales que
murieron en el templo no podían representar plenamente al hombre. No fueron
sustitutos verdaderos. Sólo constituyen una sombra del único y verdadero
sacrificio por los pecados de todos los hombres durante toda la historia, el
sacrificio del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La muerte de
Yeshúa HaMashíaj es la única base legalmente justa sobre la
cual el Eterno puede seguir siendo justo al perdonar y justificar a un pecador
que se arrepiente de su pecado, como está escrito en Romanos 3:24b-26:
“Mashíaj Yeshúa, a quien
Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe,
como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto
los pecados cometidos anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia,
a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que es de la fe de Yeshúa.”
(LBLA revisada)
La única manera como el
Eterno puede demostrar al mundo entero su justicia al perdonar a los pecadores
arrepentidos, es por medio de la exhibición pública de la muerte sangrienta de
Aquel que murió en lugar del hombre, como está escrito en 2 Corintios 5:21:
“Al que no conoció
pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios
en él.” (LBLA)
Así que cuando te
sientes acusado por tu conciencia que ha sido despertada por el mensaje de la
Torá y por medio de la convicción del Espíritu de Santidad que ha sido enviado
para convencer al mundo de pecado, debes saber, querido lector, que hay un
sustituto que sufrió en tu lugar para que no tengan que venir sobre ti todas
las consecuencias mortales de tu pecado. Por medio de tu arrepentimiento HaShem
traspasa la última consecuencia de tu pecado al Sustituto, para que tú no
tengas que morir por tus pecados, sino ser perdonado y justificado. La
justificación por fe en la sangre de Yeshúa te pone en una situación de
inocencia delante del Tribunal Celestial y podrás tener paz con Dios, como está
escrito en Romanos 5:1-2:
“Por tanto, habiendo
sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Yeshúa HaMashíaj, por medio de quien también hemos obtenido
entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en
la esperanza de la gloria de Dios.” (LBLA revisada)
¡Bendito sea el Eterno
por este intercambio de papeles!
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