viernes, mayo 14

“Teologia del reempalzo-LA IGLESIA O ISRAEL


Entonces reedificó Jeroboam a Siquen en los montes de Efraín, y habitó en ella. Luego salió de allí y reedificó a Penuel. Pero Jeroboam pensó en su corazón: “Ahora, la casa de David recuperará el reino si este pueblo sube a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén, porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Reboam, rey de Judá, me matarán a mi y se volverá a Roboam, rey de Judá.”
Después de tomar consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: “Ya habéis subido bastante a Jerusalén. Aquí están tus dioses Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto.” Entonces puso uno en Bet-el y el otro en Dan. Esto fue causa de pecado, porque el pueblo iba a adorar delante de uno de ellos hasta Dan.
Hizo también casas sobre los lugares altos y designó sacerdotes de entre el pueblo que no eran de los hijos de Leví. Luego instituyó Jeroboam una fiesta solemne en el mes octavo, a los quince días del mes, conforme a la fiesta solemne que se celebraba en Judá, y ofreció sacrificios sobre un altar. Lo mismo hizo en Bet-el sacerdotes para los lugares altos que él había fabricado. Sacrificó pues, sobre el altar que él había hecho en Bet-el, a los quince días del mes octavo, el mes que él había inventado según el dictado de su propio corazón. Así hizo fiesta a los hijos de Israel, y subió al altar para quemar incienso.”
1 Reyes 12:25-33
El Concilio de Nicea
De la carta del Emperador (Constantino) a todos aquellos que no están presentes en el concilio. (Encontrado en Eusebio, Vita Const.,Lib III 18-20) Cuando surgió la cuestión relativa al festival sagrado de la Pascua, la idea general era de que sería conveniente que todos guardaran la fiesta en un día; Después qué podría ser más hermoso y más deseable que El ver este festival, a través del cual recibimos la esperanza de la inmortalidad, celebrada por todos en un acuerdo y de la misma manera? Se declaró que era particularmente indigno para que siendo este el más santo de los festivales hubiera de seguir las costumbres (el cálculo) de los Judíos, quienes se habían ensuciado su mano con el más temible de los crímenes y cuyas mentes estaban cegadas. Al rechazar su costumbre, nosotros podemos transmitir a nuestros descendientes la manera legítima de celebrar la Pascua; que hemos observado desde el tiempo de la pasión del Salvador (de acuerdo al día e la semana.
Por lo tanto, no debemos tener nada en común con el Judío, pues el Salvador nos ha mostrado otro camino; habiendo e seguir nuestra adoración una dirección más legítima y más conveniente (el orden de los días de la semana): Y consecuentemente, al adoptar esta manera de ser, nosotros deseamos, amados hermanos, separarnos de la detestable compañía del judío. Pues es verdaderamente vergonzoso oírlos jactarse de que sin su dirección no podríamos guardar esta fiesta. ¿Cómo podrían estar en lo cierto, ellos quienes, después de la muerte del Salvador han dejado de ser guiados por la razón y ahora se dejan llevar por la violencia salvaje de acuerdo a como el error los incita? Ellos no poseen la verdad en cuanto a esta cuestión de la Pascua, pues en su ceguera y repugnancia hacia todos los mejoramientos, ellos frecuentemente celebran dos Pascuas en el mismo año. Nosotros no podríamos imitar a aquellos que abiertamente están en un error. ¿Cómo entonces podríamos seguir a estos Judíos quienes con toda certeza están cegados por el error?
La celebración de la Pascua dos veces en un año es totalmente inadmisible.
Pero aún si esto no fuera así, seguiría siendo nuestro deber el no manchar nuestra por alma por la comunicación con tal gente malvada (los Judíos). Ustedes deberían considerar no solamente que el número de iglesias, en estas provincias, constituyen una mayoría, pero también que es correcto exigir lo que nuestra razón aprueba y que no deberíamos tener nada en común con los Judíos.
(Extraído de “Los Padres Niceanos y Post-Niceanos,” por el Dr. Henry R. Percival, Vol. XIV grand Rapid: Erdmans pub. 1979, pgs. 54-55)
Durante el segundo y el tercer siglo los “Padres de la Iglesia” desataron una cruel campaña de discriminación en contra de los Judíos y cualquier cosa Judía, incluyendo la “Torá” o la Ley de Moisés. En su libro “Our Father Abraham”.(Nuestro Padre Abraham) Marvin Wilson declara: “Además, los Padres de la Iglesia enseñaron que la infidelidad del pueblo Judío resulto en una culpabilidad colectiva que los hizo estar sujetos a la maldición permanente de Dios..” Entre los mayores perseguidores estaban Justin Martyr y Origen, pero también hay muchos otros nombres conocidos.
En el año 325, Constantino adoptó al “Cristianismo“ como la religión oficial del Imperio Romano Oriental, llamado Bizantino. Hizo oficial lo que ya había comenzado a ocurrir en el segundo y tercer siglos----el divorcio total de los Judíos y cualquier cosa conectada con ellos, incluyendo la Ley de Moisés. Fue en ese tiempo que lo que llamamos el “Nuevo Testamento” fue canonizado. Hasta entonces, las únicas Escrituras eran el Tanaj (Antiguo Testamento).
Una de las características de la Era Constantina consiste de los cambios hechos por Constantino en cuanto a las estaciones Bíblicas y las Fiestas, estableciéndose también como la cabeza de la Iglesia Estatal. Constantino era un adorador del sol hasta el día de su muerte. El nunca fue nacido de nuevo y sin embargo toda la Iglesia cayó en su trampa. En el libro de Daniel 7:25, leemos que el Anti-Cristo cambiará los tiempos y las estaciones. En esto, Constantino era un tipo de Anti-Cristo, ya que prohibió que se celebrara la Pascua y por el contrario instruyo una fiesta pagana cuyo nombre se deriva de la diosa babilónica Ishtar. Asimismo, cambió el día de descanso del sábado (la noche del viernes a la noche del sábado para el domingo, ya que él adoraba a su “dios”, el sol. Ambos ejemplos se reflejan claramente en el idioma inglés, en la fiesta de Easter, derivada de Ishtar, y en Sunday, el día del sol.
Toda la iglesia cayó en su trampa porque Constantino ordenó que cesara la persecución en contra de los Cristianos. Hasta entonces, los creyentes estaban siendo arrojados a los leones por su fe.
La persecución era tremendamente feroz durante el tiempo del Imperio Romano, de manera que cuando Constantino declaró un ‘tratado de paz’, los creyentes estaban ya exhaustos de tanta persecución. Fue por eso que recibieron el ‘tratado de paz’ abiertamente y comprometieron su fe. Ese compromiso cobró más vidas que las que se hubieran perdido si la persecución hubiese continuado.

La Iglesia Estatal de Constantino ha afectado al Cristianismo hasta hoy, engañando a muchas personas con la adoración a los santos muertos, a ídolos y a estatuas de María, y haciéndoles creer que son salvos. Sin embargo, el Señor dice en Deuteronomio 5:8,9 y Exodo 20:5, que el pecado de la idolatría es visitado hasta la tercera y cuarta generación.
A eso se puede agregar el odio a los Judíos, institucionalizado por Constantino, el cual le dio origen a eventos monstruosos tales como la Inquisición Española, las sangrientas Cruzadas y el Holocausto Nazi. Cada una de estas masacres en contra de los Judíos era perpetuada en el nombre de Cristo y de la Cruz. Un incontable número de personas engañadas se están quemando en el infierno, como ramas que han sido ‘cortadas’ debido a su arrogancia, debido a su odio por los Judíos. (Romanos 11:18-22)
Es interesante mencionar que algo muy similar les ocurrió a las tribus del Norte de Israel durante los siglos 9 y 8 A.C. Debido a los pecados del Rey Salomón, quien se dio a la idolatría, el Reino de Israel fue dividido en dos reinos: El reino de Judá en el Sur y el reino de Israel, también llamado Efraín. El rey de Efraín fue Jeroboam, el cual no era del linaje real de David. El temía perder las diez tribus que estaban bajo su dominio, de manera que reemplazó la adoración del templo con la adoración de ídolos y la Ley Mosaica, incluyendo las Fiestas, por fiestas instituidas por el hombre. Divorció a las tribus del Norte de Israel de sus Raíces, de la misma manera que Constantino divorció oficialmente a la Iglesia de sus Raíces Judías, reemplazando las Fiestas y la Ley por costumbres paganas.
Dios rechazó a Efraín o al reino de Israel a causa del ‘pecado de Jeroboam’, evitando así que fueran Su pueblo y los dispersó entre las naciones: “…porque no me compadeceré más de la casa de Israel, no los perdonaré. Pero de la casa de Judá tendré misericordia.” Oseas 1:6,7
Yo nombraré al pecado de Constantino en su divorcio de las Raíces Judías como:
“El pecado de Jeroboam en la Iglesia”
El pecado de Jeroboam llevó al rechazo total de Dios por las tribus del Norte como se describe en 2 Reyes 17:18 “Por lo tanto, Yahveh se enfureció tanto contra Israel, que los quitó de delante de Su rostro, y solo quedó la tribu de Judá.” (el pueblo Judío de hoy en día.)
“El pecado de Jeroboam en la Iglesia” puede tener el mismo resultado; Dios dijo que rechazaría a aquellos que fueran arrogantes hacia las ‘ramas naturales’, los Judíos. Por lo tanto, el arrepentimiento por “el pecado de Jeroboam en la Iglesia” es un asunto de vida o muerte.
El divorcio de los Judíos y de las Raíces Judías de la Fe ha producido hijos de desobediencia, ignorancia, maldad y paganismo. La Biblia dice: ”Un falso profeta es reconocido por su fruto.” El fruto de la cristiandad institucionalizada ha sido el asesinato, el odio y las masacres (las Cruzadas, la Inquisición Española, el Holocausto Nazi). ¿Pero que hay sobre los protestantes y los cristianos llenos del Espíritu?
Martin Lutero fue usado grandemente por Dios, en el Siglo 16, para restaurar a la Iglesia de la Edad del Oscurantismo (causada por el divorcio de los judíos y de las Raíces Judías y Bíblicas) y llevarla a la verdad original de la salvación por Gracia a través de la Fe. Al principio él trató de ganar a los Judíos para el Señor, ya que entendía que aún eran el pueblo de Dios y que los Cristianos Gentiles los habían distanciado.
Sin embargo, para ese tiempo los judíos habían sufrido a causa de varias Cruzadas y la Inquisición Española. Fue, entonces, cuando rechazaron totalmente los intentos de Lutero de ganarlos para el Evangelio y debido a eso, Lutero se volvió amargado y desarrolló un odio vehemente en contra de los Judíos. Publicó una serie de artículos y panfletos, incluyendo uno que se titulaba "Sobre los Judíos y Sus Mentiras"” En esos escritos, clasificó a los Judíos como “venenosos”, “ladrones” y “bichos repugnantes.”
El tenía un verdadero problema con la Ley hasta llegar al punto de querer excluir el libro de Santiago del Nuevo Testamento, porque hablaba sobre “La fe sin obras es muerta.” (Santiago2:20)
La semilla del odio y el anti-semitismo fueron, por medio de Lutero, transmitidos a todos los cristianos protestantes. ¡“La arrogancia de las ramas” y “El pecado de Jeroboam en la Iglesia” continuaron su curso destructivo y aún continúan hasta el día de hoy!
Hay una nueva reforma tocando a las puertas de la Iglesia: ¡Regresen a las Raíces!
Esrcibanos a ricardomoj7@yahoo.com

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